Desvergüenza infinita, inhumanidad manifiesta

La sede madrileña de la plataforma antidesahucios, al borde del desahucio

La PAH y otros 16 colectivos pueden perder el local que comparten en Puente de Vallecas si no llegan a un acuerdo con el Ayuntamiento de Ana Botella.

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Ana Botella, ¿cómo no se te cae la cara de vergüenza?

Se supone que como buena católica ayer domingo irías a misa con tus tacones de aguja y tu pía devoción. Una vela al cielo y otra al infierno, que hay que tener amigos en todas partes por si la beatería se queda sin avales y luego resulta que no hay dios ni cielo como nos contaron en catecismo. Por un lado a comulgar y por otro a desahuciar a los que apoyan la justicia contra el desahucio. Como el caballo de Atila, que no quede en pie un sólo indicio de que sí se pueden cambiar las cosas. A Dios rogando y con el mazo machacando.

Cuánto cinismo, cuánta mediocridad y cuánta miseria emanan conductas como la tuya, alcaldesa apócrifa, que nadie en su sano juicio habría elegido por votación libre y medianamente racional. Alcaldesa puesta a dedo por la peña del sobre simulado en diferido. Un conjunto amoral y precario en honestidad, humanidad y decencia. Lumpen vergonzante y residuo tóxico de la pobre y escarnecida España. Secreción infecciosa que resiste a la justicia como los virus mutantes a los antibióticos genéricos.

Adaptándose a cualquier cosa mientras dé pasta y poder.

No es nada personal, te lo aseguro. Seguramente en lo privado eres una buena mujer, que te compadeces del pobre que pide a la salida de misa de doce y hasta le das un par de euros para sentirte bien. No eres mala persona. Eres tonta. Simplemente. Tan tonta como para no ver la relación que hay entre limosna y miseria, entre la política ruinosa  de tu partido y la proliferación "milagrosa" de pobres que crecen por esporas desde habéis dado el golpe, al estilo Paul Newman y Robert Redford. Entre el afán "caritativo" redentor, que necesita que existan el mal, el pecado y la pobreza para poder hacer el bien, sentirse mucho mejor que los miserables pecadores y ganarse el cielo. Porque en tu mundo el pecado es ser pobre. Y la virtud tener dinero en Suiza y estar premiado fiscalmente por ese méritazo. O sea, el cielo es para vosotros el paraíso...fiscal.

Eres tonta, es cierto. Pero tu tontería es como el refrán, ande yo pudiente y ríase la gente o dame pasta y dime tonta. Es la tontez del tocomocho en versión familista: mientras  el hijo menos agraciado se finge deficiente para distraer a los viandantes con sus tics, el padre les roba la cartera. Ya lo va practicando Rajoy con Montoro, Guindos y Ana Mato. Y contigo.

Tontuna tea party o agua azucarillos y aguardiente, que tú eres muy castiza y muy propia a la hora de montar sainetes.