Ante el momento crucial que hoy estamos atravesando en común todas las españolas de cualquier género, y consciente del decisivo aporte del PNV en el derrotero de la moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy que hoy llega al Parlamento, estoy pensando en qué querría que votase ese partido en el Congreso si yo fuese vasca. Cómo me sentiría si por intereses económicos de pan para hoy y hambre para mmañana mismo, sin base de sustentación política digna de consideración positiva, y ya ni siquiera intitucional, en un gobierno de zombis en pleno desplome, el gobierno de mi autonomía territorial apoyase el disparate a la desesperada de un grupo de poder, como el pp, que más que partido político funciona como una asociación de delincuentes, "legales" al pasar por las urnas, para lucrarse con el poder del estado y destrozar la tierra en que vivo, malvenderla para forrarse a base de comisiones y maltratar a la ciudadanía de los cuatro puntos cardinales, sembrando la cizaña tóxica de un nacionalismo totalitario y centralista prepotente y ya hasta ridículo, en vez de procurar una convivencia igualitaria, justa y bien avenida entre los pueblos que habitamos esta tierra pluricultural y plurinacional, cuyo más inteligente modelo de estado debe ser una república federal solidaria.
Como vasca, sabría de buena tinta que con un Rajoy y un pp en el poder ese modelo de estado nunca estaría en la lista de expectativas de cambio. Como tampoco lo está la política limpia de una democracia sana y justa. Si cada semana veo a los pensionistas inundando el centro de Bilbao porque ese gobierno de pirañas les está dejando en la miseria igual que el futuro de los trabajadores actuales, y va detrás de sustituir la retribución de los impuestos cotizados por años de trabajo, que son las pensiones a día de hoy, por planes de pensiones en manos de una banca inestable y dispersa en inversiones por esos mundos de Dios, que cualquier día, como ya ha sucedido, se arruina en Wall Street y deja en la calle a los inversores de los planes de ahorro como ya hizo en Alemania hace años...mientras el pp vacía la caja de la Seguridad Social para rescatar autopistas de la empresa privada o compensar los destrozos de Florentino Pérez con la Castor frente a la costa de Castellón y Taragona, o la salvajada de lo mismo en Canarias, y así llenar los bolsillos de su clientela, más toda la corrupción en cadena que ha llevado al Poder Judicial a condenarles en masa por ser una red de malhechores que deberían haber dimitido en bloque en ese mismo momento si tuviesen vergüenza. Es más, si yo fuese vasca, le pediría al PNV que ni siquiera atienda a las llamadas de Rajoy y si lo hace sea para recordarle que está desautorizado por la Justicia como representante político de nadie. Ese hombre tiene irse ya y se lo deben recordar todos los políticos decentes, dejando de tratarle como a una autoridad que él mismo ha destruido con su irresponsabilidad de cómplice tapacorruptos.
Para rematar el cuadro, ante el reciente final de ETA, si viese esa incapacidad de granito para la magnanimidad, ese desequilibro de la venganza eterna, ese rencor crónico que fomenta el odio porque en su cínica miseria desconoce la grandeza y la inteligencia del perdón, aunque en paralelo vayan alardeando de cristianos en las procesiones, las romerías y los juicios de la inquisición, mientras intentan hacer tabula rasa con la memoria histórica de su pasado en el que los crímines del franquismo dejaron las cunetas rebosando cadáveres en un fratricidio justificado hasta por la iglesia católica que llevaba bajo palio al genocida. Confundir justicia con rencor es tan torpe y zafio como idiota e ignorante. La Memoria Histórica también es una ley, pero arrinconada, humillada e incumplida por el pp, es aplicar justicia en el reconocimiento del mal causado colectivamente, por el poder franquista al pueblo que disentía políticamente del establishment del momento (como los catalanes indepen ahora), reparar los boquetes morales y afectivos de la historia, no consiste en pedir dinero para compesar como predica zafiamenteel pp, y perdonar, porque las heridas del alma y del sentimiento no son materia comercial, el tiempo las cicatriza pero sólo el arrepentimiento, el perdón, el amor y la comprensión las pueden curar por ambas partes. Eso al menos dice en realidad ese cristianismo que tanto cacarean en las visitas papales de las que también hacen negocio redondo. Ninguna de esas virtudes están en el archivo conductual del pp, es más, las convierten en un escarnio de peineta y mantilla, de cofradía, romería y jubileo en cuanto tienen la ocasión de alardear de su devotísima hipocresía.
Rajoy en su desesperación ya no sabe lo que dice cuando afirma que sigue siendo el presidente porque le votaron cuando sus votantes no sabían que habían votado a un farsante, a un fariseo al que la corrupción le parece parte connatural y lógica de la política , que ha mentido en los tribunales, que prometió acabar con el desastre y lo que hizo fue el negocio del siglo con la ruina de la mayoría de los ciudadanos, implementando una reforma laboral digna del feudalismo y una reforma fiscal digna de Al Capone, ambas adobadas con un mentirologio de antología .
Si yo fese el interlocutor del PNV ni siquiera me pondría al teléfono en ocasiones como ésta para atender a un cacique desalmado en apuros y carente de empatía como los psicópatas, que ni siquiera ha sido capaz de llamar al Govern para hablar y dialogar todas las veces que hiciera falta y así evitar un espectáculo denigrante, más aun para el Gobierno del estado que para unos catalanes que sólo votaban simbólicamente y sin violencia alguna por su parte, y un 155 aplicado desde la testosterona borracha de poder, con la consecuencia lógica de un destrozo social, político y económico de un calibre colosal, no solo para Catalunya sino también para todo el estado.
Y como quien hace un cesto hace ciento, nadie puede garantizar que un día cualquiera ese equipo de descerebrados no tendría motivos para montar el mismo pollo en Euzkadi. Menudos antecedentes, como para hacerle caso y tener en cuenta las ofertas de la gansterología del desguace social, político y económico, sin ética ni dignidad, pero con una soberbia necia y tan aparatosa como estúpida, que filtra la molécula y se traga el dinosaurio. Que multa al pobre que se equivoca pero premia y degrava al compinche rico que evade, que castiga al inocente y exonera al culpable y hasta le condecora por los servicios prestados, como acaba de hacer con Bily el Niño. Donde no hay alma ni corazón no puede haber conciencia ni empatía verdadera, tampoco hay inteligencia para gestionar adecuadamente el funcionamiento de comunidades humanas como son los estados. No nos podemos permitir un día más de tolerancia con estos Calígulas sádicos que han sentado en el sillón de la presidencia a su caballo Incitator convirtiéndola en un establo. Era el mejor modo de camuflarse para medrar y forrarse tras las coces, los resoplidos, relinchos y cagadas del noble animal, aunque últimemente da la sensación de que este Incitator ni siquiera sea un caballo, sino un asno. Hasta en eso nos han timado.
Y como quien hace un cesto hace ciento, nadie puede garantizar que un día cualquiera ese equipo de descerebrados no tendría motivos para montar el mismo pollo en Euzkadi. Menudos antecedentes, como para hacerle caso y tener en cuenta las ofertas de la gansterología del desguace social, político y económico, sin ética ni dignidad, pero con una soberbia necia y tan aparatosa como estúpida, que filtra la molécula y se traga el dinosaurio. Que multa al pobre que se equivoca pero premia y degrava al compinche rico que evade, que castiga al inocente y exonera al culpable y hasta le condecora por los servicios prestados, como acaba de hacer con Bily el Niño. Donde no hay alma ni corazón no puede haber conciencia ni empatía verdadera, tampoco hay inteligencia para gestionar adecuadamente el funcionamiento de comunidades humanas como son los estados. No nos podemos permitir un día más de tolerancia con estos Calígulas sádicos que han sentado en el sillón de la presidencia a su caballo Incitator convirtiéndola en un establo. Era el mejor modo de camuflarse para medrar y forrarse tras las coces, los resoplidos, relinchos y cagadas del noble animal, aunque últimemente da la sensación de que este Incitator ni siquiera sea un caballo, sino un asno. Hasta en eso nos han timado.
Si yo fuese vasca le pediría al PNV que ni por un momento dude de que su obligación moral, política y humanitaria es hacer todo lo posible para que esa plaga parásita desaparezca del Gobierno, del Congreso, del Senado y del Parlamento de Bruselas. Que no sólo se les eche del Gobierno, sino que además se inhabilite a los miembros de ese partido para intervenir en asuntos públicos y que sólo cuando se hayan regenerado de arriba a abajo apartando para siempre a los responsables de esta hecatombe y cuando no quede rastro de la mala hierba, esa sigla con otros componentes humanizados, educados en valores y rehabilitados en sus hábitos y costumbres, puedan vover a desempañar funciones de gestión pública.
Eso diría y exigiría a mis representantes políticos en días como estos si yo fuese vasca.
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