La firma
Hacia la colisión Torra-Rivera
Populismo antipopulista, nacionalismo antinacionalista. Aquí está en el horizonte la colisión más importante: Torra-Rivera
Mientras Rajoy no sabe qué hacer, Torra lo tiene claro y Albert Rivera, también. Rajoy está enredado en su jeroglífico del 155, PNV y presupuestos y no tiene plan B.
Torra sí sabe lo que quiere. Su objetivo no es la normalización de la
vida política catalana, ni zurcir el desgarrón de su sociedad, ni
acercar los dos mundos enfrentados. Torra entiende que su misión
consiste en hacer visible e imponer la legitimidad del 1 de octubre y
entregar el testigo con una ventaja ampliada sobre el constitucionalismo
cuando Puigdemont ordene disolver y convocar elecciones en un año
aproximadamente.
La Cataluña no independentista no es, por tanto, un universo con el que reconciliarse, sino un universo al que derrotar.
¿Pero cómo conseguir el objetivo de ampliar la base social del
independentismo a fin de acercarse lo más posible al listón del 50% y
prepararse para dar el gran salto? Pues no creo que sea solamente
tratando de conquistar voluntades por la gestión de la vida pública,
sino también
capitalizando las actuaciones procedentes de ese
espantajo llamado Madrid que, al tiempo que puedan ser exhibidas en el
exterior como muestra de la intransigencia del Estado, puedan
servir en el interior como prueba de la inutilidad de cualquier esfuerzo
de aproximación, para captar así a vacilantes y fronterizos. Sus
próximas bazas, la permanencia del 155, las resoluciones judiciales
pendientes, y las iniciativas de patriotismo españolista, como
la plataforma que ayer presentó Ciudadanos. Con lleno hasta los topes en el palacio IFEMA, con colas en el exterior, con fervores, con llantos, y con banderas.
Populismo antipopulista, nacionalismo antinacionalista. Aquí está en el horizonte la colisión más importante: Torra-Rivera. Esa sí es seria
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