IÑIGO ERREJÓN
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Querido Errejón:
Si te dijera que lo tuyo me sorprende estaría mintiendo; desde aquella ocurrencia tuya de "la máquina de guerra" sin más que rascar que la herencia recibida, ya te autoretrataste tan bien como para que ahora cuadre tu discurso con la brecha abierta de un proyecto Podemos que gracias a tácticas como las tuyas intenta reconvertir la conciencia colectiva naciente del 15M en un educado, shensahto y ex professo retorno a la granja de la que apenas se está consiguiendo salir democráticamente, debido a peña reformateada a tu estilo todovale si se trata de ganar lo que sea para que, en pura y lampedusiana maniobra Tancredi, estratégicamente todo parezca que cambia para que todo siga igual. Y va a ser que no cuela.
Viene a cuento rebobinar la moviola, hora que volvemos a recordar un año más la fecha crucial del Quince de Mayo de 2011 coincidiendo con el 50 aniversario del Mayo Francés y el ataque frontal de la armada mediática teledirigida desde el quintacolumnismo de siempre, acoplando y comparando la lucha contra el franquismo de las bases sociales españolas de entonces con las revueltas francesas, dos movimientos que solo se parecieron entre sí en lo de salir a la calle a manifestarse, cosa que, por cierto, ya se hacía en España antes de que los estudiantes franceses salieran a tomar La Bastilla por segunda vez en la historia, pero no como en el pasado por reclamar valores imprescindibles como la conciencia colectiva, los derechos humanos, la igualdad (algo que ya conocían y disfrutaban desde finales, del XVIII) ni para denunciar la muerte de la decencia política, ni para reclamar el fin de las guerras, sino para gritar su cabreo sordo de pijos sin rumbo y con límites a sus sueños psicodélicos y expansiones sexuales propias de la juventud desde que el mundo es mundo, que ellos y ellas veían mermadas por la contención de los prejuicios. Muy legítima protesta pero con más forma que fondo.
Allí la solidaridad que en España había entre obreros y estudiantes para coordinar la dinámica unánime de un pueblo oprimido y masacrado en todo, brillaba por su ausencia; el ombligo de la Sorbona pilotaba el proceso del disgusto juvenil, que era un brote de la élite y no un despertar de las bases sociales que se quedaron al margen y nada identificadas con el pifostio.
No era cosa de ideologías sino la patada en el culo a todo compromiso serio por el cambio global de una conciencia que sólo detentaba Camus con verdadera enjundia, y a ratos, Simone de Beauvoir y su chico, Jean Paul Sartre y su existencialismo contemplativo desde la platea y el palco, mientras el conflicto en España estaba en las antípodas del narcisismo reivindicador de neuras postadolencentes y harto de tener todo sin haber hecho nada por ganárselo.
No era cosa de ideologías sino la patada en el culo a todo compromiso serio por el cambio global de una conciencia que sólo detentaba Camus con verdadera enjundia, y a ratos, Simone de Beauvoir y su chico, Jean Paul Sartre y su existencialismo contemplativo desde la platea y el palco, mientras el conflicto en España estaba en las antípodas del narcisismo reivindicador de neuras postadolencentes y harto de tener todo sin haber hecho nada por ganárselo.
Nada que ver con el castigo a nuestras huelgas y manifestaciones, que nos dejó trimestres enteros in albis, con facultades cerradas, recortando donde más daño se puede hacer: eliminando clases, explicaciones, trabajos, seminarios, actividades complemmentarias como asambleas, conferencias y debates, catedráticos incómodos, de riesgo para el franquismo. Curiosamente todos eran de humanidades y derecho. ¿Por qué sería?
A los cincuenta años del asunto, la prensa del sistema nos hace un resumen pedagógico a cargo de plumas y discursos de postín. Y la moraleja adjunta: todos los movimeintos son iguales, lo mismo da el de los antifranquistas de la universidad y sindicatos clandestinos en España, que el Mayo Francés; toda revolución acaba en nada, porque hasta los más revolucionarios se cansan y terminan por aceptar que el sistema no era tan malo y perverso, que los equivocados eran ellos, por un exceso de idealismo juvenil e inmadurez. Así que tomen nota los catalanes, los republicanos, las mujeres y los jubilados, las mareas, los que claman contra la corrupción y esas chaladuras sin fuste...que aquí nunca va a cambiar nada y de eso nos encargamos nosotros desde nuestros sillones, las redes sociales y las tertulias La Sexta, El País, El Mundo, el Espejo Público y los delirios de Ana Rosa. Pues anda que nos la van a dar con queso. Ja!
A los cincuenta años del asunto, la prensa del sistema nos hace un resumen pedagógico a cargo de plumas y discursos de postín. Y la moraleja adjunta: todos los movimeintos son iguales, lo mismo da el de los antifranquistas de la universidad y sindicatos clandestinos en España, que el Mayo Francés; toda revolución acaba en nada, porque hasta los más revolucionarios se cansan y terminan por aceptar que el sistema no era tan malo y perverso, que los equivocados eran ellos, por un exceso de idealismo juvenil e inmadurez. Así que tomen nota los catalanes, los republicanos, las mujeres y los jubilados, las mareas, los que claman contra la corrupción y esas chaladuras sin fuste...que aquí nunca va a cambiar nada y de eso nos encargamos nosotros desde nuestros sillones, las redes sociales y las tertulias La Sexta, El País, El Mundo, el Espejo Público y los delirios de Ana Rosa. Pues anda que nos la van a dar con queso. Ja!
Y así comenzó el festejo tele-iconográfico en la anoche de ayer. Nada que ver con París, sólo coincidíamos en la presencia de la policía, y en que De Gaulle en las antípodas del tirano español, era un general elegido en las urnas que ya nos hubiese gustado tener en España; solo se coincidía en los uniformes y la presencia policial en las calles, porque ni siquiera los métodos represivos fueron los mismos. Aquí hubo torturados y muertos a tutiplén, pocos declarados, y muchos más "por accidente", hasta una cajera del Comedor de SEU en silla de ruedas por una paliza de los grises como sistema represor y vendetta de no se sabe qué, porque no estaba haciendo nada más que cobrar los tiques cuando los energúmenos entraron a caballo en el recinto, mientras en Francia el líder más gallito de la revuelta acabó en el Parlamento como diputado, en fin... nada que ver; tanto como el tocino con la velocidad o Rajoy con la lucidez.
Luego llegó, tras la muerte de Kaudillatón I, la época del reciclaje que entonces llamamos optimista y confiadamente Transición, suponiendo que para mejorar en todo y no volver para atrás, cuando en realidad fue la re-implementación de lo mismo por goteo calculado, igual que ahora, "lo de siempre" aprovechó la palabra democracia para hacer travestismo y se inventó un Psoe en el que, camelando a los viejos socialistas supervivientes de la quema, militaban también los jóvenes universitarios -que se habían batido el cobre en los 60 y setenta- para dar credibilidad al invento. Muchos de mis compas de clase en La Complutense acabaron como diputados, senadores y cargos relevantes del gobierno socialista, ni que decir tiene la alegría que sentía en aquellos tiempos del cambio a estrenar cuando veía a aquellas buenas e idealistas personas ocupando asientos de responsabilidad en el estado. También es cierto que poco a poco fueron desapareciendo, dimitiendo y volviendo a las aulas y despachos de su profesión, según se iba destapando lo que había en el Psoe. Practicamente ninguno de ellos pasó de la primera legislatura.
Ese giro político les dió caché y fiabilidad a los del eterno Ibex camuflados de lo que haga falta para salirse con la suya de siempre y mantener atado y bien atado el ppatrimonio de ppappá.
Y así seguimos, solo hay que ver los afanes del Ibex35 por igualar a Rivera con Macron. España siempre tan creativa y original en sus apreciaciones emprendedoras. Y para que ese sistema comodísimo y rentable siga en activo como si fuera la reina de inglaterra: incombustible años y años, pase lo que pase. Y si no, ahí está Pedro Sánchez para confirmarlo.
Una vez agotados y exahustos pp y Psoe por el mismo motivo: ser incapaces de capear un temporal que ellos mismos han colaborado en formatear y expandir, la secta del Ibex se pone las pilas cuando el 15M se convierte en una peligrosísma conciencia colectiva imparable y con más razones que nunca para hacer saltar por los aires y desde dentro un invento tan rentable y acoplable a todo como el eterno enjuague, y claro, de repente el equipo de sofistas a sueldo se pone a pensar soluciones infiltrables en la eternamente dicotomizada España y así por arte de mediático birlibirloque, en un laboratorio de facultad de Madrid , nace Podemos para aprovechar el momento, con una base de izquierda clarísima, pero además con una vocación que novedosamente llaman transversal - Bauman la llamaría "líquida"- y que solo es la excusa para expandirse a la sociedad, que actúa acoplándose a todo lo que dé votos sin que importe la ética ni los principios morales básicos (como ha hecho siempre el capitalismo liberal) sin ideología ni cotas de honestidad connaturales a la conciencia, solo manejando tácticas ganadoras y por otro lado, el catalán, cuatro nens del pijerío barceloní, que eran los últimos monos del Parlament, se convierten de la noche a la mañana en C's, la alternativa en todas las primeras páginas del estado. Con esos dos artilugios: Podemos controlado y el capital viento en popa, el pp y el Psoe ya pueden jubilarse tranquilos, a la casta le sobran puertas giratorias para recolocar al personal saliente como bisagras entre un pasado sonrojante y un futuro incierto pero siempre con control remoto desde ese batiburrillo corrupto, que como el alquitrán se usa constantemente para asfaltar y hacer transitable y normalizado, -como una red de autopistas rescatadas-, lo peor de cada casa.
Y ahí, justamente, tienen su sitio Errejón y Bescansa. En la ingeniería del alquitrán. Que ya forma parte de la misma sustancia que empastra y solidifica el material pisable, en el que por desgracia está Podemos a punto de convertirse en lo que nunca quisieron ser ni Monedero ni los anticapitalistas.
Es cada vez más evidente que Errejón ( y los que funcionan como él) carga contra la Izquierda, intentando confundir su significado y su porqué, y es posible que hasta lo haga con buena intención y que sus luces no le den para más.
Pero su razonamiento le delata: Errejón es de derechas y ya se sabe que aunque la mona se vista de seda, el plumero prevalece. Y los pueblos oprimidos y sus movimientos de liberación jamás son derechas si no se les envenena con banderas, odios prefabricados y xenofobia, como hicieron Hitler y Franco en su día. La izquierda y la derecha además de tener ideas más o menos claras, son sensibilidades y formas de vida, de afrontar la existencia práctica de los individuos y comunidades humanas. Y tanto Errejón como Bescansa son derecha expresionista cada vez más nítida aunque se refugien en la sigla Podemos. Tanto que seguramente pactarían con C's para cualquier cosa si eso les beneficiase para ganar algo. Están más cerca de esas estrategias que del 15M.
Y desde luego para IU y anticapitalistas es un verdadero marrón tener que cooperar con esa fatalidad.
Los fundamentos que Errejón alega en su manifiesto, -que está en la cabecera de este post-, son tan inanes y fútiles que no se sostienen a la hora de construir un programa político con sustancia realizable para gobernar y ser creíble. Todo son remiendos y costurones según se presenten los eventos.
Para él lo esencial no son los contenidos, ni la realidad que nos sale al paso cada día, sí, ésa por la que se toma la calle, que reclama a gritos lo que necesita y los derechos de los gobernados -que ya cumplen sus deberes trabajando cuando el gobierno lo permite y no dinamita la economía de los pobres llenando los bolsillos de los ricos sin exigirles impuestos como hace con los trabajadores sometidos a sus reformas laborales y fiscales a favor del capital salvaje- junto con los deberes de los gobernantes, y que la política debe afrontar con responsabilidad compartida. De eso Errejón no habla, sólo lo hace de ganar o perder, de considerar que la única solución es ganar votos aunque luego no se sepa qué hacer con el poder que se le ha dado en las urnas. Y si no hay ideas, ni programa consensuado por la escucha y la participación y si la segunda de a bordo en su lista de gobierno para la Comunidad de Madrid es una persona que no sabe distinguir lo municipal de lo privado, como es el caso de Tania Sánchez, que en ningún caso debería haber tenido acceso a un escaño ya sea en el Congreso como en una Comunidad Autónoma, si para él lo importante es ser vencedor a lo Napoleón y no constructor de conciencia como Marcelino Camacho, Nicolás Redondo o Pablo Iglesias senior o Fernández de los Ríos, lo mejor es apuntarse a C's o al Psoe y dejar de dar la paliza confundiendo los términos y los principios con el fin de sacar tajada, igual que hace la derecha, esa forma de existir que consiste exclusivamente en conseguir beneficios para uno mismo y sus intereses al precio de cualquier estrategia.
El problema que Errejón ve en la izquierda es simplemente, español, no de ideas, sino de actitudes y de cultura deficiente. España ha heredado secularmente un enorme cargamento de miseria moral, cognitiva y espiritual, y no es cosa de clases sociales, en ese aspecto están igualmente afectados los señoritos del cortjo que sus mandados. En lo moral es agnóstica, en lo cognitivo garrula instintiva y en lo pre-espiritual practica mayoritariamente una liturgia hipócrita, rastrerilla y meapilas, en el tema del dinero y del poder es rácana y despendolada, según le dé el punto, si está en la cumbre es tiránica y prepotente, pero si está pisoteada es sumisa, rencorosa y cuando puede, tan cruel y vengativa como el más tirano de los tiranos. No ha encontrado el término medio que permite a una sociedad descubrir la igualdad como sistema de convivencia, porque la única igualdad que conoce es la de los tópicos uniformados por normas impuestas, como fundas de sofá, en cuya implementación no se ha contado jamás con el pueblo porque los jerifaltes no lo juzgan adecuado ni los súbditos tampoco se consideran capaces de pensar y decidir en común sobre asuntos propios en los que nunca han tenido arte ni parte y que sin embargo les atañen y afectan por completo. Y con semejante panorama, lo normal es preguntarse, ¿cómo es posible que esto sea así con lo que estamos viendo y sufriendo cada día hasta en los tribunales, que deberían ser la clave y la balanza del equilibrio cuando la brújula de la política y el mapa de la sociedad no se entienden?
Ese es el territorio-marco ideal de la derecha y España no conoce otra cosa, hasta cuando ha sido gobernanda por el Psoe ha sido igual y el Psoe se lo ha consentido para seguir sacando votos y poder de esa carencia, y ¿tal vez porque el mismo Psoe es sustancialmente un producto de la derecha también, con matices un poco menos derrados que el pp, y por ello nunca ha hecho nada para cambiar un tejido socioemocional y cognitivo tan enfermo e insalubre? Tiene lógica, no se puede trabajar, educar ni posibilitar lo que no se conoce ni se experimenta y sólo se ha leído en los libros de política y de historia, y se queda flotando en la menmoria como las citas eruditas dignas de soltarse de vez en cuando en los discursos pero desconectadas absolutamente de la realidad.
Lo que nos marca no es lo que nos cuentan, es lo que nos ha educado y hemos visto constantemente y asociamos a emociones, sentimientos y rutinas, en casa ,en la escuela, en la parroquia, en el club de fútbol,en el bar o en la tele, ya sea para reaccionar y cambiar lo heredado, como para seguir sus pautas autómatas sólo cambiando de traje pero no de esencia cultural consciente, puesto que los hábitos sí hacen al monje si el monje sólo tiene el hábito como estratégica credencial de su condición. En ese plan es muy difícil el cambio de inercias o sea, de vida, de actitudes, y de sustancia experiencial. Porque lo propio, lo innato y lo inoculado, ya sea aquirido o contagiado no se distingue sin conciencia que nos permita ver las diferencias y los síntomas.
Cuando Podemos aparece en 2014, se produce un gran alivio social porque al fin, el pueblo mediante los círculos y sus asambleas iba a poder expresarse y decidir en común, entrar como institución viva, federalista, solidaria, pensante con voz y voto en el funcionamiento de un estado que desde siempre ha disfuncionado de espaldas a los seres humanos que lo sostienen con su trabajo y sus impuestos, un estado que da la vuelata a la tortilla del poder y lo convierte en servicio público y participativo, democrátimente adulto...Donde los antiguos partidos-secta se van convirtiendo en movimientos sociales y sectoriales con portavoces que nunca serán profesionales de la política, sino gestores temporales elegidos por encargo de sus conciudadanos. Nunca una reedición del Psoe en un Podemos amañado ad hoc, ni del pp aunque el Ibex35 quiera prolongar su hegemonía en C's...
Lo que hay que cambiar y superar no es la estrategia electoralista para ganar mejor el asalto a unos cielos estrambóticos, imposibles e indeseables como forma de vida para toda la humanidad, sino la miserable y cavernícola mentalidad de bloques enfrentados eternamente por intereses y no por ideales colectivos y que se consiga el cambio manteniendo las bases de la ética personal y la moral pública, expresadas en todo lo que se hace y se decreta. La coherencia de escuchar a las bases más que a los jerifaltes y de valorar la sabiduría de la experiencia de los pueblos por lo menos tanto como se valoran los discursos y las dignidades de la rimbombancia hidalgo-lazarillo fashion. Ésa que como en la genial novela renacentista, ostenta el hidalgo miserable fingiendo una riqueza que no tiene, ya que vive y malcome gracias a que su criado le adecneta la imagen y pide limosna en las calles, para él. Ya hemos tenido bastante de lo mismo durante siglos.
Así estamos, querido Errejón, y si aún no te has dado cuenta de que ya no nos sirve el modelito del apaño, seguramente es hora de que pases página en Podemos como marca y etiqueta, sobre todo porque los que sufren y necesitan el cambio con urgencia no son botes de conserva con una marca con la que dar cuerpo electoral a un vacío de contenido y de propuestas que superen el vacío de conciencia que ese injerto de Podemos está paseando por ahí como la panacea sin que ni siquiera consiga aclararse y ande más pendiente del nombre de la cosa que de la cosa en sí, que debería ser el bien común y no un taller de títeres, cuyos hilos sigue moviendo la misma mano: el Ibex35 y sus pantallas omnipresentes.
Ya lo dejamos muy claro en las dos citas electorales pasadas: no queremos bloques, no queremos siglas ganadoras. No quermos Napoleones de ningún color ni especie aunque lo ganen todo. González y Guerra ya nos dieron el master adecuado durante años. Preferimos menos glamour estratégico y más ética, más honestidad que estrategias. Ya hemos visto los resultados de gobernar sólo por intereses de partido y no por el encargo de la ciudadanía, aunque eso perjudique a los organigramas de los partidos y haya que ajustarlos a su finalidad esencia que no es su preeminenecia sino su fiabilidad y solvencia 1º) moral y 2º) ejecutiva, por ese orden, y que solo deben ser instrumentos ad hoc, y no finalidad en sí mismos.
Nos conformamos con que haya tanta conciencia en los poderes del estado como la hay en la ciudadanía que reclama el cambio que necesitamos, que haya la misma humildad inteligente para entenderse sin trifulcas, rivalidades, puñaladas traperas y juegos sucios, como lo es ofender al pueblo colocando en cargos públicos y en listas de poder a personajes como Tania Sánchez y como tú mismo, Errejón, incapaces de ver lo que hicistéis mal y de dimitir para salvar a Podemos. No es imposible, Monedero lo hizo y eso no lo olvidaremos nunca. Y encima él no sacó ningún beneficio personal ni su familia tampoco, de una donación que no era para él sino para crear proyectos como La Tuerka, por ejemplo, que son un bien común. Por eso no la declaró a Hacienda, porque en realidad esa cantidad no era suya.
Por muy hábiles que seais, los estrategas sin límite no sois de fiar. Y ya estamos escarmentadísimas de ese papelón. Si no tenéis el valor de asumir la responsabilidad de lo que habéis hecho mal y lo justificáis como normalidad, no os sorprenda que Podemos siga perdiendo votos cada día. Porque nunca os votará la derecha, a la que esos tiquismiquis de la decencia le importan un bledo. La gente decente está escarmentadísima y si ve nieblas y nubarrones, se va a donde ve más luz y/o se abstiene. Si se trata de elegir entre corruptos, los incondicionales de la afición, los prefieren con experiencia y si se trata de querer gente limpia, se abstienen. Por eso la izquierda se abstuvo en las elecciones pasadas y se perdieron tantos votos, por eso es tan difícil que gane, tiene el listón muy alto, y tiene que demostrar que ella no se corrompe porque le crecen los enanos que deberían estar en otro lugar. No se puede ir amparados a las urnas como adalides de un cambio honesto y luego escaquearse moralmente de las propias irregularidades, que para los acomodaticios si no se condenan como delitos punibles, carecen de importancia y se pueden ir aplicando tan campantes a la hora de gobernar dando gato pringado por liebre limpia.
Ahí queda una irrespetuosa paráfrasis becqueriana para terminar:
¿Cuál es la causa de que pierda la izquierda?
-me dices preocupado
mientras baila en el aire tu pupila azul-
¿Y tú me lo preguntas? La causa eres tú mismo
y aquellos que funcionan como tú.
Lo que nos marca no es lo que nos cuentan, es lo que nos ha educado y hemos visto constantemente y asociamos a emociones, sentimientos y rutinas, en casa ,en la escuela, en la parroquia, en el club de fútbol,en el bar o en la tele, ya sea para reaccionar y cambiar lo heredado, como para seguir sus pautas autómatas sólo cambiando de traje pero no de esencia cultural consciente, puesto que los hábitos sí hacen al monje si el monje sólo tiene el hábito como estratégica credencial de su condición. En ese plan es muy difícil el cambio de inercias o sea, de vida, de actitudes, y de sustancia experiencial. Porque lo propio, lo innato y lo inoculado, ya sea aquirido o contagiado no se distingue sin conciencia que nos permita ver las diferencias y los síntomas.
Cuando Podemos aparece en 2014, se produce un gran alivio social porque al fin, el pueblo mediante los círculos y sus asambleas iba a poder expresarse y decidir en común, entrar como institución viva, federalista, solidaria, pensante con voz y voto en el funcionamiento de un estado que desde siempre ha disfuncionado de espaldas a los seres humanos que lo sostienen con su trabajo y sus impuestos, un estado que da la vuelata a la tortilla del poder y lo convierte en servicio público y participativo, democrátimente adulto...Donde los antiguos partidos-secta se van convirtiendo en movimientos sociales y sectoriales con portavoces que nunca serán profesionales de la política, sino gestores temporales elegidos por encargo de sus conciudadanos. Nunca una reedición del Psoe en un Podemos amañado ad hoc, ni del pp aunque el Ibex35 quiera prolongar su hegemonía en C's...
Lo que hay que cambiar y superar no es la estrategia electoralista para ganar mejor el asalto a unos cielos estrambóticos, imposibles e indeseables como forma de vida para toda la humanidad, sino la miserable y cavernícola mentalidad de bloques enfrentados eternamente por intereses y no por ideales colectivos y que se consiga el cambio manteniendo las bases de la ética personal y la moral pública, expresadas en todo lo que se hace y se decreta. La coherencia de escuchar a las bases más que a los jerifaltes y de valorar la sabiduría de la experiencia de los pueblos por lo menos tanto como se valoran los discursos y las dignidades de la rimbombancia hidalgo-lazarillo fashion. Ésa que como en la genial novela renacentista, ostenta el hidalgo miserable fingiendo una riqueza que no tiene, ya que vive y malcome gracias a que su criado le adecneta la imagen y pide limosna en las calles, para él. Ya hemos tenido bastante de lo mismo durante siglos.
Así estamos, querido Errejón, y si aún no te has dado cuenta de que ya no nos sirve el modelito del apaño, seguramente es hora de que pases página en Podemos como marca y etiqueta, sobre todo porque los que sufren y necesitan el cambio con urgencia no son botes de conserva con una marca con la que dar cuerpo electoral a un vacío de contenido y de propuestas que superen el vacío de conciencia que ese injerto de Podemos está paseando por ahí como la panacea sin que ni siquiera consiga aclararse y ande más pendiente del nombre de la cosa que de la cosa en sí, que debería ser el bien común y no un taller de títeres, cuyos hilos sigue moviendo la misma mano: el Ibex35 y sus pantallas omnipresentes.
Ya lo dejamos muy claro en las dos citas electorales pasadas: no queremos bloques, no queremos siglas ganadoras. No quermos Napoleones de ningún color ni especie aunque lo ganen todo. González y Guerra ya nos dieron el master adecuado durante años. Preferimos menos glamour estratégico y más ética, más honestidad que estrategias. Ya hemos visto los resultados de gobernar sólo por intereses de partido y no por el encargo de la ciudadanía, aunque eso perjudique a los organigramas de los partidos y haya que ajustarlos a su finalidad esencia que no es su preeminenecia sino su fiabilidad y solvencia 1º) moral y 2º) ejecutiva, por ese orden, y que solo deben ser instrumentos ad hoc, y no finalidad en sí mismos.
Nos conformamos con que haya tanta conciencia en los poderes del estado como la hay en la ciudadanía que reclama el cambio que necesitamos, que haya la misma humildad inteligente para entenderse sin trifulcas, rivalidades, puñaladas traperas y juegos sucios, como lo es ofender al pueblo colocando en cargos públicos y en listas de poder a personajes como Tania Sánchez y como tú mismo, Errejón, incapaces de ver lo que hicistéis mal y de dimitir para salvar a Podemos. No es imposible, Monedero lo hizo y eso no lo olvidaremos nunca. Y encima él no sacó ningún beneficio personal ni su familia tampoco, de una donación que no era para él sino para crear proyectos como La Tuerka, por ejemplo, que son un bien común. Por eso no la declaró a Hacienda, porque en realidad esa cantidad no era suya.
Por muy hábiles que seais, los estrategas sin límite no sois de fiar. Y ya estamos escarmentadísimas de ese papelón. Si no tenéis el valor de asumir la responsabilidad de lo que habéis hecho mal y lo justificáis como normalidad, no os sorprenda que Podemos siga perdiendo votos cada día. Porque nunca os votará la derecha, a la que esos tiquismiquis de la decencia le importan un bledo. La gente decente está escarmentadísima y si ve nieblas y nubarrones, se va a donde ve más luz y/o se abstiene. Si se trata de elegir entre corruptos, los incondicionales de la afición, los prefieren con experiencia y si se trata de querer gente limpia, se abstienen. Por eso la izquierda se abstuvo en las elecciones pasadas y se perdieron tantos votos, por eso es tan difícil que gane, tiene el listón muy alto, y tiene que demostrar que ella no se corrompe porque le crecen los enanos que deberían estar en otro lugar. No se puede ir amparados a las urnas como adalides de un cambio honesto y luego escaquearse moralmente de las propias irregularidades, que para los acomodaticios si no se condenan como delitos punibles, carecen de importancia y se pueden ir aplicando tan campantes a la hora de gobernar dando gato pringado por liebre limpia.
Ahí queda una irrespetuosa paráfrasis becqueriana para terminar:
¿Cuál es la causa de que pierda la izquierda?
-me dices preocupado
mientras baila en el aire tu pupila azul-
¿Y tú me lo preguntas? La causa eres tú mismo
y aquellos que funcionan como tú.
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