Hablemos
Después de los
acontecimientos de ayer en Cataluña, es necesaria una reflexión en
defensa de la democracia. Durante muchos meses, desde distintos puntos
de España, desde partidos políticos diversos, habíamos pedido a Mariano
Rajoy que ejerciera de presidente del Gobierno, que afrontara lo que
estaba pasando en Cataluña y que comenzara un diálogo sereno para evitar
un choque de trenes que, finalmente, se ha producido.
Lo que nos toca hacer a los políticos es precisamente evitar los
problemas, anticiparnos a ellos siempre que sea posible, y minimizar las
consecuencias negativas. Y es la responsabilidad, antes que nada, de
todo un presidente del Gobierno. Pero Rajoy ha preferido desentenderse
del problema durante todos estos meses. No ha ejercido de presidente del
Gobierno, y ha delegado en los tribunales y en la policía un problema
que es real y que es político. Tanto, que podemos divisar sus orígenes
en el recurso del Partido Popular ante el Tribunal Constitucional de un
Estatut, el del año 2006, que había sido refrendado por la ciudadanía. A
aquello se unieron campañas de boicot y otras actitudes que nos han
llevado hasta aquí. Hasta el convulso escenario de ayer.
Las imágenes de cargas policiales mientras la gente
pedía votar no son propias de una democracia. La prensa internacional
recoge la contundencia de las porras y el recuento de heridos, mientras
dentro de España la tensión ha llegado a unos límites que no se tendrían
que haber producido. Hoy, día 2 de octubre, tenemos que ser capaces de
volver a tender puentes para que la gente pueda expresarse con libertad.
A favor o en contra de lo que sea, pero con serenidad. Y si los
representantes de los gobiernos central y catalán no son capaces de
sentarse en una misma mesa para dialogar, se tendrá que cambiar de
interlocutores. Debatir y buscar soluciones políticas a las peticiones
de la ciudadanía en el marco de la legalidad son ejercicios diarios de
democracia. Y el diálogo es más necesario que nunca. La democracia no
puede pasar NUNCA por el uso de la violencia. HABLEMOS.
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