viernes, 27 de octubre de 2017

La pésima educación



Si queremos que nuestro entorno se vaya regenerando  y que la sociedad cambie a mejor es imprescindible trabajar en la base, en la calle, que es algo más que salir a manifestarse de vez en cuando o aunque sea todos los días, si una vez en casa doblas la pancarta y la guardas hasta la próxima; es imprescindible que las pancartas se tatúen en la conciencia y eso sólo es posible si vives en ella, en la conciencia, no en la pancarta. O en el partido, como en un club ideológico que te separa del resto de humanidad con la que, además del mismo planeta sólo compartes el pique, la rivalidad y la hostilidad en general tanto si el partido es afín como si es opuesto; la rivalidad en las urnas es la misma y a veces más torticera si la relación es de afines, pero diversos. 

El franquismo secular nos ha dejado una conciencia social inexistente, flotando en un agujero deforme, una des-conciencia total: crédula y acrítica con lo que viene de "arriba" pero picajosa y despectiva con lo que viene de "abajo". Así se explica que las grandes superficies no den a los necesitados los productos alimenticios que tiran a la basura en perfectas condiciones de consumo, -lo dicen ellos, no me lo invento ni es un chiste de El Roto- "por si acaso" al hambriento le diera por revender los productos y hacerles competencia desleal o la dádiva se convirtiera en objeto de denuncia por parte del mendigo para enriquecerse a base de indemnizaciones por alegar que la limosna comida estaba en mal estado. Hay que ser retorcidos hasta lo indecible para tramar semejantes hipótesis, sin siquiera considerar que en el sistema pepero los pobres que piden limosna en la puerta de los supermercados si dispusieran de los 600€ que cuesta hacer una denuncia, no estarían pidiendo en la calle, obviamente. Esa es una.

Otra ha sido el atracón de obviedad amoral e insolidaria que nos dimos ayer tarde-noche en la comisión municipal de Bienestar Social, en mi barrio. La propuesta de la asamblea era tratar con la delegada municipal el tema de las ayudas básicas a los más precarios y con peores condiciones de vida y hacer un control de calidad de gestión de políticos y funcionarios por parte de los ciudadanos. La cita era a las 19'00, y a partir de dicha hora comenzó a llegar peña en aluvión, sin parar; se juntaron aproximadamente medio centenar de participantes, que llegaban en grupos, hasta agotar las sillas disponibles; las comisiones sectoriales no suelen ser muy frecuentadas y si llegan a seis u ocho asistentes (casi siempre los mismos), ya  es un triunfo. Bien , pues ayer la asistencia fue una pasada, hasta que comenzó la sesión...Aquella buena gente, seguro que  se había enterado de la convocatoria del Ayuntamiento sobre la pobreza y decidieron acudir en masa...¡Qué solidaridad y qué corresponsables! -íbamos pensando los habituales a los cuatro gatos con buena voluntad. Ah, qué impacto se produjo de repente cuando comenzaron todos a una a gritar como si les hubiesen dado cuerda. Apenas podíamos entender qué querían decir. Gritaban, se atropellaban entre ellos, chillando a coro disfónico y cada vez más alto,  argumentos inconexos que pillábamos a salto de mata: "Es que ya no se puede aguantar más , es insoportable, ¡hasta violaciones y todo!, y  borrachos, drogados como zombies...¿Y el del coche que vende en la puerta comida y cervezas a grito pelao, qué? Y yo lo veo todo desde mi ventana...no me dejan dormir...Ni a mí... Pues anda que a mí que vivo en el primero, pues yo ni te cuento que vivo en séptimo y arriba se oye mucho más que abajo...De eso nada, en el primero es muchísimo peor...No, mucho más horrible cuanto más alto por el efecto chimenea, eso es física...Y lo del primero también, anda esta... es acústica, parte de la física, ¿o no?...Y vomitan en el umbral de mi casa, y es una desvergüenza.... y viene la policía y no hace nada de nada...dicen que no pueden hacer nada...!" 
No escuchaban al delegado de la comisión, ni a la funcionaria, ni a ninguno de los presentes que les pedían por favor un poco de calma para que se les pudiese entender, pero ellos ni siquiera atendían a  sus colegas de indignación que estaban en el mismo ajo. Cada loco y loca con su tema monologaba hasta el frenesí. Y cada patriota con su bandera chillona. La marca Ejpaña estaba en todo los suyo más que nunca. Un manicomio en pleno delirium tremens o en apoteosis de brote psicótico, en el que cada uno se centra en su rapto emocional, mucho más rapto y mucho más emocional e importante que los raptos ajenos. 
Por fin un hombre grandote, con acento latinoamericano y con pinta de King Áfrika, consiguió alzar la voz, gritar más alto que nadie y que el barullo bajase los decibelios, cuando con un vozarrón de bajo en plan  negro espiritual, aseguró que "la discoteca cumple con todos los permisos y requisitos legales", pero que él estaba dispuesto a aceptar cualquier sugerencia para solucionar el conflicto. 

Uff, qué alivio, por fin podíamos desentrañar  el por qué del pifostio vecinal. Una discoteca y un pub se habían hecho los amos de la noche patraixí, y llevaban en ello más de cinco años, por lo visto y oído. Pero se ve que hasta esta semana la paciencia del vecindario que ha soportado carros y carretas, con los mismos estropicios durante años y juntas vecinales a las que nunca acudió ninguno de ellos en vida de Rita Barberá para exponer tanta salvajada, había asumido el asunto como irremediable y con resignación cristiana convertida en pereza y dejadez despotricante, o sea, a la española. Hasta que una mano inocente colgó en los ascensores de la contornada un cartelito anunciando esta reunión de la comisión sectorial de Bien Estar Social, para tratar de la  gestión de los recursos en el ámbito de la pobreza extrema, qué hacer con lo asistencial para convertir limosnas en justicia y DDHH. Como se vio, aquella avalancha de orates desatados habían confundido un asunto de  Orden Público y Sanidad Medioambiental con el Bien Estar Social y la Pobreza rampante ya se ha hecho endémica en Ejpaña y empieza a ser normalidad y hábito natural como la vida misma. A lo mejor, viendo el panorama de miseria cognitiva y educacional tan abundante y potente, el universo cuántico haya empezado  convertir la pobreza material en la cara A de la miseria ética del conjunto. 

Poco a poco se les fue haciendo terapia colectiva y se consiguió que escuchasen algo, no mucho, la verdad, pero menos es nada. Estuvimos desde las 19'00 hasta las 20'15, tratando de explicarles la fórmula para solucionar el  astrakan de sus soponcios y que nuestra comisión no era la de Orden Público, Conflictos Sociales ni Emergencias Urbanas. Que hay un 112  para emergencias sociales que se encarga de esas movidas que desbordan como una riada o un incendio. Y que ya no podíamos dedicarles más tiempo porque teníamos que tratar los asuntos del barrio correspondientes a la Pobreza, y les invitamos a participar en  nuestra actividad en favor del barrio y a aportar ideas ,sugerencias y críticas, por supuesto. Y  ¡zas!, todo cambió en un click. Fue como frotar la lámpara de Aladino. O tal vez un milagro de cualquiera de los dos Sant Vicents que tenim à Valencia, En Mártir y En Ferrer. Como movidos por un prodigioso resorte mágico se levantaron de golpe todos a la vez y comenzaron a salir escopeteados de la sala de juntas. Salí a despedirles hasta la puerta y mientras se piraban les preguntaba su opinión sobre el tema de la pobreza, tan candente y atroz. Unos callaban mientras aceleraban el paso, otros miraban al suelo diciendo que tenían mucha prisa. Y otros se justificaban sin venir a cuento, aludiendo a la cantidad de cosas importantes que debían hacer en ese momento y no en la hora y cuarto pasada, en la que sólo se dedicaron a pelear por sus asuntos. Y la pobreza es cosa de los pobres no de ellos, que ya tienen bastante con lo suyo. Lo de los pobres, si eso, ya está Caritas y las parroquias...La última guinda la puso un vecino que se declaró de izquierdas y todo, con una frase lapidaria: "Lo que hay que mirar es a quién se ayuda, porque no podemos ayudar a tanto extranjero y que luego no quede nada para nosotros..."

Mientras se iban por el parque que rodea los edificios municipales, no pude contener el pálpito de que a lo mejor la discoteca y el pub de los jamacucos y golfería impresentable, están donde deben estar. El universo siempre equitativo reparte sentencias mucho mejor que algunos jueces facilones o fiscales de ánimo ligero y carantoñas cómplices.

Mientras daban las 21'00, tras nuestra breve reunión para tratar de la pobreza en el barri, sentí un escalofrío repentino y una especie de voz lejana y apagada que silbando en la noche parecía repetir con una especie de sordina machacona en modo Golum del Señor de los Anillos  "atado y bien atado...ya os lo dije, eshpañolesh todosh...y no me creistéis...atado y bien atado...mirad Catalunya, mirad València...mirad Galicia, mirad La Moncloa y La Zarzuela....ji, ji, ji...mirad la prostit...uy, la constitución... ji, ji, ji..."    Jo

 Ains!


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