La Europa capitalista se atrinchera en Oviedo como Don Pelayo, preparada para reconquistar la dictadura y derrotar a la democracia. ¡Vivan los visigodos y su concepto innovador de las artes marciales!
Lástima que lleguen con 12 siglos de retraso y después de haber convertido varias veces España en la cochiquera de Europa, eso sí, una zahurda con mucho turismo y visiteo festero, borrachín y casposo low cost, cuyo caché privilegiado es el servicio de habitaciones y de barra de bar y restaurante de postín o de chiringuito y bocata, de recepción y limpieza, corre a cargo de expertos licenciados y brillantes doctoras en paro, récord europeo jamás batido por ningún otro estado de la surrealista community.
Para cantar tanta gloria visigótica allí estaba el último mohicano de la saga, presidiendo el festejo promocional y dando premios a tutiplén a extranjeros maravillosos mientras debajo de las alfombras quedaban ocultas las pelusas de los DDHH, las libertades y la dignidad de los aborígenes en ruinas que generosamente subvencionan los premios con el sudor de sus trabajos forzados combinados con el desempleo, por la pericia gestora del héroe del momento: Mariano Rajoy.
Fue conmovedor escuchar al rey, tan convencido de su discurso, aplaudido y coreado por uno de los padres del berlusconismo ahora convertido en máximo gerifalte de la UE, Tajani, poniendo por las nubes la mansedumbre tan estupenda y fiel al trinke organizado, del pueblo español tan afín al italiano sobre todo en su capacidad para organizar estructuras de forring office clientelares que los insensatos como Roberto Saviano, los jueces Di Pietro o Garzón llaman mani pulite, gürtel, mafia, camorra, taula, lezo, púnica o cosa nostra, y sobre todo el mazazo patriótico de escuchar sus palabras acompañadas por la banda sonora de Manolo Escobar y su ¡qué viva Ejpaña! tras el desfile del rey, las reinas y Rajoy por el pasillo...
¡Madremía qué mogollón de emociones arrolladoras! Qué diluvio de carnes de gallina, qué desparrame de gloria de los chinos y todo a un 'eulo' en lo que atañe a la vergüenza y al pudor, que sólo se descolocó cuando las cámaras despistadas de tv se descuidaron negligentemente por unos segundos y mostraron la cara b del escenario: unos cientos (pocos, según la crónica real de la irrealidad Gran Hermano) de desastrados antisistema maleducados y aguafiestas que como cada año, pero éste en especial, se han empeñado en abuchear en esta fecha estelar, a las maravillosas personalidades, armados hasta los dientes con peligrosas y provocadoras banderas republicanas que recuerdan al Borbón una cosa fundamental que, al parecer, él no retiene en su frágil memoria dinástica: para ser Jefe de un estado que se considere democrático en el siglo XXI, primero hay que preguntar al pueblo si está de acuerdo en conformarse o no, con la triquiñuela de una Constitución pergeñada en un estado de excepción permanente a la muerte del mismo tirano que repescó la monarquía para seguir manejando el timón después de muerto.
El Borbón apeló como siempre, pero con más énfasis y gallos laríngeos que de costumbre, a la unidad de esa patria que nadie tiene muy claro lo que es en realidad, ¿un club de fútbol o de alterne?, ¿una cofradía de semana santa? ¿una peña taurina? ¿un casal fallero? ¿una peña vasca en su choko con el orfeón donostiarra cantando Maitexu mía?¿un desfile de la santa compaña? ¿una muixaranga? ¿un castell? ¿una peña taurina? ¿la RAE en versión autonómica? ¿la Pandorga manchega? ¿la sobreasada mallorquina? ¿el turrón de Jijona? ¿Benidorm? ¿la romería del Rocío? ¿tal vez los Sanfermines y el club del toro embolao? ¿el mojo picón? ¿Marinadorqueguay, Porcelanosa, el aeropuerto de Castelló, el 'caloret' valenciá d'hivern o la sede de todos los trespercent del cotarro español, que para eso no hace falta ningún estatut regulador, sino jetas acorazadas sin fronteras? ¿Tal vez Cuéntame? ¿La gran evasión?...En ese momento de explosiva cogorza patriótica nadie podría localizar en concreto el pedazo de patria que le hace más tilín y con más garantías de representar a gusto de todos el alma españolaza urbi et orbe. Todas son iguales en lo fundamental. Los pelos como escarpias eran los protas indiscutibles del momentazo. Qué passsssada, coleguis...
Porfa, volved a repasarlo en YouTube y sabréis de qué hablo, de qué conmociones inenarrables está tejido ese tapiz de nuestra esplendorosa y siempre vencedora raza celtíbera y seguro que después de tal impacto, de ese sock indescriptible, se acaban de un plumazo -del águila imperial, of course-, y de una vez por todas, esos soberanismos titubeantes y zangolotinos, para dar paso a una sola, grande y libre ppatria que todos soñamos desde siemppre, unificada y fuerte como un bunker, contundente y finiquitadora como una Cosppedal o en su defecto como una Inquisición, o como una falange macedónica o fascista, como una armada invencible renovada y con mejor curriculum terminator; como un nuevo y ,sin duda, nunca olvidado Bienvenido Mr. Marshall. Aunque debo reconocer que sin el toque genial de Berlanga, el magno evento pierde una barbaridad.
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