Seres humanos como esta diputada me reconcilian con la humanidad y con la humanidad española en particular. Gracias, millones de gracias a Teresa Rodríguez ( la recuerdo muchas veces ante los barracones del Colegio Público "Ciudad de Cremona" y en la reunión en la Casa de la Dona en Alaquás tomando notas para llevar al Parlamento Europeo nuestro caso inhumano y penoso), gracias a ella y las y los que son como ella, por ser oro molido y porque no hay sueldo en el mundo que pueda pagar el trabajo de seres como éste.
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