domingo, 20 de octubre de 2019

Como foto del móvil este relato es perfecto. Ahora solo nos falta dar el paso de dejar el empacho de las fotos a un lado y hacernos una radiografía o una resonancia magnética individual y al mismo tiempo colectiva, porque la conciencia es inseparable de la Consciencia, como el yo lo es del nosotros. Opinar se queda en nada cuando todo se ve desde la ventana, desde el balcón, desde la barrera. Desde el tirachinas, desde el disparo cruzado de la cháchara en red. Así todo es trivial como un juego de mesa o de videoconsola, de superficie y cáscara. Se escapa la esencia que nos implica, que nos mezcla y nos hace sensibles y conscientes, que nos hace reales sacándonos de la especulación. ¿En qué cambia nuestra vida, nuestra visión y nuestra conciencia materializadora de ideas, si solo somos opinión y en realidad somos humanamente indiferentes ante el Otro y la Otra? ¿Cómo arreglar algo concreto, si en vez de remangarse y aportar iniciativas en voluntaridos, en agrupaciones sanas sin sacar tajada egocéntrica, cultivando la serenidad empática, respetuosa, receptiva, fértil, útil y constructiva, en comunidades barriales, fraternas y no violentas, sólo nos aferramos a "la lucha" de dogma contra dogma, como asfixiante salvavidas insostenible? Si sólo se es carne de ecos y parte de un bostezo universal encadenado y estupefaciente, un simulacro, una burla de la inteligencia individual y comunitaria; apósitos adhesivos de Netflix, y cantando, por ejemplo, - un casposo prototipo genuino y triunfante del baboseo intelectivo- 'unos que vienen y otros que se van, unos que rien y otros que llorarán, al final, la vida sigue igual', un mantra demoledor, de encefalograma plano y sentimientos en la morgue, total para qué molestarse, ¿verdad?...¿Para qué moverse del sofá si ya con el guasap y esas redes maravillosas abarrotadas de besugos y merluzas en milagrosa pesca para el negocio de datos on line y mejor manejo del Big Brother -leed a E.Snowden, porfa-, se llega a todas partes? Sí, a todas, menos a uno mismo, a una misma, que está en constante escapatoria de su propia esencia, ésa que además es comunitaria en lo más profundo y auténtico. Alguien comenta, "hace falta un líder que arregle esto". Ya estamos en las mismas: un líder válido no arregla nada él solo, es quien sabe estimular y despertar las mejores cualidades de los demás, para que entre todos, con la sabiduría práctiica de la humildad, en equipo y sin 'estrellos', se pueda gestionar cada reto, cada desafío del convivir en el bien común.El verdadero éxito de un lider es conseguir dejar de ser lider sin que se hunda el mundo porque él no está ahí para evitarlo, en plan Superman, porque ha sido capaz de que el talento social se baste a sí mismo, al estar despierto y activado cotidianamente porque se han desarrollado herramientas psicoemotivas, inteligentes, adecuadas y fluídas, para regular dignamente la praxis diaria en los grupos humanos. Los padres y madres que mejor educan a sus hijos son los que les muestran el camino de la autonomía y la autosuficiencia para que puedan vivir libremente y sin miedo a su propia responsablidad. Los que ayudan a madurar a sus hijos , no los que les solucionan todo hasta que tienen 40 años y no saben dar un paso sin la ayuda se los padres. Es lo mismo en la política, en la sociedad, en la religión, en las empresas, o en los gobiernos, sindicatos y partidos.Ains!


Contra toda forma de violencia

Una ficción sobre protesta, disturbios y violencia, o más bien violencia



Contra toda forma de violencia Contra toda forma de violencia RIKI BLANCO
 
Entre seis o siete encapuchados empujan los contenedores al centro de la calzada, otros traen sillas de una terraza próxima, arrastran vallas que poco antes sirvieron para cortar el tráfico. Otros grupos replican la barricada en cada acceso a la plaza, mientras las sirenas advierten de la proximidad de los furgones, y el helicóptero se instala quieto en lo alto.
Con las primeras llamas, hay manifestantes que salen a la carrera por la única calle que aún no está trancada, pero se encuentran con un centenar de antidisturbios que avanzan por la avenida. Algunos buscan refugio en portales y en los pocos comercios que todavía no han bajado la persiana, otros se sientan en el asfalto y levantan las manos pero son arrastrados por los policías; los que cruzan corriendo el cordón se tapan la cabeza con las manos para amortiguar los porrazos. Un joven consigue esquivar a dos, tres, cuatro policías, pero el quinto lo placa y lo tumba en el suelo, entre varios lo esposan mientras uno le aporrea las piernas, lo llevan en volandas hasta el furgón mientras grita.


Desde la plaza vuelan los primeros proyectiles: bolas de acero lanzadas con tirachinas, adoquines que varios han estado levantando y amontonando junto a las barricadas, botellas de un contenedor volcado. Del otro lado responden con disparos, los tiradores se parapetan tras compañeros que les cubren con el escudo. Los últimos manifestantes que quisieron alejarse se ven atrapados en medio del fuego cruzado, se pegan a las fachadas para esquivar los proyectiles. Un policía recibe un impacto en el cuello, tal vez una piedra, o una pieza metálica. Se desploma de rodillas, se duele, gatea, entre varios agentes lo levantan y lo llevan a la retaguardia, cubiertos por un tirador que rodilla en tierra dispara hacia el parapeto y alcanza a un encapuchado que cae de espaldas, se lleva las manos a la cara, dos jóvenes lo toman por los brazos y lo cargan hacia un lateral, le levantan el pañuelo para comprobar el daño.
Al fondo de la avenida, en la retaguardia de los antidisturbios, los últimos manifestantes todavía no se han retirado. Unos doscientos se sientan e impiden el paso de los refuerzos policiales que pretenden llegar a la plaza. Los agentes arrastran a los primeros, hay forcejeo, un policía recibe un botellazo, otro una patada en el pecho, hasta que barren a porrazos la fila delantera y los demás huyen a la carrera, estalla un escaparate cercano, vuelan papeleras arrancadas y un furgón está a punto de atropellar a dos jóvenes.
En su carrera, manifestantes y policías llegan a una calle paralela y hasta ese momento tranquila, por la que aún circulan coches que se ven de pronto bloqueados, vecinos del barrio que llegaban a sus casas y ahora obligados a correr, un anciano tropieza, una joven es empujada contra la reja metálica de un comercio, una mujer trae el rostro ensangrentado, un policía queda rezagado y recibe una zancadilla, sus compañeros lo rescatan despejando la zona con disparos.
Mientras, en la plaza, un furgón ha conseguido pasar entre las llamas, abre un corredor por el que entran a la carrera los primeros antidisturbios, recibidos con una lluvia de adoquines, disparan a ciegas, el humo negruzco del plástico derretido vela la plaza, un periodista recibe un impacto en la espalda, a otro le rompen la cámara. Se multiplican los disparos, un cohete arranca chispazos del parabrisas de un vehículo policial, los bomberos mojan una barricada pero dos calles más allá arden dos coches atravesados en la calzada, una ambulancia intenta evacuar a un herido.
27 Comentarios:

#1 / Carlos
Qué horror. La violencia es siempre rechazable, mi condena más enérgica a los violentos.
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#2 / Jordi
Son acciones inaceptables, están destrozando la ciudad. Cualquier causa pierde automáticamente la legitimidad cuando se defiende con violencia.
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#3 / Lupus
(En respuesta a #1)
¿Violentos? Supongo que te refieres a los antidisturbios, porque yo ahí solo veo abusos e impunidad de los que llevan porra y disparan a la gente.
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#4 / Lena
Son unos salvajes, no me representan. Niñatos con ganas de adrenalina. Las consecuencias las pagaremos todas.
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#5 / Carlos
(En respuesta a #3)
Sí, claro, y ahora dirás que los que tiran adoquines y queman la ciudad son infiltrados policiales, ¿verdad? Se le ha ido de las manos, ya no controlan la calle, pero ellos mismos lo alentaron.
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#6 / Rick
Aunque sean imágenes duras, es una lucha legítima. Los indígenas llevan sufriendo siglos de opresión y genocidio, el poder en su país ha estado siempre en manos de una oligarquía racista. Es violencia, claro, pero el gobierno ecuatoriano solo entiende ese lenguaje.
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#7 / Mauricio
Entiendo que la subida del billete de metro es la gota que colma el vaso, la desigualdad económica no deja de crecer. Pero la respuesta no puede ser esta, los estudiantes chilenos se equivocan.
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#8 / Remi
La única respuesta de Macron ha sido la criminalización y la represión. Normal que al final la indignación acabe en incendio.
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#9 / Giles
(En respuesta a #8)
No fastidies, los chalecos amarillos están más cercanos a Le Pen que a los sindicatos, y no tienen apenas apoyo de la gente. Hace tiempo que perdieron la razón. Solo saben destrozar.
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#10 / Luna
La gente joven en los barrios está muy harta de racismo y abusos policiales, era una olla a presión que cualquier día iba a estallar. No son inmigrantes, nacieron en el país pero se sienten igual de rechazados como lo fueron sus padres. ¿Qué esperaba el gobierno, que se quedasen en casa tuiteando después de que la policía matara a ese muchacho?
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#11 / Morán
La verdadera violencia es la reforma laboral, y el gobierno acabará retirándola, porque esto no hay quien lo pare. Por mucha policía que traigan, seguiremos saliendo a la calle para defender nuestros derechos.
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#12 / Lupus
(En respuesta a #5)
A ver, Carlitos, vuelve a leerlo todo. La gente está sentada en el suelo, con las manos levantadas, y llegan los antidisturbios y se ponen a repartir palos. Y mira cómo le han dejado la cabeza a esa muchacha. Esto no va de independentismo, esto va de democracia y justicia.
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#13 / Remi
(En respuesta a #9)
Le estás comprando el relato al presidente, así se justifica la represión. No son fascistas, son trabajadores hartos. Cuando se manifestaban pacíficamente nadie les hacía caso.
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#14 / Boris
Ya era hora de que la policía le parase los pies a los radicales. No puede ser que cada vez que hay partido destrocen media ciudad. Mano dura contra los violentos, hay que expulsarlos del fútbol.
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#15 / Carlos
(En respuesta a #12)
Claro que va de democracia y justicia: en democracia lo primero es respetar la ley, porque si no esto es la ley del mas fuerte. La violencia nunca tiene justificación, no vale que los violentos siempre sean los otros.
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#16 / Ramón
Así se defienden los puestos de trabajo, bravo. Están luchando por nuestro futuro, si cierran el astillero se muere la comarca.
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#17 / Margot
No caigamos en la trampa, están financiados por Estados Unidos, no es una revolución popular ni mucho menos espontánea. Y están usando toda la violencia posible para que el gobierno responda con represión y ganar así apoyo internacional.
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#18 / Lupus
(En respuesta a #15)
¿La violencia NUNCA tiene justificación? Eso no resiste un mínimo análisis histórico. ¿No habría estado justificada una revuelta violenta en Alemania que acabase con el nazismo cuando todavía era posible pararlo?
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#19 / Carlos
(En respuesta a #18)
 Falacias hitlerianas y ley de Godwin tan temprano no, que me enamoro.
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#20 / Klaus
No puede ser que un millar de neonazis se mueva con impunidad por la ciudad. La última vez quemaron un centro de acogida de refugiados. Me alegro de que la policía alemana los haya frenado esta vez, y espero que la justicia actúe con dureza contra ellos.
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#21 / Bea
La auténtica violencia es la del FMI y la Troika, que han empobrecido el país. Los policías deberían ponerse al lado del pueblo, a ellos también les han recortado el sueldo. Todo mi apoyo y solidaridad.
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#22 / Jordi
Estoy de acuerdo con quienes critican los excesos policiales, pero está claro quién ha empezado esto. Y lo repito: no hay ninguna causa que legitime la violencia, hasta la causa más noble pierde toda la razón cuando recurre a métodos violentos. No hay violencias buenas y violencias malas, eso es una trampa. La paz es el único camino.
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#23 / Luisa
Siempre que veo esas viejas imágenes me emociono. Gracias a esa gente valiente que se dejó la piel luchando, hoy tenemos las libertades y derechos que disfrutamos. Deberíamos aprender de ellos. Siempre estarán en nuestra memoria.
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#24 / Martín
Siempre estamos criticando a los jóvenes por su apatía, y ahora que los estudiantes salen a la calle contra la reforma universitaria los criminalizamos. La misma vieja historia, generación tras generación.
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#25 / Elo
¡El pueblo unido jamás será vencido!
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#26 / Darwin
Maduro es un tirano, la única violencia es la que él lleva años aplicando contra los opositores.
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#27 / Jota
Vivimos en democracia, este tipo de comportamientos no son aceptables. Por vías pacíficas todo es posible. Si no les gusta lo que hay, que monten un partido y se presenten a las elecciones.
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