Diez formas de reutilizar tus tarros de conserva
En lugar de reciclar todos tus viejos botes de cristal, ¿por qué no darles una nueva vida?
Puedes usarlos para guardar mermelada casera, decorarlos para guardar cosas bonitas, usarlos de portavelas y hasta convertirlos en una lámpara
Lo llamamos "fiebre del DIY", do it
yourself o hazlo tú mismo, y llena plataformas como Pinterest o
Instagram. Pero también sirve para dar una segunda vida a envases como
los botes de conserva para evitar que estos acaben el vertedero, algo que sucede con 11 de los 89 tarros de cristal que cada ciudadano en España utiliza al año, según Ecovidrio.
Aunque
los 78 botes restantes sí los echamos al cubo verde y, si todo sale
bien, pueden reciclarse eternamente, este proceso también implica un
coste para el medio ambiente porque gasta energía y agua, además de
emitir CO2 durante su transporte a la planta. Así que con el propósito
de darle un respiro al planeta mientras sacamos nuestro yo más
bricomaníaco, aquí van diez ideas geniales para reutilizar y aprovechar tus viejos botes de cristal.
1. Conservar alimentos frescos y mermelada casera
No
nos hemos podido resistir a empezar por el uso más popular, y
seguramente el mejor, de recuperar los botes: conservar tu propia
comida, otros productos frescos o, aún mejor, tu propia mermelada casera, al estilo de nuestras abuelas.
Antes de empezar, necesitamos esterilizar tanto los botes como las
tapas. Límpialos en agua caliente con jabón y déjalos secar bien.
Después ponlos en una olla de agua hirviendo que los cubra por completo
durante al menos 20 minutos. Y tras rellenarlos, tapa fuerte la tapa y
voltéalos hasta que enfríen.
2. Decorados para guardar el café, té o especies
La
pintura con efecto tiza permite convertir al más triste de los botes de
cristal en un must u objeto imprescindible en la cocina. Podemos usarlo
para guardar café, conservar nuestro té preferido o para montar un rincón especiero en el que ordenar, de una vez por todas, las hierbas aromáticas. Si pintamos una etiqueta con tinte de color negro de pizarra en un lateral o en la tapa ya nunca volveremos a confundir el perejil con la albahaca.
3. Portavelas
Los botes de cristal tienen vida más allá de la cocina. Y las posibilidades de transformarlos en un recipiente resultón para las velas se antojan infinitas. Por ejemplo, forrar los tarros con hojas secas para darles un toque otoñal y muy cálido cuando la vela esté encendida, perfecto en esta época del año. Para ello, hay que adherir las hojas al exterior del tarro con una cola que al secar quede transparente. Y para lograr un efecto más pulido, volveremos a aplicar la cola sobre las hojas.
Los y las manitas del croché pueden forrar los botes con piezas tejidas con esta técnica.
O usar cordón de algodón para tricotar una red sobre el bote que
destacará una vez que la vela esté encendida. Otra posibilidad más
elaborada, pero espectacular, consiste en crear una guirnalda con varios botes:
decóralos con la técnica que prefieras y cuélgalos con ayuda de una
cuerda enrollada en el cuello o hilvanada a través de unos agujeros
abiertos en los laterales de la tapa.
4. Lámpara con un tarro
Por impactante que parezca, construir una lámpara con un bote de cristal viejo parece una tarea sencilla, al menos lo es para algunos makers que lucen sus virtudes con las manualidades caseras en YouTube. Para ello, hay que hacerse con una montura de lámpara básica
(como la que venden en cualquier ferretería o tienda similar), cortar
un agujero en la tapa del bote con una sierra de marquetería, colocar
los cables en su sitio y enroscar una bombilla de muy baja intensidad o,
mejor aún, de tipo led.
5. Un terrario
Los terrarios constituyen uno de los modos más simples y bonitos de meter la naturaleza dentro de casa. Y aunque se suelen hacer con plantas suculentas (vegetales de hojas engrosadas) también podemos usar plantas más tradicionales, como los helechos y la hiedra. Empieza por añadir un poco de tierra de tipo grava en el fondo del bote,
para evitar los encharcamientos. Después, echa una capa de arena y
finalmente, el sustrato mezclado con humus para plantar las especies
escogidas.
6. Floreros
Un bote de cristal pintado con un tono pastel resulta un candidato de primera para convertirse en un bonito florero. Si le añadimos tierra y algún detalle vintage más, como una silueta de pájaro construida con papel de periódico
o con la página de un libro que ya no lees, y la pegas a un palillo
largo, como el utilizado para las brochetas, el resultado es adorable.
7. Portalápices con tarros forrados de tela
Un trozo de tela con un estampado resultón
puede transformar por completo un sencillo bote de cristal. Si lo
cortas en tiras y las adhieres por dentro del bote con cola
transparente, un viejo frasco de conserva se convertirá en un vistoso
recipiente para los lapiceros o los bolígrafos.
8. Para caramelos y otras cosas bonitas
Esta idea resulta tan adorable como sencilla: basta con recuperar alguna vieja figurita de juguete con forma de animal,
por ejemplo, de un conejo. Y adherirla a la tapa del bote con
pegamento. Ahora podemos colorear la tapa y el animalito con aerosol del
color que queramos (rosa, azul, amarillo…). ¡Y listo! Ya tenemos un
recipiente para los caramelos, los clips o lo que queramos.
9. Bolas de nieve para Navidad
Aquí va un modo festivo de evitar que otro bote de cristal acabe en el cubo del reciclado: crear una bola de nieve con una escena invernal
y figuras en miniatura para decorar la casa durante las navidades.
Primero, hay que crear una montaña con plastilina blanca y la pegamos a
la tapa por dentro.
Sobre ella, colocamos las figuras y
dejamos secar unos diez minutos. Solo queda rellenar el frasco con agua
y (esto es opcional) una cucharada de glicerina para darle algo de
densidad. Para emular la nieve, podemos usar purpurina. Cerramos la tapa bien: y ya podemos agitarlo suavemente y ver nevar.
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