Una estupenda sorpresa. Quique González le pone música y voz a los versos de García Montero, el poeta compañero de camino. Es imposible ser poetas y no ser compañeros de la humanidad, ser un Yosotros universal y sin fronteras. Gracias a los dos. Y bienvenida sea la vida cuando llega en cualquier formato, por ejemplo, en el de una bebé que aterriza en estos pagos para estrenar su vuelo a ras de suelo. Bendita sea, bendita es.
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