Estamos sometidos constantemente a un bombardeo de tensiones crecientes y
constantes. Cada vez que hay un problema, en vez de serenar el ambiente
para situarse, comprender mejor y ver con claridad las verdaderas
razones de los conflictos ,creando y gestionando las salidas adecuadas,
se perpetra un tsunami desinformativo, precisamente por el exceso y la
barahúnda que al contrario de lo que se pretende, no ayudan sino que
bloquean y cercenan la capacidad de observar, percibir, analizar,
sintetizar y, en consecuencia, resolver.
La mente motriz y su energía, la inteligencia, unida a su sentido esencial que es la conciencia, necesitan su espacio en limpio, su oxígeno y su oportunidad para poder desplegarse, necesitan el mapa de la realidad no manipulada y la brújula del equilibrio para no perder la orientación, precisamente en los momentos más convulsos y desconcertantes, que son los más peligrosos para la convivencia y la empatía, para encontrar en común las soluciones justas que jamás se van a encontrar por separado.
El cuerpo social sano, como un cerebro que funcione sin patologías, tiene dos hemisferios inseparables unidos por el Puente de Varolio, y no puede funcionar jamás partido por la mitad, aunque su apariencia dé otra impresión: para existir es imposible ser absolutamente diestro o absolutamente zurdo. Necesitamos estar completos, esa es la razón fundamental por la que existe la democracia, para armonizar el yinn y el yang en un verdadero Tao. En una verdadera Trinidad psicoemocional, que regula la razón del Origen, la emocionalidad de la Materia y la Energía derivadas de ese Origen, que se armonizan y se expresan en el sentimiento perceptivo, luminoso y regulador de la Consciencia de un Yo trascendente: un Yosotros. En psicología, la Escuela de Palo Alto (USA), lo llama Análisis Transaccional, que califica los tres estados como Padre-Niño-Adulto. Aunque la cosa ya viene de Freud, que a la misma clasificación la denominó Supraconsciente, Inconsciente o Ello, y Yo consciente.
La mente motriz y su energía, la inteligencia, unida a su sentido esencial que es la conciencia, necesitan su espacio en limpio, su oxígeno y su oportunidad para poder desplegarse, necesitan el mapa de la realidad no manipulada y la brújula del equilibrio para no perder la orientación, precisamente en los momentos más convulsos y desconcertantes, que son los más peligrosos para la convivencia y la empatía, para encontrar en común las soluciones justas que jamás se van a encontrar por separado.
El cuerpo social sano, como un cerebro que funcione sin patologías, tiene dos hemisferios inseparables unidos por el Puente de Varolio, y no puede funcionar jamás partido por la mitad, aunque su apariencia dé otra impresión: para existir es imposible ser absolutamente diestro o absolutamente zurdo. Necesitamos estar completos, esa es la razón fundamental por la que existe la democracia, para armonizar el yinn y el yang en un verdadero Tao. En una verdadera Trinidad psicoemocional, que regula la razón del Origen, la emocionalidad de la Materia y la Energía derivadas de ese Origen, que se armonizan y se expresan en el sentimiento perceptivo, luminoso y regulador de la Consciencia de un Yo trascendente: un Yosotros. En psicología, la Escuela de Palo Alto (USA), lo llama Análisis Transaccional, que califica los tres estados como Padre-Niño-Adulto. Aunque la cosa ya viene de Freud, que a la misma clasificación la denominó Supraconsciente, Inconsciente o Ello, y Yo consciente.
Por supuesto que ese análisis, además de estar personalizado en cada una
de nosotros, también tiene su contenido colectivo y social. Cuando ese
trío de Ases se destarifa, o se chafa, se bloquea o se mutila, aparecen
los conflictos-enfermedad en la salud de los seres humanos, en la
sociedad y en consecuencia, en el Planeta y en la Naturaleza, puesto que
aunque aparentemente lo parezca, nada está desconectado y todo es
compartido por todos, cuanto más avanza la ciencia y crece la conciencia
colectiva e individual, más aumenta la Consciencia y más rápida e
intensa es la trayectoria del "contagio" entre nuestros vasos
comunicantes energéticos.
Pensemos un poco en las movidas del independentismo catalán desmadrado y
en las reacciones del estado para controlarlo. Si tomamos como
referencia el Análisis Transaccional vemos que es un proceso solo
gestionado entre el Padre y el Niño. Una pugna por el poder entre la
disciplina patriarcal impuesta a la fuerza y la rebeldía infantil que
no se siente comprendida, escuchada ni respetada. Todas y todos hemos
sido niñas y niños y hemos vivido ese estado de incomprensión muchas
veces por parte de los mayores. En mi generación, concretamente, los
castigos "policiales" eran físicos, poner de rodillas con los brazos en
cruz de cara a la pared, y a veces sosteniendo un libro pesado en cada
mano. En la escuela se hacía lo mismo, pero además estaban los
palmetazos con una regla de madera en la palma de las manos. O mandarte a
la cama sin cenar. o castigarte a no salir a jugar o a celebrar algo
con las amigas y amigos si desobedecías o no cumplías lo que estaba
mandado.También estaba como último recurso la zapatilla materna o el
cinturón paterno, según la gravedad de la rebeldía.
Así está ahora
mismo el panorama entre Catalunya y el Estado. A la
greña total, entre el Supraconsciente y el Inconsciente freudianos.
Falta el Adulto, el Yo consciente. A un lado y a otro. ¿Por qué nos
falta el Adulto? Porque no hemos madurado antropológicamente al compás
de la Historia, somos una escuela muy retrasada, gracias al pertinaz
celo pedagógico del patriarca de Cuelgamuros, actualmente en vías de
exhumación. Con estos vaivenes estamos demostrando el éxito completo de
ese gran avatar educador, que sabía muy bien de lo que hablaba cuando
profetizó que lo dejaba todo atado y bien atado. Qué consciente fue de
lo que hizo, nunca dio puntada sin hilo. Pero se quedó corto en el
aviso, no nos lo dejó todo atado, más bien nos dejó a nosotros amarrados
con grilletes y encadenados a la ilusión del absoluto egopático:
primero yo, lo mío, lo que me conviene, lo que me gusta, lo que me
emociona, lo que quiero, lo que pienso, lo que controlo, lo más grande,
lo más caro, lo más ruidoso, lo más rentable, lo que siempre gana, lo
que produce orgullo, admiración, pavoneo, lo que triunfa, lo que todos
aclaman como divino porque puede más que nadie, porque se las sabe
todas, porque arrasa con su sola presencia y su discurso, porque manda a
lo bestia y nunca se equivoca, y si parece que se equivoca es que está
haciendo algo muy grande que luego, seguro, sale redondo, porque los
elegidos por dios para realizar una misión en el mundo nunca se pueden
equivocar...por eso se les venera para siempre jamás. Y eso mismo se
aplica al imaginario de los 'pueblos elegidos', cuyo ego colectivo los
arroja en brazos de los primeros cantamañanas que les cuentan lo que
quieren oir y de ahí en adelante todo se convierte en un descender
exponencial por el tobogán despeñadero de la lucidez, del equilibrio, de
la toma de conciencia de la realidad, que ya corre el riesgo de
convertirse en alucinación personal y colectiva. En epopeya, incluso.
Pírrica y estrambótica, sin fundamento, pero con una potencia
manipuladora que mola mazo y pone a cien a las multitudes, que primero
se maltratan y se exprimen y luego se compadecen, se aplauden y se
jalean mientras los gobiernos en "b" van haciendo patrimonio, como es el
caso de la antigua CIU, luego PdCAT o como quiera llamarse. Porque la
peña con el tumulto y los conflictos no cae en la cuenta de que es esa
facción capitalista, manipuladora y corruptamente obscena, la que,
refugiada en el independentismo para hacer de su capa un sayo -sin
control de ningún estado avasallador y abusón, of cours- , está
gobernando Catalunya desde hace la tira de años. La misma peña que
recorta sin piedad, la que coloca a sus ahijados en los puestos de
control de las gestiones políticas, la que vive de intrigar y fastidiar
todo lo que no beneficia sus tres percents. La Pujol fashion es a
Catalunya lo que el franquismo/peperismo/naranjismo/voxcismo es a
España, pero mucho más refinados con barretina y sardana ataditas con
lazo amarillo , sin rebuznar y la mar de elegantes y consideradas. Un
sistema de enjuague
exprimidor disfrazado de "valores" patrióticos coyunturales. Y cuando,
ejerciendo su derecho a expresar sus ideas y sentimientos territoriales,
se sale en masa a reivindicar la esencia soberana de los pueblos, se
está cumpliendo punto por punto el programa de Jordi-Yoda y del avatar
de El Pardo. Ambos son el brazo exprimidor de Mordor. Uno en catalán i
l'altre en castellá. Da igual el idioma cuando la mangancia corrupta es
la misma y se viste de Prada.
Es una pena que Catalunya, con todo lo que vale, se destroce a sí misma
tan disparatadamente intentando escapar de España, mientras en su
confusión, en su caos, en su pérdida total del oremus, está demostrando
ser mucho más española de lo que imagina y de lo que nos gustaría que
fuera. Solo en España pueden gobernar sin que nadie ponga el grito en el
cielo un González, un Aznar, un Rajoy, un Torra, un Pujol o un
Puigdemont. Siento decepcionar a los indepens, pero están mucho más a la
altura de Agustina de Aragón, Espartero, Daoiz y Velarde, Narváez, los
carlistas, los sargentos de La Granja, que de Companys, Gaudí,
Tarradellas, Ferrer i Guardia, Pasqual Maragall, Xavi Domènech, Oscar
Camps del Open Arms o mi bisabuelo pirenaico, Sinto Farrás, un humanista
de poble, naturalista, escritor a mano en refinado catalán y en
perfecto castellano, de libros inmensos en tinta violeta, atados con
cuerdas como encuadernación, y fundador del Casino Esperantista de
Organyá, allá por la primera década del siglo XX, con la optimista
pretensión de que una lengua única sirviese de vínculo inocuo entre los
seres humanos. Con raíces en el siglo XIV, el de les homilies,
la familia se consideraba y se sigue considerando sin problema alguno, y
por este orden: catalana, española y europea. No se veían ni se ven
fuera de España ni de Europa por ser catalanes, sino una parte
fundamental y viva de ambas pertenencias.
Catalunya si pierde el seny y se deja arrastrar por la
simulación, la negrura, el cinismo y la estupidez de incapaces,
improvisadores de la nada, vividores y desorientados, perderá su
Consciencia y con ella su verdadera identidad, ésa sabia y admirable
condición de ser el alma y la luz de Iberia. Y eso sí que sería un
verdadero fracaso, una ruina, para todos y todas. Porque Catalunyas no
abundan en este mundo. Solo hay una. Y es patrimonio antropológico,
natural y cultural de la humanidad. Pero dejará de serlo si permite que
la egopatía destroyer le arranque el alma tan hermosa y sabia.
Ojalá este sarampión de violencia provocado por la sentencia dichosa de
la suprema cagada, se quede cuanto antes en agua de borrajas, se suturen
heridas lo antes posible, se desactiven verborreas manipuladoras y los
magistrados recuerden que la Justicia también tiene límites y es
susceptible de errores como toda obra humana y que como ya advierte el
Derecho Romano, mucho más evolucionado que Marchena y sus adláteres y
que Pedro Sánchez, el pp y c's: Summum ius, summa iniuria.
O sea, aplicar la ley con saña y en modo castigo-vanganza-
ejemplarizante(¡?) es la suprema injusticia. Luego, señorías, no se
escandalicen de lo que con su torpe interpretación de las leyes son
capaces de arruinar con toda la legalidad del mundo mundial, que en
semejantes manos resulta ser en la práctica del desastre, verdadero
terrorismo jurídico.
Las llamas que ahora queman contenedores en Barcelona las ha encendido
el estado español mediante el mejunje iniciado y propiciado entre el
Poder Ejecutivo y el Judicial. Ambos a la misma altura de miras: el underground de la irresponsabilidad, que los "listos" del independentismo interesado en salvar los muebles forrísticos del tres per cent,
están usando para salir del paso sin perder comba ni glamour, aunque
por el camino Catalunya se hunda en la noche de la miseria y del
destrozo, dividida por lo que de verdad la une: la fraternidad, la
acogida y la apertura generosa, que siempre ha sido y sigue siendo su
mejor credencial.
Catalunya, bonica, desobedécelos a todos, siendo lo que eres en
realidad: un ejemplo de civismo y de inteligencia colectiva. Y no
concedas consideraciones ni méritos ni crédito por ser catalanes sólo de nombre, a
quienes te están utilizando sin pudor alguno, para hacer de su capa un sayo, con mando independentista a
distancia, mientras los mejores y más nobles, están en la cárcel sin más
motivo que pagar unos platos sucios que ellos nunca han roto.
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