lunes, 7 de octubre de 2019

Por si aun no hemos caído en la cuenta, este artículo lo aclara. Gracias!


¡No!, los ríos no hay que limpiarlos de vegetación

  • "Tenemos que limpiar los ríos, pero de barreras arquitectónicas"

Por desgracia, a mediados del mes de septiembre tuvimos una DANA o gota fría paseándose por el sureste de España. Las imágenes de inundaciones por todos sitios y las noticias de fallecidos diarias nos recordaban que si la naturaleza decide castigar con fuerza una zona, poco podemos hacer. Pero, esos días también se escuchó a mucha gente pidiendo medidas, más o menos acertadas, para evitar estas catástrofes. Una de las principales reivindicaciones que más leímos por redes fue la típica de “los ríos están sucios”, y en muchos de los casos, acompañada de la siguiente imagen.
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Río Segura desbordado a su paso por Alguazas-Molina de Segura. / Emergencias 112 Región de Murcia
Han pasado días desde estas imágenes y ha llegado el momento de hacer un análisis más sosegado de algunas de las propuestas que hicieron esos días sobre como gestionar los ríos. Quien me sigue en redes sociales sabe que critico mucho el concepto de “limpiar un monte”, y en esta primera colaboración con cuartopoder.es vengo con otra limpieza: ¿Tenemos que limpiar los ríos? ¡Pues depende!

No, no hay que limpiar los ríos de vegetación

Cuando desde los medios, o las redes sociales, se pide limpiar los ríos, en la inmensa mayoría de los casos, por no decir todos, se está pidiendo que se elimine la vegetación natural. No me resigno a que esto siga siendo así, así que voy a intentar poner mi granito de arena dando algunas pinceladas al asunto.
Lo fácil es echarle la culpa a los ríos, de que sean ríos. No estoy defendiendo el punto idílico de tener un río con vegetación y muchos pajaritos, flores y mariposas donde ir a pasar el día, ¡que también!, sino que la vegetación natural cumple un doble papel para reducir el impacto de unas lluvias torrenciales. Por un lado lamina las crecidas -hace que el agua vaya más despacio-, por otro lado aumenta la infiltración -facilita que el agua penetre en el suelo y corra menos por superficie-. Evidentemente, la vegetación cumple otras muchas funciones, pero las más rápidas y efectivas frente a una gota fría son estas.
Llegados a este punto, quiero aclarar que hay ciertas especies invasoras, que por su comportamiento natural, sí que pueden causar grandes problemas y es mejor eliminarlas. Hablo principalmente de la caña (Arundo donax), ya que es la vegetación que se ve en la imagen generando ese tapón. Aunque continúa leyendo, que ese tapón no es tal tapón, y en todo caso no es culpa de las cañas. No obstante, todos los esfuerzos para eliminar las cañas siempre serán positivos.

Sí, sí que hay que limpiar los ríos

¿Pero entonces en qué quedamos? Pues que tenemos que limpiarlos, pero de barreras arquitectónicas. Cuando llegan unas lluvias torrenciales siempre hay gente, que con muy buen criterio habla de que “construimos dentro de las ramblas”. ¡Bien! Ese es el camino, aunque hay muchos más problemas que la ramblas. Permitidme que hable un poquito de las barreras arquitectónicas que se encuentra un río en una crecida, prometo ser rápido que esto está siendo largo.
Por un lado tenemos las barreras perpendiculares al río, principalmente puentes y pequeñas represas para riego. Y aquí tenemos al principal problema, esas infraestructuras están construidas y dimensionadas para soportar crecidas normales, pero no para picos excepcionales. En estas crecidas puntuales, son un verdadero problema… Si vuelves a la foto de inicio, verás que las cañas están “generando un tapón” justo en un puente. Sin el puente, las cañas hubieran acabado en el mar. Es más, las cañas realmente están flotando, así que el problema no son las cañas, sino el puente, de ahí las comillas de antes, porque realmente el efecto tapón de las cañas puede que ni existiera, pese a lo llamativo de la imagen.
Hace unos años estuve visitando unas actuaciones llevadas a cabo por la Confederación Hidrográfica del Duero para sustituir las barreras transversales dedicadas al riego, por otras móviles, que se quitaban cuando ya no eran necesarias y así evitar inundaciones con las lluvias. Ese quizá sea el camino en algunas zonas clave, puentes y barreras transversales desmontables.
Por otro lado tenemos unas construcciones muy típicas llamadas motas. En muchos ríos, a las orillas vemos unos montones de tierra paralelos al cauce y que persiguen, sin mucho éxito dicho sea de paso, evitar las crecidas. Esta es una medida que queda muy bien para contentar a la población local, pero que se ha demostrado que no sirven de nada ante crecidas grandes, de hecho son hasta contraproducentes. Ya que si el agua se sale de ese encauzado... ¡no puede volver al río! Imagínate la gracia… Por tanto, ¿Hay que limpiar los ríos? Pues evidentemente, de motas sí.
Y por último, tenemos las edificaciones en las zonas inundables, que dicho sea de paso, la llanura de inundación, también es parte del río. En España, hay mapas con el riesgo de inundabilidad de una zona para diferentes periodos de tiempo de retorno -probabilidad de que se inunde cada X años-, ¿Y si empezamos a tomarnos esto en serio y mirar esos mapas? Pero no solo porque se pueda inundar una urbanización, una residencia o un hospital, sino porque además si el agua de una crecida va por esa zona, recordemos inundable, y no puede pasar, va seguir su curso quizá por zonas que no estaban en riesgo. De nuevo, ¿limpiamos los ríos? Sí, pero de construcciones en las zonas inundables. Por cierto, la ley se supone que obliga a tomar medidas, aunque luego te encuentras conversaciones de Twitter, donde una concejala intenta tomar cartas en el asunto, y no le respalda la justicia, aquí la muestra:

concersaciónQuizá en la DANA de este año hubiera servido de poco

Y todo lo hablado es para crecidas ordinarias o de periodos de recurrencia cortos -que se repitan casa pocos años-, pero ante fenómenos extremos, podemos tomar medidas para limitar el efecto de las crecidas, como puede ser mejorar estado de la vegetación natural, eliminar las especies invasoras, instalar barreras perpendiculares desmontables, eliminar las motas y permitir las crecidas en zonas no peligrosas, y por supuesto eliminar las edificaciones en zonas inundables con periodos de recurrencia medios, pero la naturaleza es así y si dice de golpear, va a golpear.
Así que no, no hay que limpiar los ríos de vegetación. Por cierto, no he metido en ningun lado el Cambio Climático y el aumento de los fenómenos extremos, pero yo creo que ya está bien de leer por hoy. De eso, hablamos otro día.

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