sábado, 5 de octubre de 2013

¿Qué hacer cuando toda España ya es la Marbella del pp?

MACROPROCESO A LA CORRUPCIÓN
  ANDRÉS MUÑIZ
La sentencia del "caso Malaya" consigna su riqueza "suntuaria": palacios, cuadros de Picasso y Miró, un jet privado y un helicóptero, una ganadería de reses bravas o una colección de 43 carruajes.
  ANDRÉS MUÑIZ
El importe es de 563,6 millones, y Marbella debe hoy 480 millones. La Audiencia de Málaga pide que el Estado destine a la ciudad expoliada por los acusados el dinero que éstos abonen.

Seis años de prisión para la exalcaldesa Marisol Yagüe. Cuatro años para Isabel García Marcos y otros 4 años y 30 millones de multa a Corulla.
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Marbella está resultando el paradigma y la foto fija de la Eshppaña ppera más cutre nunca conocida. Nos hablan del Roca y nos colocan una foto patrimonial calcadita a la de su malestad en Botswana; nos cuentan la zarrapastrosidad del Roca, del Muñoz, de la alcaldesa Yagüe junto a  la otra dama de picos pardos y ya nada nos escandaliza a proceso pasado y superado por los misterios dolorosos de un Estado en manos del 'Caso Canalla' que estamos sufriendo en mayoría silenciosa interrumpida cada semana, más o menos, por las mareas, las plataformas multicolores, los yayoflautas y poco más.

Marbella, visto lo que estamos viendo, era sólo la punta folklórica y hortera del mismo iceberg. Mientras España entera era el mogollón camuflado que lo sustentaba bajo el decorado de una economía basada en el fraude, en el timo del sobrecito y el mercadillo traficante de los maletines y las bolsas de la compra cargadas a golpe de 10 o 12 mil euros, para conseguir que un corrupto se digne a proporcionar permisos o una plaza de colegio de élite para el niño pijuelo o un crédito en condiciones estupendas del banco uñaycarne o una contrata multimillonaria de eventos sin fuste pero rentabilísimos. O una subvención-regalo a Urdangarín o a Calatrava. O las luces de una boda o el Jaguar o los viajes al país de Jauja, los trajes a medida de las caras más duras, los bolsos, las camisas de seda y los gemelos de oro. O lo que haga falta. Una red sin conciencia pero tramada muy conscientemente. Sin que falte detalle.

España entera se convirtió pasito paso en burbuja, como Marbella. España entera está poblada, como una necrópolis de la dignidad y la decencia, por los esqueletos huecos de millones de viviendas invivibles. Vacías. Levantadas por los especuladores que pagan a los políticos sus favores y concesiones de los trámites públicos, con los sobres apiñados en Suiza, mediante Bárcenas o Lapuerta, -ya da igual que apellidos lleve la inmundicia que hace de trotaconventos entre los pperos y la ppasta corrupta- como espectros de cemento y espacios sin paredes o sin techo, tal que abortos de la nada. Y también, por viviendas terminadas y selladas por la avaricia, mientras miles de españoles son despojados, sin piedad alguna, de sus casas a veces a punto de pagarse a falta de 900 euros, después de haber sido despojados de su empleo, de sus ahorros por la banca-piraña e íntima amiga del ppoder y de sus derechos, e incluso son procesados y condenados por protestar contra la "legalidad" de lo moralmente ilícito y constitucionalmente ilegítimo. 
Ante esta dantesca escena cotidiana lo de Marbella se queda en el chocolate del loro. Y el canto del cisne del Poder Judicial, que anda medroso al imponer las devoluciones del patrimonio público. Si se  roban miles de millones y sólo se devuelven unos pocos cientos al cabo de la tira de años, el negocio sigue siendo redondo. Once años de cárcel son una bicoca, porque nunca se cumplirán. Esta democracia de política-ficción tiene unas leyes muy particulares. Un chorizo de poca monta puede tirarse años y años en prisión preventiva, simplemente porque no dispone de un abogado que le lleve el caso con diligencia y pasta de por medio  y si un voluntariado de prisiones no se hace cargo de remover papeles en los juzgados, se pudriría en la cárcel. Le toca turno de oficio, al que no pagan y el peculio de la prisión no da para abogado defensor. 

Así los 11 años del Roca se convertirán en la mitad y la prisión preventiva sin revisar del cutre carterista o ladrón de bici o moto, se alargará sine die. Gallardón no está para florituras limosneras y derechos humanos, pasa de arreglar la justicia de baja estofa y se ocupa con tesón de que nunca sea igual para todos; porque siempre hay clases, infantas, yernos, reyes, presidentes, ministr@s, emppresari@s, banquer@s y etc...si lo sabrá él mejor que nadie, que es el gestor ministerial de la balanza, la espada y la venda en los ojos. Que pague más el que menos debe, como tiene que ser el escar-miento en la justicia distributiva ppera, para que se sepa que ser delincuente de élite no es lo mismo que serlo de poco pelo.  A él sólo le preocupa penalizar y entrullar desgraciados, que da mucho postín a la "seguridad" ciudadana de lo insignificante y hacer el pinopuente para que los chorizos de élite se sienten y sigan sentados en los escaños centrales y autonómicos, pringándolo todo por muchos años, sin problema legal alguno que enturbie sus carreras delincuentes y absolutamente amorales, que por puro eufemismo han dado en llamar "carreras políticas". En las que el pp es el especialista nomber one con el listón altísimo; muy por encima del resto. 

Hay que considerar, además, que el "resto", aunque no robe, se calla y otorga. Y eso le convierte en cómplice del sistema-latrocinio institucionalizado. Como en Marbella todo el ayuntamiento al pleno se pringó, unos por exceso de trinque y los otros por defecto de denuncia. Y como siempre el escándalo y la denuncia llegaron por el sexto y noveno mandamientos: los cuernos de Julián Muñoz puestos a su mujer, Maite Zaldívar. Así saltó la liebre por los aires y salió a la luz la cloaca completa. Tal vez a la Pantoja, en vez de procesarla, le deberían haber hecho una placa conmemorativa en el ayuntamiento marbellí. Y recordarla siempre como a Tejero en el Congreso. Ella ha sido la golpista que fulminó el gilismo, como Tejero lo fue con la duda sobre la ilegitimidad franquiforme de su malestad.

Ni Marbella y su operación Malaya podrían existir sin Ehppaña ni Ehppaña nunca podría haberse convertido en Eshppaña, sin el toque paradigmático marbellí . Las partes y el todo se abrazan y se apañan divinamente cuando las unifica el mismo aliento a cloaca y los mishmosh idealesh pashtificientesh. Gil y su gilismo populista y garrulo-pantojiano fue la versión ppera de la horterada perfecta,y el pp es el gilismo en versión refinada, quinta columna, camuflado de Flan Dhul opusiano y abejarumasa. El populismo dionisíaco y zafio de Gil frente al fashion sádico-beato, nazi y appolineo de Gallardón, Camps, 2 Fabras 2, Cospedal y Ricky Costa. Más el apéndice de lo sfumato rajoyés entre los crujidos y esterores de la plataforma continental de Castellón al Delta del Ebro.

Ya hubiese querido Gil llegar a tanto haciendo tan poco y tan malísimamente. Al menos Gil no se escaqueaba y daba la cara aprovechando que tenía mucha para dar, y sumaba el detalle de empatizar con las víctimas antes de arruinarlas; nunca se refugió en el plasma ni en Soraya ni en Fukshima para decir chorradas.

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