Alguna fractura insuperable debe haber entre la concepción del Estado en Cataluña y el estado precario del pp. Ya pasó con Piqué y ahora con Camacho. Viendo lo que hay, se puede llegar a la conclusión de que un catalán no puede ser ppero y un ppero no puede ser catalán, aunque sea de CIU. Pp y Cataluña son los dos términos de un oxímoron inconcluso e incapaz de dar el resultado sorprendente que coordina dos imposibles aparentes que den como resultado combinatorio la sorpresa de un nuevo concepto de entendimiento a niveles creativos. De las terceras vías que para el pp no son nunca posibles. Una nueva figura expresiva de contenidos que se ajusten a una realidad en transformación. Que es lo que en este momento se necesita.
Como el impulso de Suárez, en su día, hizo posible el oxímoron que nos llevó a la democracia, con un verdadero engrudo de cables distintos que acabaron por condensar una Constitución que ahora se nos ha quedado pequeña e insuficiente, es cierto, pero que nos ha permitido vivir sin rompernos durante treinta y cinco años, cuando todo eran miedos y túneles inciertos hacia un futuro del que no teníamos ni idea de como podría ser.
El pp, por su parte, ha llegado al presente de aquel futuro con la finalidad de regresar al pasado. Y lo está intentando con todos los medios a su alcance. Alicia Camacho, aunque esté afiliada el pp, es catalana y vive en Cataluña. Y eso marca culturalmente. Ve lo que hay de verdad, en medio de un partido que se empeña en modelar un mapa inexistente pasando por encima de la realidad que se los come, quieran o no. El pp ve gigantes donde sólo hay molinos y molinos donde hay gigantes. Ddebería leer más el Quijote y el Buscón don Pablos, la Ética de Kant y de Aristótekes a Nikómaco, y menos El Capitán Trueno, El guerrero del antifaz o Roberto Alcázar y Pedrín. Tal vez entonces entenderían lo que pasa aunque ellos no quieran que pase.
También hay que aclarar que IU, por medio de Cayo Lara, aprobó ayer ante la prensa el hecho de que Alicia Camacho fuese una voz crítica dentro de la sumisión del pp y le daba la bienvenida al mundo de la lucidez y de las propuestas y valoró lo que el diálogo significa frente a la cerrazón de Cospedad y el aparato cerril del partido popular. Camacho resulta ser la oveja color marfil en el rebaño de las ovejas color betún. La tuerta en la ONCE ppoppular.
De momento, tanto el pp como el PSOE andan tan ensimismados en sus barullos e ideas fijas que puede ocurrirles lo que cuenta la fábula de Iriarte, donde los perros de la realidad se acaban comiendo a los conejos de la quimera del bizantinismo discutidor, por mucho dinero que tengan y precisamente porque les preocupa más discutir de dineros galgos o podencos, que tener en cuenta a los ciudadanos que les han colocado donde están con sus votos y con su abstención. Las finanzas de un país crecen o se arruinan mucho más por el trato que se da a los ciudadanos que por la dedicación única y plena a la economía, olvidadno a las personas convertidas en guarismos, algo que en un buen gobierno siempre estará en función de servir a la sociedad, no de servirse de ella para forrarse. El mismo Rajoy en la conferencia internacional sobre el cambio climático a la que asistió por primera vez -haciendo su primer ridículo mundial como presidente de un paraíso fiscal, el de las Islas Salomón-, sólo habló del dinero y de que sin él no es posible hacer nada. Como si fuese Dios, que lo es para la "fe" ppeppera. Eso es muy grave. Y ése es también el gran abismo entre Cataluña y el pp. Y es que el pp sólo quiere hacer crecer el dinero per se et per eis y en Cataluña desde siempre se ha utilizado para crecer en calidad, en escuelas, centros culturales (en un pueblecito pirenaico como Organyá, a finales del siglo XIX,por ejemplo, ya había un casino republicano, otro monárquico con sus bibliotecas y conferencias y debates los domingos y una sociedad de esperantistas porque ya les preocupaba entenderse con todas las leguas del mundo y moverse por él para aprender y luego aplicarlo en casa) Hasta los presuntos "caciques" fundan iniciativas culturales, se empeñan en el bienestar social, en el bien común y procuran invertir para crear trabajo bien remunerado. Y es que el rico catalán, como el vasco, se empeña como el obrero, no se le caen los anillo por conducir un tractor, cortar leña o trabajar en lo que sea para que la empresa funcione y mejore. Entonces dejan de ser caciques y pasan a ser empresarios decentes y civilizados. Mecenas.
Es fácil que en Cataluña una familia de labradores y horticultores o con bosques, tengan hijos que estudian ingeniería agrícola o de montes, o arquitectura si la familia tiene una promotora de construcción, para poder trabajar mejor en la empresa familiar y mantener el patrimonio que les da de comer a ellos y a mucha gente más. También es fácil ver como después de la recogida de la cosecha con el trabajo de todos, se saca un abono en el Liceo para "bajar o subir a Barcelona" durante la temporada de ópera que comienza al fin de las cosechas, como un premio bien ganado, o se programa un viaje para conocer otras culturas. Hay poco amor a la ostentación, porque dedican toda su energía a la calidad de vida, a aprender y mejorar, a bailar y tocar instrumentos, sólo para pasarlo bien los días de fiesta en la plaza donde las sardanas siguen siendo el centro de unidad y de manos que se juntan para hacer la vida más fácil e inteligente, y tener valor más que a la apariencia. Si se cosecha y vende maíz, por ejemplo, ya tienen con las panojas libres del grano, el combustible para la calefacción de todo el invierno. En fin. No hay color.
Sin ir más lejos, el fin de semana pasado estuve en un pueblecito costero catalán invitada por unos amigos que viven allí y que suelo visitar de vez en cuando. Catalanes desde siempre. Fuimos a la compra. No había Mercadona ni Consum a la vista. Todo estaba ocupado por tiendas familiares y una especie de supermercado que se llama "X tu". Para ti. "Trabajamos para que tengas lo mejor", dice el slogan de la tienda. La verdura, la fruta, las legumbres, de una calidad espléndida, mayoritariamente son productos de la zona. Desde las frutas y verduras a los productos lácteos y postres de marca local y fabricación propia. La panadería, los vinos, las mermeladas y miel, el azúcar de caña, los zumos biológicos, los aceites, la atención, la amabilidad, la discreción, la elegancia sencilla de la buena educación, bolsas recicladas, de plástico o papel, cajas de embalaje de maderas o de cartón, para transportar la compra si no llevas carrito o bolsas de casa...y cuando fuimos a pagar, el precio por más cantidad (para cuatro personas) de lo que pago en Valencia, con mucha menos calidad y procedente de mercados explotados, como Marruecos en el caso de Mercadona, era de diez euros menos. Y eso no es cosa de quienes gobiernan, sino de quienes tienen principios y el bien común como el mejor negocio de sus vidas, de quienes se empeñan en asociarse y crear juntos, en vez de ir buscando la ganancia fácil, que a la larga siempre es pérdida.
Iniciativas así, fomentan la prosperidad de todos; la librería del pueblo es una delicia. Primero fueron los abuelos los que vendían la prensa, luego fueron los padres que ampliaron a una modesta librería y ahora es la hija-nieta, que a sus cincuenta espléndidos, se ocupa no sólo de vender libros sino también de regalar sabiduría, belleza espiritual, ideas y cultura en una tienda que es un lugar increíble. Por más que la crisis aprieta, ella considera que si la familia pasó la guerra y la carestía y la ruina de los años más negros de la historia española contemporánea, esto no va a poder con tanto amor por el buen oficio de ofrecer cultura e información y el estupendo servicio. Cada vez que voy paso y veo todo el espacio lleno de personas que leen y compran. Nunca la he visto vacía. Y son años acudiendo de vez en cuando, en temporada alta y baja y a horas diversas.
Tanto en el pequeño supermercado como en la librería, me pareció por un momento que estaba comprando en Bonn o en Bade-Baden. O en Sigburg. O en la Rombach mitten in Freiburg. Hasta que el tren me devolvió a Valencia y, como Cenicienta, me tuve que enfrentar a Mercadona y a los "castores" espeleólogos de Castellón y a la FNAC, la Casa del Libro o El Corte Inglés como gran reclamo librero, impersonal y masificado, si se descuentan sólo París Valencia y Soriano. Las dos librerías autóctonas y también al mogollón impersonal, que nos quedan e pie.
Cataluña ha sido, junto con Euskadi, donde el bien común es igualmente importante, el motor de la economía y de la cultura durante más de un siglo y medio. Imposible olvidar a José Ángel Cuerda, aquel enorme alcalde de Vitoria empeñado en el trabajo con los reclusos y en convertir su ciudad en la más y mejor habitable de España. Ese tipo de cosas no era lo normal en el resto dde nuestra Celtiberia, hasta que llegó un gobierno socialista en los primeros ochenta del pasado siglo y se empeñó en que la educación, la universidad y la cultura llegasen a todos los rincones de las Castillas, Extremadura, Andalucía, Aragón, Valencia, Murcia etc, etc... Todo eso el pp lo ignora en su mente cortísima y en su incultura histórica y además si lo ve piensa que es un despilfarro inútil. ¿Para qué querrán los pobres de pueblo estudiar nada, si luego van a seguir siendo pobres? O a lo peor estudiando se espabilan y nos dejan de votar...quita,quita. Por eso en la dictadura miles de españoles en los años cuarenta y cincuenta emigraron en masa a Cataluña y a Euskadi,porque encontraban trabajo, servicios sociales, escuelas, institutos y universidades para sus hijos.
Por eso el gobierno franquista invertía dinero en crear allí fábricas, altos hornos, textiles, metalurgia y todo tipo de iniciativas, mientras no se invertía ni un céntimo en infraestructuras para hospitales y escuelas rurales. Porque aquellos ciudadanos están mejor educados por tradición, se valoran más por lo que son capaces de hacer que por lo que tienen en el banco o en el bolsillo, y ya funcionaban y eran rentables por sí mismos mientras que el resto, abandonado y sin educar, convertía en mendrugo endurecido por el miedo al "señorito", todo el pan que sacaba de su sudor y de su esclavitud. De una familia que superó el escalón de la desigualdad, dando estudios a su hijo mayor conmucho sacrificio, salió el Juez Garzón. Por eso sabe lo que hace y molesta cuando lo hace.
Y de esos 'señoritos' en extinción dinosaúrica está compuesto el ppartido ppopular. ¿Cómo van a entenderse con Cataluña y Euskadi, si no saben hablar nada más que un idioma, el "señorités" o el "señoritano" y desconocen todo lo que excede las alambradas de su cortijo, que ahora resulta que es la Eshpaña que votó y no votó en las urnas en el único idioma que conoce, en cualquiera de las dos versiones posibles?
Contra el tópico de que los catalanes aman la pasta con afán desmedido y desean un trato especial en ese terreno, sólo hay que observar que el dinero se les da bien porque saben tener una calidad de vida, de trabajo, de justicia, de cultura y de ciudadanía que permite el bienestar económico. No es extraño que ante el fiasco del poder judicial ppepero quieran tener sus propios tribunales, todos españoles firmaríamos ahora mismo por tener tribunales independientes y justos en nuestras autonomías y no la vergüenza de lo que hay, por ejemplo, en Valencia.
Un antiguo refrán dice: "El catalán de la piedra saca pan". Saca pan, no dinero. Saca calidad de vida, nutrición, razones, seny, no incultura ni analfabetismo político y social y ese estado de progreso humano siempre produce riqueza material y económica, porque el bien común es la mejor de las inversiones. Las manifestaciones de base mejor organizadas, las ideas más claras, la organización de la renovación política desde lo esencial, la verdadera "rentabilidad" del movimiento social sólo está funcionando en Cataluña a pleno rendimiento, también en Euskadi estuvo años y años Gesto por la Paz sin miedo a nada. Las plataformas son incansables y la conciencia no se rinde. La PAH nació en Cataluña en 2008, cuando el resto de España ni siquiera se planteaba los desahucios como la plaga que son.
El movimiento de los pensionistas yayoflautas nació en Barcelona como respuesta solidaria al desprecio de Aguirre que llamó "perroflautas" a los indignados, un movimiento que tampoco se toman en serio los sabuesos de la noticia, porque "sólo son abuelos", o el 15-M porque no quiere tener jefes y desea ser un fermento flexible de diálogo, de iniciativas y conciencia, como las constituyentes catalanas.
Los catalanes veneran el valor de los ancianos mientras la garrulez general se los toma a chacota, porque,como a Camps, se ve que les va lo de foerevryoung , como si vejez y juventud sólo dependiesen de los años y la fachada...Hay abuelos a estrenar cada día y hay jóvenes que ya han nacido como pasas de Corinto mentales y anímicas.
Cataluña, como Euskadi, que también ha superado más de treinta años de dolor, heridas, violencia asesina y ruptura, son un ejemplo en muchas cosas y deberían ser un orgullo para los españoles y no un problema. El problema español es que haya un gobierno como éste votado por mayoría absoluta. Y de eso Cataluña ni Euskadi son culpables. Hay que saber que los catalanes desprecian a Mas y le consideran un accidente oportunista y que ellos, mayoritariamente son de Esquerra Republicana. Y que en vez de temer a esa corriente política y social creyendo que si gana será el fin del mundo, los españoles despiertos, le aplauden y le reconocen toda su legitimidad. Mucho más que a este estado chapucero, podrido desde la A a la Z, impuesto y amañado, que sufrimos la ciudadanía al completo. Ha caducado. Se nota en todo. Es como un tejido viejísimo que se desgarra todavía más cuando se intenta zurcir o remendar, la misma aguja que quiere arreglarlo lo desgarra del todo. Y no querer verlo ni admitirlo sólo nos está causando dolor y hundimiento moral, psicológico, social, económico y estructural.
Los dos conejos
Por entre unas matas, seguido de perros,
no diré corría, volaba un conejo.
De su madriguera salió un compañero y le dijo:
"Tente, amigo, ¿qué es esto?" "¿Qué ha de ser?", responde;
"sin aliento llego...; dos pícaros galgos me vienen siguiendo".
"Sí", replica el otro ,"por allí los veo, pero no son galgos".
"¿Pues qué son?" "Podencos." "¿Qué? ¿podencos dices?
Sí, como mi abuelo. Galgos y muy galgos; bien vistos los tengo."
"Son podencos, vaya, que no entiendes de eso."
"Son galgos, te digo." "Digo que podencos."
En esta disputa llegando los perros ,
pillan descuidados a los dos conejos.
Los que por cuestiones de poco momento
dejan lo que importa, llévense este ejemplo.
El pp, por su parte, ha llegado al presente de aquel futuro con la finalidad de regresar al pasado. Y lo está intentando con todos los medios a su alcance. Alicia Camacho, aunque esté afiliada el pp, es catalana y vive en Cataluña. Y eso marca culturalmente. Ve lo que hay de verdad, en medio de un partido que se empeña en modelar un mapa inexistente pasando por encima de la realidad que se los come, quieran o no. El pp ve gigantes donde sólo hay molinos y molinos donde hay gigantes. Ddebería leer más el Quijote y el Buscón don Pablos, la Ética de Kant y de Aristótekes a Nikómaco, y menos El Capitán Trueno, El guerrero del antifaz o Roberto Alcázar y Pedrín. Tal vez entonces entenderían lo que pasa aunque ellos no quieran que pase.
También hay que aclarar que IU, por medio de Cayo Lara, aprobó ayer ante la prensa el hecho de que Alicia Camacho fuese una voz crítica dentro de la sumisión del pp y le daba la bienvenida al mundo de la lucidez y de las propuestas y valoró lo que el diálogo significa frente a la cerrazón de Cospedad y el aparato cerril del partido popular. Camacho resulta ser la oveja color marfil en el rebaño de las ovejas color betún. La tuerta en la ONCE ppoppular.
De momento, tanto el pp como el PSOE andan tan ensimismados en sus barullos e ideas fijas que puede ocurrirles lo que cuenta la fábula de Iriarte, donde los perros de la realidad se acaban comiendo a los conejos de la quimera del bizantinismo discutidor, por mucho dinero que tengan y precisamente porque les preocupa más discutir de dineros galgos o podencos, que tener en cuenta a los ciudadanos que les han colocado donde están con sus votos y con su abstención. Las finanzas de un país crecen o se arruinan mucho más por el trato que se da a los ciudadanos que por la dedicación única y plena a la economía, olvidadno a las personas convertidas en guarismos, algo que en un buen gobierno siempre estará en función de servir a la sociedad, no de servirse de ella para forrarse. El mismo Rajoy en la conferencia internacional sobre el cambio climático a la que asistió por primera vez -haciendo su primer ridículo mundial como presidente de un paraíso fiscal, el de las Islas Salomón-, sólo habló del dinero y de que sin él no es posible hacer nada. Como si fuese Dios, que lo es para la "fe" ppeppera. Eso es muy grave. Y ése es también el gran abismo entre Cataluña y el pp. Y es que el pp sólo quiere hacer crecer el dinero per se et per eis y en Cataluña desde siempre se ha utilizado para crecer en calidad, en escuelas, centros culturales (en un pueblecito pirenaico como Organyá, a finales del siglo XIX,por ejemplo, ya había un casino republicano, otro monárquico con sus bibliotecas y conferencias y debates los domingos y una sociedad de esperantistas porque ya les preocupaba entenderse con todas las leguas del mundo y moverse por él para aprender y luego aplicarlo en casa) Hasta los presuntos "caciques" fundan iniciativas culturales, se empeñan en el bienestar social, en el bien común y procuran invertir para crear trabajo bien remunerado. Y es que el rico catalán, como el vasco, se empeña como el obrero, no se le caen los anillo por conducir un tractor, cortar leña o trabajar en lo que sea para que la empresa funcione y mejore. Entonces dejan de ser caciques y pasan a ser empresarios decentes y civilizados. Mecenas.
Es fácil que en Cataluña una familia de labradores y horticultores o con bosques, tengan hijos que estudian ingeniería agrícola o de montes, o arquitectura si la familia tiene una promotora de construcción, para poder trabajar mejor en la empresa familiar y mantener el patrimonio que les da de comer a ellos y a mucha gente más. También es fácil ver como después de la recogida de la cosecha con el trabajo de todos, se saca un abono en el Liceo para "bajar o subir a Barcelona" durante la temporada de ópera que comienza al fin de las cosechas, como un premio bien ganado, o se programa un viaje para conocer otras culturas. Hay poco amor a la ostentación, porque dedican toda su energía a la calidad de vida, a aprender y mejorar, a bailar y tocar instrumentos, sólo para pasarlo bien los días de fiesta en la plaza donde las sardanas siguen siendo el centro de unidad y de manos que se juntan para hacer la vida más fácil e inteligente, y tener valor más que a la apariencia. Si se cosecha y vende maíz, por ejemplo, ya tienen con las panojas libres del grano, el combustible para la calefacción de todo el invierno. En fin. No hay color.
Sin ir más lejos, el fin de semana pasado estuve en un pueblecito costero catalán invitada por unos amigos que viven allí y que suelo visitar de vez en cuando. Catalanes desde siempre. Fuimos a la compra. No había Mercadona ni Consum a la vista. Todo estaba ocupado por tiendas familiares y una especie de supermercado que se llama "X tu". Para ti. "Trabajamos para que tengas lo mejor", dice el slogan de la tienda. La verdura, la fruta, las legumbres, de una calidad espléndida, mayoritariamente son productos de la zona. Desde las frutas y verduras a los productos lácteos y postres de marca local y fabricación propia. La panadería, los vinos, las mermeladas y miel, el azúcar de caña, los zumos biológicos, los aceites, la atención, la amabilidad, la discreción, la elegancia sencilla de la buena educación, bolsas recicladas, de plástico o papel, cajas de embalaje de maderas o de cartón, para transportar la compra si no llevas carrito o bolsas de casa...y cuando fuimos a pagar, el precio por más cantidad (para cuatro personas) de lo que pago en Valencia, con mucha menos calidad y procedente de mercados explotados, como Marruecos en el caso de Mercadona, era de diez euros menos. Y eso no es cosa de quienes gobiernan, sino de quienes tienen principios y el bien común como el mejor negocio de sus vidas, de quienes se empeñan en asociarse y crear juntos, en vez de ir buscando la ganancia fácil, que a la larga siempre es pérdida.
Iniciativas así, fomentan la prosperidad de todos; la librería del pueblo es una delicia. Primero fueron los abuelos los que vendían la prensa, luego fueron los padres que ampliaron a una modesta librería y ahora es la hija-nieta, que a sus cincuenta espléndidos, se ocupa no sólo de vender libros sino también de regalar sabiduría, belleza espiritual, ideas y cultura en una tienda que es un lugar increíble. Por más que la crisis aprieta, ella considera que si la familia pasó la guerra y la carestía y la ruina de los años más negros de la historia española contemporánea, esto no va a poder con tanto amor por el buen oficio de ofrecer cultura e información y el estupendo servicio. Cada vez que voy paso y veo todo el espacio lleno de personas que leen y compran. Nunca la he visto vacía. Y son años acudiendo de vez en cuando, en temporada alta y baja y a horas diversas.
Tanto en el pequeño supermercado como en la librería, me pareció por un momento que estaba comprando en Bonn o en Bade-Baden. O en Sigburg. O en la Rombach mitten in Freiburg. Hasta que el tren me devolvió a Valencia y, como Cenicienta, me tuve que enfrentar a Mercadona y a los "castores" espeleólogos de Castellón y a la FNAC, la Casa del Libro o El Corte Inglés como gran reclamo librero, impersonal y masificado, si se descuentan sólo París Valencia y Soriano. Las dos librerías autóctonas y también al mogollón impersonal, que nos quedan e pie.
Cataluña ha sido, junto con Euskadi, donde el bien común es igualmente importante, el motor de la economía y de la cultura durante más de un siglo y medio. Imposible olvidar a José Ángel Cuerda, aquel enorme alcalde de Vitoria empeñado en el trabajo con los reclusos y en convertir su ciudad en la más y mejor habitable de España. Ese tipo de cosas no era lo normal en el resto dde nuestra Celtiberia, hasta que llegó un gobierno socialista en los primeros ochenta del pasado siglo y se empeñó en que la educación, la universidad y la cultura llegasen a todos los rincones de las Castillas, Extremadura, Andalucía, Aragón, Valencia, Murcia etc, etc... Todo eso el pp lo ignora en su mente cortísima y en su incultura histórica y además si lo ve piensa que es un despilfarro inútil. ¿Para qué querrán los pobres de pueblo estudiar nada, si luego van a seguir siendo pobres? O a lo peor estudiando se espabilan y nos dejan de votar...quita,quita. Por eso en la dictadura miles de españoles en los años cuarenta y cincuenta emigraron en masa a Cataluña y a Euskadi,porque encontraban trabajo, servicios sociales, escuelas, institutos y universidades para sus hijos.
Por eso el gobierno franquista invertía dinero en crear allí fábricas, altos hornos, textiles, metalurgia y todo tipo de iniciativas, mientras no se invertía ni un céntimo en infraestructuras para hospitales y escuelas rurales. Porque aquellos ciudadanos están mejor educados por tradición, se valoran más por lo que son capaces de hacer que por lo que tienen en el banco o en el bolsillo, y ya funcionaban y eran rentables por sí mismos mientras que el resto, abandonado y sin educar, convertía en mendrugo endurecido por el miedo al "señorito", todo el pan que sacaba de su sudor y de su esclavitud. De una familia que superó el escalón de la desigualdad, dando estudios a su hijo mayor conmucho sacrificio, salió el Juez Garzón. Por eso sabe lo que hace y molesta cuando lo hace.
Y de esos 'señoritos' en extinción dinosaúrica está compuesto el ppartido ppopular. ¿Cómo van a entenderse con Cataluña y Euskadi, si no saben hablar nada más que un idioma, el "señorités" o el "señoritano" y desconocen todo lo que excede las alambradas de su cortijo, que ahora resulta que es la Eshpaña que votó y no votó en las urnas en el único idioma que conoce, en cualquiera de las dos versiones posibles?
Contra el tópico de que los catalanes aman la pasta con afán desmedido y desean un trato especial en ese terreno, sólo hay que observar que el dinero se les da bien porque saben tener una calidad de vida, de trabajo, de justicia, de cultura y de ciudadanía que permite el bienestar económico. No es extraño que ante el fiasco del poder judicial ppepero quieran tener sus propios tribunales, todos españoles firmaríamos ahora mismo por tener tribunales independientes y justos en nuestras autonomías y no la vergüenza de lo que hay, por ejemplo, en Valencia.
Un antiguo refrán dice: "El catalán de la piedra saca pan". Saca pan, no dinero. Saca calidad de vida, nutrición, razones, seny, no incultura ni analfabetismo político y social y ese estado de progreso humano siempre produce riqueza material y económica, porque el bien común es la mejor de las inversiones. Las manifestaciones de base mejor organizadas, las ideas más claras, la organización de la renovación política desde lo esencial, la verdadera "rentabilidad" del movimiento social sólo está funcionando en Cataluña a pleno rendimiento, también en Euskadi estuvo años y años Gesto por la Paz sin miedo a nada. Las plataformas son incansables y la conciencia no se rinde. La PAH nació en Cataluña en 2008, cuando el resto de España ni siquiera se planteaba los desahucios como la plaga que son.
El movimiento de los pensionistas yayoflautas nació en Barcelona como respuesta solidaria al desprecio de Aguirre que llamó "perroflautas" a los indignados, un movimiento que tampoco se toman en serio los sabuesos de la noticia, porque "sólo son abuelos", o el 15-M porque no quiere tener jefes y desea ser un fermento flexible de diálogo, de iniciativas y conciencia, como las constituyentes catalanas.
Los catalanes veneran el valor de los ancianos mientras la garrulez general se los toma a chacota, porque,como a Camps, se ve que les va lo de foerevryoung , como si vejez y juventud sólo dependiesen de los años y la fachada...Hay abuelos a estrenar cada día y hay jóvenes que ya han nacido como pasas de Corinto mentales y anímicas.
Cataluña, como Euskadi, que también ha superado más de treinta años de dolor, heridas, violencia asesina y ruptura, son un ejemplo en muchas cosas y deberían ser un orgullo para los españoles y no un problema. El problema español es que haya un gobierno como éste votado por mayoría absoluta. Y de eso Cataluña ni Euskadi son culpables. Hay que saber que los catalanes desprecian a Mas y le consideran un accidente oportunista y que ellos, mayoritariamente son de Esquerra Republicana. Y que en vez de temer a esa corriente política y social creyendo que si gana será el fin del mundo, los españoles despiertos, le aplauden y le reconocen toda su legitimidad. Mucho más que a este estado chapucero, podrido desde la A a la Z, impuesto y amañado, que sufrimos la ciudadanía al completo. Ha caducado. Se nota en todo. Es como un tejido viejísimo que se desgarra todavía más cuando se intenta zurcir o remendar, la misma aguja que quiere arreglarlo lo desgarra del todo. Y no querer verlo ni admitirlo sólo nos está causando dolor y hundimiento moral, psicológico, social, económico y estructural.
Los dos conejos
Por entre unas matas, seguido de perros,
no diré corría, volaba un conejo.
De su madriguera salió un compañero y le dijo:
"Tente, amigo, ¿qué es esto?" "¿Qué ha de ser?", responde;
"sin aliento llego...; dos pícaros galgos me vienen siguiendo".
"Sí", replica el otro ,"por allí los veo, pero no son galgos".
"¿Pues qué son?" "Podencos." "¿Qué? ¿podencos dices?
Sí, como mi abuelo. Galgos y muy galgos; bien vistos los tengo."
"Son podencos, vaya, que no entiendes de eso."
"Son galgos, te digo." "Digo que podencos."
En esta disputa llegando los perros ,
pillan descuidados a los dos conejos.
Los que por cuestiones de poco momento
dejan lo que importa, llévense este ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario