lunes, 21 de octubre de 2013

A obedecer tocan donde menos os gusta, pperos.

ESTRASBURGO TUMBA LA DOCTRINA PAROT. 

 Miguel Mora / María Fabra Estrasburgo / Madrid
El Tribunal considera que la interpretación del Supremo, que supone aplicar los beneficios penitenciarios sobre el total de la condena y no sobre los 30 años de estancia máxima en prisión, vulnera el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

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Forges



Eurodilema a la vista. ¿Ser o no ser? Habrá que ver serenamente lo que significa "ser europeos" y considerar que es normalísimo reformar la Constitución de espaldas a los ciudadanos, y a bote pronto, porque el déficit lo exige con urgencia por boca de Angela Merkel y en cuestiones de pasta la soberanía importa un bledo, y en cambio ofenderse muchísimo si el Tribunal de Estrasburgo decide que la justicia del pp hace aguas en terreno de derechos humanos, lo mismo con el caso ETA que con el caso desahucios. Para eso no sólo no hay prisa ni nocturnidades reformadoras, sino cabreo, malestar y tensiones soberanistas. España con Europa está como Cataluña con España. Mosqueada con lo que no le gusta y conforme con lo que le acomoda. En el caso de la pasta más o menos boyante, los españoles se conforman con no ser tan soberanos, Cataluña no. Lo de la pasta la tiene trastornada. Lo de la justicia, menos, porque allí también cuecen habas abundantes con CIU, que es el pp nacionalista. En cambio a España y su gobienno eso de que le digan que lo está haciendo fatal en algo realcionado con "su" ley y que no va a sacar ni un puñetero euro de beneficio por ceder en la aceptación, la saca de quicio. Humillada y ofendida. Y además con lo que al pp y secuaces les mola sacar del armario el terrorismo y las víctimas imperdonables. Fíjate, con lo católicos que son, eso de perdonar setenta veces siete, como que no va con ellos. Ni rehabilitar a los criminales tampoco. La España sádica es muy heavy y nada perdonadora, en su vena Puertohurraco, que la tiene y fuertecita. Que ahí a Jesucristo se le fue la pinza exigiendo lo imposible. El pp no pperdona ni una, el perdón es una debilidad a exterminar del código penal, del civil y del comercial-financiero, sobre todo. Y la compasión, no digamos. Una mariconada de élite. Cosa de excéntricos. Y de blandengues. Y la rehabilitación de la delincuencia, dinero tirado como la escuela pública o la ayuda a los discapacitados. ¿Qué compasión, qué derechos, cuando nos están diciendo que no hay que dar su merecido a los criminales...? ¿pero esto qué es? ¿Odia el delito y compadece al delincuente? ¿Pero no son la misma cosa, delito y delincuente, como Dios y la iglesia, Rajoy, el pp, el psoe, el rey, la bandera y La Roja, los presidentes de las CCAA, la paella, el gazpacho y el arroz con leche, el fantasma de Lola Flores y Rafa Nadal, son Ehpaña y si se ofende a cualquiera de ellos Ehpaña no se ofende también? ¿Somos o no somos?

Pues va a ser que para unas cosas somos demasiado y para otras no llegamos ni al mínimo. Obedientes, si se trata de imposición de pasta con beneficio para los arregladores , que usarán el cuento de los recortes para ponerse ciegos con la reforma laboral y la miseria de los trabajadores, pero muy renuentes, y mucho, si trata de derechos humanos ya sea con los parados, desahuciados y desastidos o presos condenados a unos tiempos ridículos como 3000 o 4000 años, por ejemplo, que, salvo la genética de Matusalén, a ver quién los cumple,  aplicando los beneficios penitenciarios según la longitud en años de la condena. Cuando la realidad palpable es que 30 años es la máxima duración de una privación de libertad. Lo que la ley vengativa española ha legislado es puro sadismo y ensañamiento, además de incumplible en la realidad.

España Padece un gran contrasentido ético, que luego vierte en sus códigos de 'justicia' sui generis. Por un lado castiga con saña a los asesinos de determinadas tendencias y a las abortistas, pero por otro se retrae de juzgar las penas de muerte y asesinatos del franquismo, como si el hecho de que unas leyes adaptadas a la crueldad del dictador se hubiesen hecho justas, legítimas y moralmente lícitas por la costumbre de liquidar "enemigos" que estorban como lo más natural durante cuatro décadas. Tampoco contempla la gravedad de la corrupción en las instituciones ni el fraude fiscal en las altas esferas, que hasta se premia con descuentos, devoluciones y "amnistías" fiscales y facilidades de todo tipo que convierten nuestra economía en la Cueva internacional de Alí Babá, para contento de Botín, Rato y demás despojos morales, que gozan de un prestigio que abochornaría y escandalizaría en un verdadero estado de derecho.

Las leyes españolas son propias del medievo, de la Baja Edad Media, con más precisión, donde la mentalidad feudal oprimía con el derecho de pernada, por ejemplo, como la cosa más natural del mundo. Como ahora, de repente el juez Ruz bendecido por el pp, puede considerar legales las escuchas telefónicas de la policía judicial y no pasa nada, porque se trata de espiar a enemigos del pp, pero cuando las ordenó el Juez Garzón se convirtieron en delito de prevaricación porque los 'espiados' eran la plana mayor del ppartido. La ley española es la ley del embudo. Lo vemos con el trato de agravio comparativo desigual que se da a Alaya dando caña con los ERES donde no toca, o a Silva, puesto en solfa como enfermo mental porque Blesa está blindado, a Carmona mandándolo a Bruselas para que el suplente Ruz ocupe su lugar y no incordie demasiado buscando tres pies al gato de los sobres, a Garzón por la Gürtel o a Castro por los reales Urdangarines. Cuando el juez es 'de casa', todo son facilidades y excepciones favorables, cuando el juez no se casa con nadie, todo es anular su autoridad, poner en entredicho sus competencias y su imparcialidad, o  hacer que el fiscal contrario a las imputaciones judiciales tenga más peso que el propio juez, como en el caso "Infanta" y desterrarlo del proceso, de la Audiencia o de la misma judicatura, según la gravedad del asunto y la cantidad de porquería que haya oculta en él.

Da risa y pena, escuchar alabanzas y loas a la 'justicia' de la componenda. Ver que el gobierno se pasa la vida en los tribunales acusando o defendiéndose de acusaciones de corrupción y fraudes. Amenazando parados y haciendo la vista gorda con sus guarradas de partido y de negocio. Poniendo tasas altas en los juzgados para evitar las denuncias de los más pobres. La justicia española es puro histrionismo incongruente. Como su gobierno, su mayoría parlamentaria, su ministerio de Justicia esperpéntico y su Jefatura del Estado. Y como los ciudadanos soportan todo sin más, maldiciendo y obedeciendo, no merecen para nada el respeto de sus burladores, que los desprecian cínicamente mientras los explotan con una desvergüenza alucinante. Somos los ciudadanos los que debemos poner el punto final a este Estado de Calamidad consensuada entre vivales, pícaros de toda laya y tontos de luxe, pero útiles al enjuague. Una desobediencia civil organizada,pacífica y sanadora sería la clave y el fin de esta basura penosa y desgraciada.


No hay talla moral sino una mala baba permanente y mostrenca, que se vuelca  lo mismo en este asunto de los castigos sine die que en el plantificar en la calle, 'por ley', a las familias económicamente asfixiadas y quitarles sus viviendas sin más, sin mirar el valor real de las mismas y cuánto dinero han pagado de más por el cuchitril expropiado y valorado muy por encima de su coste real. Y cuánto les ha robado "legalmente" la entidad bancaria que les ha hipotecado casa y vida en el mismo lote, encareciendo alquileres y bajando intereses para luego subirlos de golpe cuando han perdido una millonada en inversiones al vacío, por su sola torpeza depredadora y además idiota. Ahí la ley mira para otro lado. Sin plantearse siquiera si tal vez tanto terrorismo y tanta aberración no habrán derivado de estar gobernados y oprimidos, durante centurias, por legislaciones y legisladores tan arbitrarios y obscenos, con leyes tan aberrantes y desiguales, de verdaderas patochadas, que por estar impresas en un código aprobado por dudosas inteligencias y más dudosas éticas, se han convertido en algo "sacrosanto" e intocable.

Estrasburgo da un mensaje importante con esta decisión: Si se quiere ser Europa, habrá que arrancar necesariamente la pelambre jurídica del rencor primitivo y la venganza como valor y "dignidad" compensatoria, justificadora de la misma crueldad que pretende combatir, hay que aprender que el máximo rigor contra un criminal, del que sólo pretenden vengarse y no rehabilitarlo y recuperarlo como ser humano, sino que sufra y se pudra, en 'justicia', está en el mismo nivel y rasero del propio criminal; y la justicia no es eso. Es mucho más. La justicia no funciona por odio ni por rencor, ni por "castigo", sino para el bien común, también el bien del delincuente. El bien de su crecimiento y despertar de consciencia. El mejor "pago compensatorio" de un delincuente a la sociedad que ha herido y perjudicado, es llegar a que se rehabilite, a que se reeduque, comprenda la magnitud de su crimen, pida perdón por él y  revise él mismo su condena y se ponga él mismo la pena adecuada.  Y la cumpla con el apoyo de sus custodios. Tal calidad intelectiva y humana, de momento, a nuestro triste país le queda muy lejos. Sólo hay que ver y escuchar en tv a los familiares de las víctimas . No se sabe quién es más sádico y tiene un odio más enconado, si el asesino o ellos.

Querida Estrasburgo, tan cívica, ética y hermosa, con España la llevas clara. Imagina la que han liado con Gibraltar, sin mirar hacia Ceuta y Melilla...Pues así es en todo.


Por si alguien está interesado en los contenidos de la doctrina Parot, aquí va este archivo que lo explica en síntesis con bastante claridad.
 


                                          

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