Jornada de protestas generalizadas en Valencia

Manifestación de estudiantes en Valencia. / HEINO KALIS (REUTERS)

Estudiantes y parados marchan contra la ‘ley Wert’ y la precariedad

Pilar Almenar Vara / Juan Manuel Játiva Valencia

Una manifestación de 2.000 personas anticipa en Valencia la huelga del 24O.
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Forges

Hoy ha sido un gran día para la contestación en Valencia. Desde las 11 de la mañana grupos y marchas de diversos colectivos y plataformas han recorrido la ciudad, dando la vuelta al Centro y cruzándolo en diversas direcciones. La policía nacional abría y cerraba los numerosos cortejos de la protesta, unas fuerzas del orden ejemplares, mucho más atentas, respetuosas y solícitas que controladoras,  y amenazantes. Cada vez los sentimos y nos sienten más cercanos y más fraternales, más camaradas de naufragio social, más "Grandola vila morena" y revolución de claveles, como en aquel Portugal que acabó con la dictadura de Salazar a base de fraternidad y apoyo mutuo solidario. Cada vez se afianzan más los vínculos humanos entre los que padecen el mismo disturbio administrativo, económico y caótico de un gobierno mediocre y obstinado en su mediocridad. También los polis tienen problemas con la escuela de sus hijos, con la atención a sus dependientes, con las pensiones de sus padres y los desahucios que se ven forzados a presenciar, y muchas veces se resisten a realizar, avergonzados por la crueldad y la avaricia de la banca "protegida" por el Gobierno. Nunca un gobierno de derechas y monárquico había puesto, en este período democrático de 35 años, tanto empeño y obstinación en que España se vuelva de izquierdas y republicana. Casi que deberíamos agradecerles su cooperación en el nacimiento, despertar y expansión de una nueva consciencia de unidad y de verdadero cariño entre los ciudadanos. Ya no sólo une la rabia, sino también la ternura, la empatía y el corazón de todos hecho Uno, hasta la alegría, la música del "combate", el entusiasmo y la energía que se genera en una corriente tan positiva y tan limpia de alma.  Algo que no habíamos experimentado nunca en las luchas sociales. Ahora no es lucha propiamente, aunque se le llame así, es consciencia, es profundidad, es compromiso serio y amplio con muchísimos más matices que nunca. Es sentido del humor y detalles con el Otro. Es despertarse y verse rodeados de una luz que antes no se notaba. Había demasiada prisa, demasiadas distracciones superficiales, demasiado folclore. Ahora, entre la espada de la injusticia y la pared de la delincuencia político-administrativa institucionalizada, nuestro horizonte se ha abierto de par en par y una esperanza sin límites nos impulsa y nos llena.

Hoy, cuando las marchas de parados, dependientes,desahuciados y sindicalistas, marchando por Pintor López, han llegado al Puente del Real y se han encontrado de frente con una riada interminable y compacta de jóvenes estudiantes procedentes de la Unversidad Politécnica, del campus de Tarongers, de Burjassot y de Blasco Ibáñez, la emoción y la fusión ha sido de otro orden, ha brotado algo nuevo e intenso. Un abrazo general, lágrimas, aplausos, bondad y acogida mutua. Unos abuelos de clase nada proletaria, que acababan de recoger a sus nietos de un colegio religioso en la zona de Viveros, se han mezclado con la manifestación, nos han abrazado y han dicho: "Qué ejemplo tan humano y tan bonito. Teníamos prisa, pero hemos querido quedarnos aquí, para que a nuestros nietos nunca se les olvide este momento tan intenso. Gracias, gracias..." y lloraban de emoción los abuelos delante de sus niños, que sonreían y nos miraban con ojos enormes, luminosos y asombrados. El futuro está en marcha. Y nada va  pararlo.

Al final tendremos que agradecer a una crisis inventada y a unos gobernantes demenciales, el empujón del despertar y el nacimiento de un mundo completamente otro, nuevo, sano y mucho más gozoso y completo.