jueves, 10 de octubre de 2013

Historias de Erfurt


128 españoles tirados en Alemania

Juan Gómez Erfurt 
Los jóvenes se quedan atrapados en la ciudad de Erfurt atraídos por una oferta de trabajo que no se ha cumplido

“Me han engañado en la cara”

Juan Gómez Erfurt 
Cuatro de los españoles que llegaron a Alemania con la promesa de un contrato en prácticas narran su experiencia.
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La España precaria es así. No puede evitarlo. Lastimosa, mal informada, peor informante, larga de lengua y corta de entendimiento por causa del mal uso de la previsión, el discernimiento y la inteligencia, que no le falta, pero que mal utilizada resulta ser demoledora.

El periodista que trabaja de corresponsal, que seguramente cobra lo suficiente para no tener apuros, se dedica a desmoralizar del todo a los posibles exiliados de la cutrez hispana. El mensaje subliminal: no vengáis, que ya somos muchos. Fijáos que mal lo pasan los que llegan con la promesa de un contrato en prácticas. Eso son verdades a medias.

En primer lugar ni Alemania ni ningún otro país del mundo tienen la obligación de ir recogiendo los desguaces laborales que el pp está causando en todo el país por no saber gobernar ni gestionar ni adminsitrar. La única responsabilidad de esta ruina y de este éxodo es del pésimo gobierno que se votó por mayoría. ¿A quiénes votaron los maltratados emigrantes en las pasadas elecciones? ¿o acaso no votaron porque pasan de todo menos del wathsapp?

En segundo lugar, hay que saber que un par de meses o tres yendo a clases de alemán, puede que permitan saludar, sacar un billete o pedir un café con la seguridad de que a uno le entiendan medianamente, pero nada más. Tener la pretensión de poder trabajar en Alemania o en Noruega, como auxiliar de enfermería o ingeniero industrial, diseñador gráfico o mecánico de automóviles sin entender ni jota del vocabulario especifico de la profesión en el idioma del país al que se pretende emigrar es irracional por los cuatro costados. Y quienes imparten esas clases chapuza en Toledo o en Cuenca o en Matalascabras de Doña Lamprea, son unos estafadores que no dicen la verdad, porque si la dijeran nadie iría a sus clases-estafa ni pagaría un céntimo por la engañifa. 

Un contrato de prácticas en otro país, cuando no se conoce el idioma, es una tomadura de pelo asegurada. Hay que ser muy crédulo como en el timo de la estampita para pensar que en Alemania o en cualquier sitio aten a los perros con longaniza y los gatos con salchichas de Frankfurt. 

Deberían investigar en España a los vivales que  les han propuesto ese negocio. Seguro que bajo palio, encuentran algún ppero camuflado de lagarterana al frente de una empresa privatizadora de la desvergüenza exportadora de parados y aprendices. Lo digo, porque parece ser Toledo y su provincia, 'casualmente', la zona más tocada por la desafortunada aventura. Una noche toledana es sinónimo de un desastre. Pues una empresa-fraude toledana y sin más control que el de Mistress Capio es el equivalente a la noche en cuestión. Tan ocupada como anda la Doña en celebrar las onomásticas de su padre dictatorial...no le queda tiempo para bagatelas y tonterías de inmigrantes desorientados que sólo pretenden huir de ella y dejarla en evidencia. No les perdona que prefieran ser profesionales bien pagados y bien tratados en Alemania, antes que esclavos y siervos aperreados de la gleba manchega. Así, que se jodan, por malos patriotas. La España miserable es así. Y cuando se sale de ella sin cambiar el pelo de la dehesa, sin estudiar al menos la lengua del país al que se quiere ir a trabajar, pues resulta que no funciona y que se es carne de estafa. Pero no olviden nuestros incautos exiliados laborales que esa estafa ha comenzado y crecido en España, donde los estafadores más descarados y cínicos son los actuales gobernantes. Y eso debería saberlo muy bien el corresponsal en Erfurt. Aunque a lo mejor ya se la ha olvidado lo que dejó atrás, porque con las glorias se olvidan la memorias. Y cuando uno alcanza a vivir en un país mejor que el de origen, lo único que quiere es olvidar el pasado. Y tropezarse con él en carne emigrante fastidia y pone de muy  mala gaita como para ver la realidad completa de las medias verdades.“Me han engañado en la cara”, ha dicho uno de los estafados, con más razón que un santo. Ya lo creo, muchacho. Y te podemos asegurar todos los españoles, menos los gobernantes, enchufados y tesoreros del pp, que ese engaño tuyo es una pandemia. Y precisamente por ese timo monumental, estás en Alemania y no trabajando en Talavera, en Orgaz o en Los Yébenes.
Los alemanes no tienen el deber de darte lo que te niegan tus representantes institucionales vendidos al FMI a cambio de sobres a rebosar.

Y tú ve revisando tus tendencias votadoras para la próxima ocasión. Si es que cuando te repongas del quebranto, aprendas alemán y vivas dignamente de un trabajo, en una buena casa confortable y con todos los servicios sociales cubiertos por el mero hecho de existir, aún te queden ganas de votar por correo o como Cervantes, tal vez acabes prefiriendo dejar en el olvido ese lugar de la Mancha de cuyo nombre preferirías no acordarte. Y nadie te condenaría por ello.

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