Ayer, en primera plana, el diario valenciano Levante exhibía este titular: "Desmantelar el almacén de gas paralizado por los seísmos cuesta 143 millones de euros". A continuación el artículo describe los entresijos del informe que alertó a Escal UGS de que la inyección de gas desplazaría el yacimiento de agua existente en la zona, hacia la falla tectónica. Y así consta en la documentación que maneja la empresa del proyecto Castor, que entes de los terremotos preveía el desmantelamiento de la planta para dentro de 25 años, con el coste de 297 millones de euros. Para poner en marcha este plan entra al trapo una empresa de inversión prestataria del dinero y gestora mercantil del proyecto, Escal UGS S.L., firma creada a su vez por ACS SCE, filial de la compañía que preside Florentino Pérez, que además posee en la empresa canadiense Castor un tercio de las participaciones. El primer enredo se encarga de la construcción y de las gestiones políticas para conseguir los permisos (¿sobralia en acción?), el segundo término de la ecuación forradora, o sea, el castor que roe la naturaleza hasta hacerla puré, se encargará de la asesoría técnica. Y entre los dos montan la timba con un banco de inversión que captará pasta para perpetrar el proyecto desmigador de corteza terrestre sin encomendarse nada más que a sus ganancias presentes y futuras. El resto: Personas y habitat, pues, eso, a freir espárragos.
Y entonces, oh, magia maravillosa, nace en Luxemburgo, -un paraíso fiscal como la copa de un pino-, una nueva criatura: Watercraft Capital S.A., (que se traduce en español como el capital de la astucia/destreza del agua) y que pondrá en marcha la cadena del forring office, viento en popa y a toda vela: emisión de bonos para captar 1.400 milloncejos de nada, que se lanzan en julio de este año y que venden como rosquillas los bancos españoles, empezando por el Santander, siguiendo por Bankia, Banco Popular y por bancos franceses. Y todos tan contentos se reparten el pastel, mientras los españoles las pasan canutas a base de recortes en todo para financiar la devolución de una deuda que tienen los bancos con el BCE, cuyos millones prestados por "el reshcate que no esh reshcate aunque lo parezca sin serlo", y que el Gobierno ha disuelto en su nada de nada habitual, incluidos los derechos fundamentales de una sanidad pública y gratuita, lo mismo que la enseñanza y las pensiones, a cuyo fondo de reserva se ha metido mano para pagar más mangancias ppolitico-financieras, y además con la amenaza de terremotos en cadena, sin saber nada de tal enjuague, que se lleva a cabo en sus costas mediterráneas, en Aragón y en la cornisa cantábrica. El Castor se ha estado poniendo las botas, mientras la ciudadanía se torea, se banderillea y se remata en la Maestranza de la corrupción saco, aplaudida por el Bárcenas, la infanta su medianaranja, los jueces entreverados, los reyes poniéndose a punto en el taller reparador de Jetulio Pencas, los políticos en sálvese quien pueda y con los sobres más llenos cada día y la leyes ad chanchullum, de especialidad gallardona y rutilante, con la misa votiva por Franco y a cargo de Cospedal. La fieshta nacional eshtá que se shale,como los gases, el magma y las aguas en Castellón.
Todo este montaje es el alma pater que vive de nuestras carencias. Creando necesidades y soluciones que sólo benefician a sus bolsillos. Sin importar cómo, ni en qué condiciones se va a quedar el entorno humano y ambiental. Los mantenedores inconscientes y víctimas de estos sinvergüenzas nunca saben nada de los riesgos ni de los costes que tendrán que sufrir y soportar. Nadie les explica ni les informa, ni les pregunta si están de acuerdo con ponerse en riesgo y arruinarse pagando o dejando sus ahorros en tales manazas.
Si los políticos no saben a lo que exponen a sus representados y no consideran necesario informarles sobre este tipo de proyectos, ni son políticos ni representantes de nadie ni de nada, salvo testaferros de su propia ambición irresponsable. Y si lo saben y se callan, merecen banquillo, juicio, cárcel rehabilitadora que los reeduque y devolver los dineros públicos que se hayan empleado en apaños tan opacos como peligrosos.
Según los informes este trust pastiforme comenzó en 1998 y ahí ha seguido prosperando hasta hoy, no sólo sin que nadie lo investigase y lo publicase, sino, además, bendecido por los permisos y los dineros públicos. El pp ya tenía bastante con zapar a Zapatero e impedirle que las energías renovables se abrieran paso en España con detrimento de su emppresa y agradecer al Castor los detalles y regalitos y en caso de necesidad, disponer de la traca terremotera para quitar importancia al vertido infinito de su corrupción.
Si fallaron Gibraltar y las Olimpiadas, para distraer la atención demasiado fija en Bárcenas, en los jueces maquiavélicos y en la justicia distraída, en los Fabras indecentes o en el presidente plasmado en sobrata y fuga, pues siempre viene bien el comodín del Castor y la ecuación de los gases adeptos a disposición del cotarro ppero, que es un pozo de sorpresas cada vez más ponzoñosas y aberrantes.
Por cierto y a propósito de gastos ¿cuánto nos está costando la vuelta al mundo de Rajoy, para evitarle comparecer en el Parlamento y negar las evidencias y hacer el Don Tancredo imitando a Juan Sebastián El Cano, en plan Primus circumdediste me, pero en versión Carmen de Mairena?
Almas gemelas...¿a que sí? Sobre todo por el valor y la audacia, que cada uno aplica como puede...¿Cómo habría sido la vuelta al mundo navengando en el siglo XVI a las órdenes de Rajoy y shu shentido común? ¿Cómo sería el gobierno actual presidido por El Cano? Seguro que mucho más activo e inquieto. Por desgracia para Rajoy y para nosotros su telento y el del navegante que no temía a los retos más difíciles, se parecen lo que un huevo a una castaña. O un elefante a un patinete. Ay, Señor qué cruz!
Y entonces, oh, magia maravillosa, nace en Luxemburgo, -un paraíso fiscal como la copa de un pino-, una nueva criatura: Watercraft Capital S.A., (que se traduce en español como el capital de la astucia/destreza del agua) y que pondrá en marcha la cadena del forring office, viento en popa y a toda vela: emisión de bonos para captar 1.400 milloncejos de nada, que se lanzan en julio de este año y que venden como rosquillas los bancos españoles, empezando por el Santander, siguiendo por Bankia, Banco Popular y por bancos franceses. Y todos tan contentos se reparten el pastel, mientras los españoles las pasan canutas a base de recortes en todo para financiar la devolución de una deuda que tienen los bancos con el BCE, cuyos millones prestados por "el reshcate que no esh reshcate aunque lo parezca sin serlo", y que el Gobierno ha disuelto en su nada de nada habitual, incluidos los derechos fundamentales de una sanidad pública y gratuita, lo mismo que la enseñanza y las pensiones, a cuyo fondo de reserva se ha metido mano para pagar más mangancias ppolitico-financieras, y además con la amenaza de terremotos en cadena, sin saber nada de tal enjuague, que se lleva a cabo en sus costas mediterráneas, en Aragón y en la cornisa cantábrica. El Castor se ha estado poniendo las botas, mientras la ciudadanía se torea, se banderillea y se remata en la Maestranza de la corrupción saco, aplaudida por el Bárcenas, la infanta su medianaranja, los jueces entreverados, los reyes poniéndose a punto en el taller reparador de Jetulio Pencas, los políticos en sálvese quien pueda y con los sobres más llenos cada día y la leyes ad chanchullum, de especialidad gallardona y rutilante, con la misa votiva por Franco y a cargo de Cospedal. La fieshta nacional eshtá que se shale,como los gases, el magma y las aguas en Castellón.
Todo este montaje es el alma pater que vive de nuestras carencias. Creando necesidades y soluciones que sólo benefician a sus bolsillos. Sin importar cómo, ni en qué condiciones se va a quedar el entorno humano y ambiental. Los mantenedores inconscientes y víctimas de estos sinvergüenzas nunca saben nada de los riesgos ni de los costes que tendrán que sufrir y soportar. Nadie les explica ni les informa, ni les pregunta si están de acuerdo con ponerse en riesgo y arruinarse pagando o dejando sus ahorros en tales manazas.
Si los políticos no saben a lo que exponen a sus representados y no consideran necesario informarles sobre este tipo de proyectos, ni son políticos ni representantes de nadie ni de nada, salvo testaferros de su propia ambición irresponsable. Y si lo saben y se callan, merecen banquillo, juicio, cárcel rehabilitadora que los reeduque y devolver los dineros públicos que se hayan empleado en apaños tan opacos como peligrosos.
Según los informes este trust pastiforme comenzó en 1998 y ahí ha seguido prosperando hasta hoy, no sólo sin que nadie lo investigase y lo publicase, sino, además, bendecido por los permisos y los dineros públicos. El pp ya tenía bastante con zapar a Zapatero e impedirle que las energías renovables se abrieran paso en España con detrimento de su emppresa y agradecer al Castor los detalles y regalitos y en caso de necesidad, disponer de la traca terremotera para quitar importancia al vertido infinito de su corrupción.
Si fallaron Gibraltar y las Olimpiadas, para distraer la atención demasiado fija en Bárcenas, en los jueces maquiavélicos y en la justicia distraída, en los Fabras indecentes o en el presidente plasmado en sobrata y fuga, pues siempre viene bien el comodín del Castor y la ecuación de los gases adeptos a disposición del cotarro ppero, que es un pozo de sorpresas cada vez más ponzoñosas y aberrantes.
Por cierto y a propósito de gastos ¿cuánto nos está costando la vuelta al mundo de Rajoy, para evitarle comparecer en el Parlamento y negar las evidencias y hacer el Don Tancredo imitando a Juan Sebastián El Cano, en plan Primus circumdediste me, pero en versión Carmen de Mairena?
Almas gemelas...¿a que sí? Sobre todo por el valor y la audacia, que cada uno aplica como puede...¿Cómo habría sido la vuelta al mundo navengando en el siglo XVI a las órdenes de Rajoy y shu shentido común? ¿Cómo sería el gobierno actual presidido por El Cano? Seguro que mucho más activo e inquieto. Por desgracia para Rajoy y para nosotros su telento y el del navegante que no temía a los retos más difíciles, se parecen lo que un huevo a una castaña. O un elefante a un patinete. Ay, Señor qué cruz!
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