jueves, 10 de octubre de 2013

El loro vaticano empachado de chocolate

El Papa somete al banco Vaticano a una ley de control y transparencia

Pablo Ordaz Roma 
La legislación busca prevenir actividades monetarias ilegales y evitar el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.
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Querido Señor Bergoglio, alias Francisco. No hay duda sobre su estupenda intención de cambar su iglesia en algo que recuerde ciertos párrafos del Evangelio. Sobre lo que hay, no duda, sino cereteza, es de que no se puede conseguir meter vino nuevo -sin arruinarlo y perderlo- en toneles cuarteados, llenos de lañas y roturas irreparables, corroídos por los vinos de tantas cosechas viejas y avinagradas, que no pueden cambiar su composición química ni con el milagro de Caná. Para realizar aquel milagro Jesús usó el agua como elemento básico del cambio. "Llenad de agua los odres", dijo. Y sólo así, tras la limpieza y la purificación de  los residuos, apareció el vino nuevo; de una calidad infinitamente superior a la del vino anterior que se había consumido y agotado. 

Usted quiere una iglesia nueva sin que desaparezca ni se termine la vieja construcción corrupta, un raro oxímoron amasado entre lujo y limosna, entre caridad y complicidad, entre madre y madrastra, entre "santa" y putón verbenero de ramalazo pederástico camuflado de grito en el cielo y Babia en la tierra. Y eso no es posible. El carnaval y las máscaras son una banal frivolidad que insulta ya hasta la inteligencia menos sutil, convertido en sarcástica burla. Porque Dios no hace milagros convirtiendo panes y peces en hambre, sino hambre en panes y peces que eliminen el hambre y supriman en el hombre la injusticia que la produce. Y eso, el tinglado imperial que dieron en llamar iglesia universal, no puede hacerlo sin hacer como Jesús: morir, para poder resucitar en otro estado energético, tanto que ya no la reconozcan  sus viejos adeptos, como pasó con los seguidores que encontraron al Maestro por el camino de Emaús. Irreconocible para lo antiguo y absolutamente reconocible a la hora de compartir el pan en la posada del camino.

Al traspolar la situación a la del banco Vaticano, se entiende perfectamente que no se trata de adecentarlo, de lavarle la cara y mucho menos de maquillarle las legañas, sino de preguntarse honestamente y con el Evangelio en la mano, en el corazón y en la lógica, ¿cómo en medio de un mundo en el que aún se muere de hambre, de enfermedades leves y de miseria pura y dura por abandono, ha llegado el mensaje de Jesús a justificar que los que se dicen seguidores suyos hayan terminado por tener un estado político poderoso e influyente deformador de conciencias obedientes y ciegas, un banco y un capitalazo que necesiten rentabilizarse para nutrirse a sí mismos y repartirse en palacios arzobispales, episcopales, papales, casas-abadía, monasterios que son monumentos que cuestan miles de millones de dólares o de euros, templos lujosísimos, un amontonamiento ingente de obras de Arte de un valor incalculable y ni se sabe cuántas donaciones en viviendas, tierras y todo tipo de inmuebles, que no pagan impuestos, sino que subsisten porque los demás, infinitamente más pobres y menos favorecidos, pagan a los municipios por mantenerlos y conservarlos para honor y gloria del tinglado?

En román paladino todos se preguntan ¿qué hace una iglesia-pueblo  "de Dios" convertida en el mayor emporio explotador de los hijos del mismo Dios que le predican como Padre de todos, en nombre de un Maestro que vino, justamente, a denunciar y a desmantelar del alma humana el poder y el tener que impiden ser y amar?

Usted, Jorge Mario-'Francisco', no debería adecentar ni sostener ese banco por más tiempo. Debería desmantelarlo pieza a pieza. Y con cada partida de dinero desmantelada crear 

1) Bancos de alimentos y primeros auxilios para los que se están muriendo por falta de lo más básico, asociándose con Cruz Roja, la Media Luna árabe y Ayuda en Acción, por ejemplo, y con todos los grupos humanos que trabajan sin lucro en ese tipo opciones solidarias. Sin rastro de proselitismo religioso. Porque no hace falta ninguna religión cuando se siembra la misericordia y el amor inteligente y práctico. La religión que no trabaja en esa dirección es una sierva más de los poderes y las distracciones del mal genético de esta sociedad. Fomenta la división y el narcisismo pseudoespiritual, sea budista, cristiano o musulmán. O ateo militante, egoísta y narciso.

2) Proyectos educativos y formativos, con bancos de ideas sencillas que puedan promover el trabajo y las cooperativas para que no sea la limosna el único resorte que mantenga las ayudas, sino que se promocionen aprendizajes simples, oficios útiles a las comunidades y una educación paralela que haga posible la imaginación, la creatividad y las mejoras. Y por medio de microcréditos sin intereses, para los que no hace falta tanto montaje y tanto gasto, sino solidaridad e inteligencia.

Sin ir proclamando a voz en cuello lo "caritativa" y "virtuosa" que es cada secta. Ni si una es más santa e importante que las demás. Summa 'virtus', summa superbia et stultitia o Roma veduta fede perduta. Cada ser humano tiene derecho a ver a Dios como más le ayude y  le mejore en todos los aspectos, no se pueden violentar conciencias ni andar compitiendo en feligreses y adeptos ni por la posesión de una verdad que nos supera a todos y de la que sólo podemos percibir la parcialidad que nos permiten nuestras limitaciones particulares, culturales y sociales. No hemos venido al mundo para mantener tinglados, sino para desmantelarlos en la medida en que degenerando se constituyen en fines únicos y absolutos y se van convirtiendo en obstáculo para nuestra evolución y desarrollo educado en libre responsabilidad, integral humano, que es la única forma de descubrir que somos divinos.

Si es cierto lo que dice usted que quiere mejorar en su iglesia, no la remiende: deshágala como se hace con los jerseis. Lave bien la lana hasta desinfectarla, distribúyala con amor y confianza en nuevas madejas de bondad solidaria y de justicia cósmica, la Providencia, que todos llevamos dentro como una semilla eterna. Y permita que la liberación de usted mismo y su conciencia se convierta en ejemplo y ánimo para todos. Ponga, como Zaqueo, todos los bienes en común, y luego sea usted uno más en el anonimato. Regale Evangelio práctico en vez de consejitos sonrientes y golpes de efecto mediático. Haga que Ratzinger viva en una modesta casita del Trastevere o del Preneste, como usted mismo. Y dejen a los seres humanos , de una vez por todas, descubrir a Dios como ellos necesitan verlo y sentirlo. Recordando que no son los teólogos los que están destinados a heredar y construir el reino de los cielos, sino los pobres de espíritu que no se apegan a los dineros y poderes, los limpios de corazón y los que son inocentes, graciosos y sencillos como los niños antes de que la pederastia los destroce. 

Si se empeña en esa vía, lo conseguirá porque las fuerzas del universo conspiran con la verdadera y divina inteligencia emocional trasformadora de realidades, repartida como un espejo escondido en todos: el Amor. La máxima justicia posible. Que es Dios. No hay otro.

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