miércoles, 2 de octubre de 2013

Fantásticas palabras y gestos mediáticos. Ahora sólo faltan hechos

  1. El Papa concede una entrevista a La Repubblica de Italia

    ACI Prensa ‎- hace 18 horas
    El diario italiano La Repubblica publicó hoy una entrevista que realizó su director, Eugenio Scalfari, al Papa Francisco en la que el Santo ...
  1. ElTiempo.com‎ - hace 12 horas
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    Como humildísima, torpe y poco aplicada alumna de Jesús de Nazaret y del género humano en general, -los seres hiper evolucionados son patrimonio evolutivo/espiritual de la humanidad entera y nadie los posee jamás en exclusiva religiosa ni en mogollón político-,  me atrevo a sospechar y a seguir desconfiando de esa milenaria mater et magistra de la manipulación y de sus jefes mordor fashion, pegados como lapas, durante un buen paquete de siglos, a los poderes temporales, al politiqueo, al mejunje, a la pasta millonaria y a nadar y guardar la ropa travestidos de lo que haga falta, hasta de asesinos a portata di mano cuando ha sido preciso, con tal de mantener en pie el poderío de los Imperios de la crueldad, la esclavidtud descarada o camuflada de "cultura", "arte",  de "economía" y de compraventa, que llevan machacando a la humanidad desde que el primer homo macellarius más bestia que ningún otro, rugió ante toda su tribu "aquí estoy yo y me vais a obedecer sí o sí" con un hacha de sílex y una punta de flecha en ristre. 
    También el neanderthal y el cromagnon tuvieron su iglesia y sus dioses arbitrarios y caprichosos. Y sobre todo sus sacerdotes, sus druidas, sus chamanes, sus brujos litúrgicos, que acaparaban avaramente el saber del momento mediando y enredando entre el consciente personal y el inconsciente colectivo para montar, con la mejor de las intenciones, su empresa y su negocio donde la vida y la muerte, lo material y lo intangible se mezclaban como una ensaladilla o una chanfaina. 

    La cosa viene de lejos y no se va arreglar así como así. Porque lo primero sería salirse del círculo del poder que obedece al príncipe de este mundo, y después de pedir perdón a todos los damnificados, denunciarlo con pelos y señales, y eso no es posible hacerlo desde dentro de ese "mundo" de vanidades y pactos con el diablo, porque no es solamente un mundo visible. 
    Es invisible, penetrante, contaminador y tóxico. Está en los genes e impregnando las emociones, la educación y la relaciones interpersonales, los estudios, la ciencia, las ideas y sobre todo es el motor primero del ego, del Narciso. Descubrirlo es difícil, muy difícil, estando cautivos de motu propio a su propio servicio. Hasta tal punto se ha camuflado el asunto que los más virtuosos consagran sus vidas, no a su ego ni a su Narciso particular, sino al ego y al Narciso colectivo de una ideología y/o de un credo religioso fijos. Inamovibles. Acríticos. Fanáticos. Patriotas heroicos de lo propio y enemigos odiosos de lo común.  Manipuladores revestidos de consagración y victimarios por "la causa". Inventores de inquisiciones y torturas escalofriantes para perdurar egolátricamente, narcisamente, en el tiempo, no como genios individuales, que eso es cosa de cuatro gatos, sino diluidos en colectivos perdurables y prestigiosos, que dan virtud y barniz santificador sólo por la pertenencia selectiva. Como ya en tiempos Jesús denunciaba a los fariseos. Lejos de acabarse , esa casta hora gobierna el mundo, sirve a sus demonios internos y se alimenta de la carne. De la carne animal y de la humana, esclavo de sus instintos ya convertidos en "cultura" y hábito, exterminando y exprimiendo a los más indefensos y desastidos. A los inocentes. A los más pobres e ignorantes.  Haciendo del Planeta Tierra una verdadera carnicería charcutera, mediante la guerra, el negocio de las armas, el terrorismo, el tráficos de drogas letales, de los mercados financieros, de los fármacos experimentales y venenosos, de materias primas adulteradas y por ello, tóxicas, como el petróleo o el uranio, por los recortes en derechos y dignidad en pro de apoderarse de los dineros y el esfuerzo de todos para benefico de unos pocos. 

    Entre esos pocos nada y guarda la ropa de escena la iglesia católica, que tiene hasta su banco propio y su estado político a la misma altura que los demás sátrapas del príncipe del Imperio de siempre camuflado con máscaras y disfraces históricos, pero siempre el mismo. Mordor, según Tolkien. 
    El triángulo de revés. El reflejo de lo divino en las cloacas de lo inhumano. Y lo humano, que es el vínculo entre lo vertical y lo horizontal, entre la tierra y el cielo, el cruce sabio de dimensiones, permanece missing todavía. 
    "Quien quiera seguirme, que coja su cruz y me siga" Es a esa condición de nudo, de entrecruzado de energías, a lo que Jesús hizo alusión al hacer esa invitación. Una cruz que se refleja también en nuestro nacimiento si miramos los astros. El sol de nuestro momento natal tiene un medio cielo, un zénit y su opuesto, un cruce, que es el punto astral donde se encontraba el sol en el instante temporal en que respiramos por primera vez. Se llama ascendente y su opuesto, descendente. Esa "cruz" la tenemos todos. Y es la parte personal  de la cruz general que nos toca trabajar entre cielo y tierra. El cristianismo se apropió de la cruz pensando sólo en la muerte de Jesús. Nunca se preocupó de descubrir el significado verdadero de ese signo, al que los romanos sin saberlo clavaron el cuerpo de Jesús, por la rutina de sus castigos espantosos,  mientras la  energía nueva se expandía por lo telúrico y lo impregna hasta ahora mismo.
    Hay todavía quienes con una visión limitada, y porque nadie se lo ha explicado con claridad, piensan que la misión "salvadora" de Jesús fracasó porque no consiguió cambiarlo todo. Jesús no vino a cambiarnos de sopetón ni a salvarnos en plan superman, sino a darnos la herramienta de la buena nueva: que somos divinos y que experimentándolo en el día a día, con la clave del amor y la transparencia, la simplicidad y el espíritu positivo que llamó espíritu santo y que hacía tantos milagros con plena física cuántica, podemos cambiar cuando decidamos hacerlo seriamente y pasemos de las teorías y los miedos fanáticos inoculados y de las manías narcisas de nuestro ego enloquecido, a la práctica gozosa de la esencia humana en plenitud. 

    Él mismo fue una muestra de lo que somos todos cuando nos desarrollamos. La torpeza lógica y la confusión de los primeros seguidores y sobre todo de los que llegaron después, hizo que ese mensaje -resumido en las bienaventuranzas y apuntado en el prólogo del Evangelio de Juan-, se escondiera en la rutina. Pero quedó la siembra. El grano de mostaza en el aire que respiramos, en el agua que bebemos, en la luz solar y en la tierra que nos nutre y nos forma plásticamente y que siglo a siglo va creciendo y se convierte en el nuevo cielo y en la nueva tierra de la conciencia individual y universal.  

    Nuestro crecimiento no se puede medir en el tiempo, sino en consciencia cualitativa. En apertura de nudos internos, que son siete chakras o ruedas de energía, para los orientales, repartidos en la vida de nuestro cuerpo físico; Juan de Patmos en su Revelación los resume en siete iglesias terrenales de aquel momento, a las que va dejando un mensaje particular, advirtiéndonos las debilidades y cualidades de cada puerta energética de nuestro ser. Además de las doce "puertas" que tiene la nueva ciudad de Dios, en el Apocalipsis/Revelación, que es el cuerpo humano reconocido como templo, transmutado por el espíritu  y elevado por la inteligencia y el amor incondicional a un plano universal, que cuenta por supuesto, con el plano individual, pero no individualista-narciso, que sería lo viejo, lo inmaduro/dependiente que divide en vez de unir.

    Cada uno de nosotros es esa ciudad individualmente y a la vez parte de ella solidariamente. Un holograma cósmico. Como todo libro sabio y cargado de información eterna y transformadora, ese libro de Juan tiene varias lecturas y hay que meditarlas en silencio para que el espíritu santo y cuántico nos las vaya revelando desde dentro.  A todos. Y esa es la unidad final y el nuevo principio.

    Parece que Jorge M. Bergoglio se quiere tomar muy en serio su sobrenombre, Franciso, Francesco -el nada solemne apodo de Giovanni Bernardone, il gioglare di Dio- y trata de reproducir los frescos de Fra Angelico sobre los más que frescos, descarados  y vergonzosos, aguafuertes de la iglesia católica triunfante y pantócrata, que no cristiana y mucho menos jesusiana. Al fin y al cabo él, Bergoglio, pertenece al tinglado en el que nació, se bautizó, creció, se acostumbró y se deformó tan santamente que cuando le salió al paso una dictadura genocida y catoliquísima, pensó que aquello era la voluntad de Dios y no supo ver detrás de todos ellos y de sí mismo al príncipe de este mundo vestido de generales y de torturadores en la Escuela de Mecánica de la Armada argentina. Si se hubiese dado cuenta habría pedido perdón público a los que públicamente abandonó entonces. Es necesario que los cimientos de un cambio y de una conversión sean reales, sin miedo a la verdad ni al "escándalo", pues no hay peor escándalo que pretender cambiar a todos sin hacerlo públicamente e íntimamente uno mismo. Sobre todo cuando hay testigos presenciales de las vendidas del arzobispo Bergoglio para proteger el tinglado eclesiástico por encima de la vida y la dignidad de las víctimas de la barbarie farisaica y monstruosa. Deforme y aberrante de un poder que reza y va a misa mientras asesina por ideas o por lo que sea. La vida de un sólo hombre sobrepasa en valor a cualquier montaje político o religioso. 
    Mientras eso no se realice, ese reconocimiento personal, no podrá hacer esa obra ingente, pues entonces lo que se busca es que el tinglado se lave la cara y se abra a los no creyentes en él para captarlos y hacerse una aureola de tolerancia tras la época de cerrazón teológica e ihumana, polar, que la iglesia católica acaba de pasar, pagando un precio que casi la ha destrozado y acabado de pudrir por completo. Pero ese no es el mensaje de la Buena Nueva. La Buena Nueva es que la bienaventuranza sólo es posible cuando abandonando el tinglado, éste se deshace por falta de apoyo logístico y material de construcción.  Porque no es el espíritu la amalgama que le daba consistencia, sino los egos narcisos de jerarcas y súbditos atemorizados y sin evolucionar.

    Si es cierto tanto buenismo neoconverso, me gustaría seguir con mi pregunta de siempre: ¿Cuándo se abandonarán el Vaticano y los bienes patrimoniales que la iglesia universal tiene acumulados por todo el Planeta y serán sacados a subasta en la Naciones Unidas, para poder repartirlos entre los pobres de la Tierra en proyectos de vida y desarrollo sostenible y justo, sean de la religión que sean y que se les ayude no a cambio de que acepten el bautismo ni el violento lavado de cerebro de otra cultura religiosa etnocéntrica y soberbia, orgullosa, avara, malversadora de la gracia y de tantos recursos que bien empleados sí que cambiarían un  mundo injustísimo, resignado y hostil, en otro mucho más sano, habitable, hospitalario y cordial? 

    Hay que abandonar el paño vejo, es imprescindible hacerlo para que el paño nuevo no se inutilice. La gracia y la luz del espíritu no se pueden remendar. También hay que cambiar de odres, porque los viejos recipientes no pueden resistir la fuerza del vino nuevo y se rompen solos. El espíritu tiene una fuerza que pone en evidencia las trampas antes de lo que uno quisiera. Las hace migas como el vino fuerte y nuevo a los odres gastados.
    A Bergoglio le toca hacer ese tarbajo si de verdad es cierto lo que predica e intenta hacer creer. 
    Albino Luciani lo intentó sinceramente. Y lo liquidaron. ¿Es posible que a Bergoglio se lo permita hacer la misma estructura que se lo impidió criminalmente a Luciani? 

    Hechos. Hechos de los verdaderos apóstoles, es lo que hace falta para que Bergoglio se convierta de verdad en Francisco, sin número. El nombre no hace al santo. Es el santo el que ilumina y llena de vida y de sentido el nombre.

    Por mi parte, yo, como Tomás el Mellizo del Evangelio, soy agnóstica eclesial. Absolutamente. De Dios no puedo dudar ni queriendo, está tan vivo y es tan hermoso respirando y haciéndose respiración en todo cuanto existe, es tan amor sin límites experimentales, que negar lo que hay sería para mí una estupidez que no podría asumir como propia. Pero soy absolutamente ajena a los tinglados religiosos que se han interpuesto  través de la historia evolutiva entre el Hombre y los hombres, para impedirles ser el Hombre que son y no lo saben.
    Lleva escrito tanto tiempo que parece que se ha olvidado y no se reconoce su actualidad:

    "Pondré mi ley en su interior
    y la grabaré en su corazón
    ...ya no tendrán que enseñarse mutuamente
    unos a otros diciendo: "Tienes que conocer 
    al Señor",porque todos, grandes y pequeños,
    me reconocerán porque 
    yo les perdono, les reconstruyo y olvido sus fallos"
    (Jr.31, 33-35)

    "Después derramaré mi espíritu sobre todos:
    vuestros hijos e hijas profetizarán,
    vuestros ancianos tendrán sueños proféticos,
    vuestros jóvenes tendrán revelaciones.
    Sobre siervos y siervas derramaré mi espíritu
    en aquel tiempo" (Joel,3, 1-3)


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