domingo, 10 de enero de 2016

Un par de notas de actualidad

Si por fin los partidos de izquierda más votados y desoyendo la voluntad popular no responden a los deseos de la ciudadanía y prefieren correr el riesgo de unas nuevas elecciones que debilitarían muchísimo la intención de voto y fortalecerían el regreso al biparty, además de ser una irresponsabilidad con los presupuestos generales que no están para festejos egocéntricos, tal vez sería una buena estrategia que los partidos en Común, Compromís y las Mareas le plantasen cara a Podemos, ya que es el único obstáculo para hacer la coalición necesaria. Hay que debilitarlo si no queremos que nos devore, convertirlo en uno más y doblegar sus ansias de poder. Y hacerlo cuanto antes. Si todas las ramas de la izquierda se unen y se pacta con Izquierda Abierta, Unidad Popular y Psoe, Podemos quedaría en como máximo en igualdad y no por encima. Es supernecesario que se haga evidente qué es Podemos antes del desastre y lo lejos que está de los intereses del bien común cuando antepone constantemente sus 'líneas rojas' a la gravedad de la situación ciudadana. 
Que la cuestión de Catalunya se haya convertido en un tabú que impide hasta reunirse a hablar a la propia izquierda porque Podemos no quiere hacerlo, -el Psoe sí parece que aceptaría ese diálogo- cuando es algo que en realidad depende más de los catalanes que de todos nosotros y de la capacidad gestora de unos portavoces que no se podrán elegir si no se constituye Parlamento y Gobierno por una irresponsable falta de organización y seriedad, es una maniobra de distracción patosa y delatora, por parte de Podemos, con una evidente falta de voluntad para asumir un gobierno plural, porque desea ser el único actor que sustituya a la pluralidad, y no formar parte de esa pluralidad, que es para lo que se ha votado. 
Si la gente hubiese querido a Podemos en el poder ya habría sido suya la mayoría absoluta, pero no ha sido así,  el podemismo ha tenido que implorar pactos a Mareas, a Compromís y a los en En Común para rascar escaños, si ahora, al constituir grupos esos pactos se liquidan por falta de acuerdo, Podemos tendrá que aceptar negociaciones y pactos limpios en nombre del bien común. Y sería lo decente y lo que respondería a la voluntad popular. 

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En cuanto al cada vez más esperpéntico rumbo del independentismo catalán, hay que puntualizar sobre el ridículo institucional que supone que un candidato como Mas y un partido como Convergencia sean los que decidan la marcha del procés y que un recortador sin freno, arruinador de todos los sectores públicos,  que ha apoyado a Rajoy en todo lo peor de su economía y de una corrupción que la misma Convergencia ha generado, se permita el cínico privilegio de elegir al candidato a la Presidencia...en vez de que el Parlament fuese el que votase ya que las condiciones de rechazo a Mas no deberían permitir a éste la folclórica anomalía de prolongarse en sí mismo eligiendo un sustituto. ¿Quien no ha tenido decencia para destapar la corrupción como gobernante va a tenerla acaso para elegir a alguien decente en su lugar? ¿Distingue Mas lo honesto de lo deshonesto? ¿Se ha preguntado todo esto la CUP? ¿Vale la pena un Procés tan sucio e indigno e incluso ridículo? ¿No se le estará cayendo la cara de vergüenza a la mayoría de los catalanes que superen los mínimos de normalidad cognitiva? ¿Puede la ceguera del orgullo llegar a devaluar la dignidad de su propio pueblo creyendo estar tocando el cielo? 
Personalmente la CUP siempre me pareció admirable. Hasta el momento en que se ha tragado el sapo de este camelo vergonzoso. Sólo espero que los catalanes y catalanas no se lo traguen también; si ya un procés de independència se encamina en este plan, a lo mejor acaban pidiendo asilo político por ahí. Una república catalana con tales primeras piedras en vez de ser un ejemplo puede acabar siendo un verdadero fiasco. Los buenos fines necesitan los medios adecuados. A malos medios fines pésimos. Lo siento por los adeptos al maquiavelismo de tenderete, pero esa sentencia es falsa en la realidad. Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor para comprobarlo. Nuestro mundo lleva desde el principio guiándose por ella y estamos viendo lo que hay. Los fines buenos son imposibles con métodos contrarios a su condición, se pudren, se frustran, se deshacen. No prevalecen y no es porque las cosas caducan, sino que caducan por mal hechas, por chapuzas y deficientes. Lo triste es que eso no se vea ni se intuya antes de meterse en camisas de once varas mal diseñadas desde el patrón hasta el dobladillo y los ojales.











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