La voz de Iñaki

Rajoy y los pulpos en el garaje

EL PAÍS  

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Pues es cierto lo que apunta Iñaki. Y los pulpos en el garaje fuimos muchos ayer. Me incluyo como pulpa engarajada y encarajada por el rifirrafe emocional que desencadenó 'pablemos'. Y acabo de caer en que, bajo el rebombori de las tracas, efectivamente, nos colaron el gol del corrupto ppero sentado en su escaño como si fuese lo más normal. Algo mucho más grave y urgente, mucho más escandaloso que los zafios modales de la horterada podemita y su engañifa manipuladora. Gracias, Iñaki, eres un verdadero patrimonio nacional de la observación y de la lucidez. 

El hecho de estar directamente afectados por el podemismo y sus efectos secundarios puede llegar a convertirse en una venda que oculte otras cosas igualmente importantes, lo acabo de constatar en mi propio caso. Pero también caigo en la cuenta de que confundir lo de ayer , así, globalmente, con lo que hay en la calle no es tampoco exacto ni casa con la realidad que se vive con mucha más serenidad normalizada, respetuosa con la dignidad y sin perder los estribos, en su descontento, y bastante menos chulesca, en barrios trabajadores como el mío, por ejemplo. Eso de ayer tampoco se corresponde con la realidad de todos. Si fuese así, las demás nuevas diputadas procedentes de la base social habrían llevado a sus hijos, sobrinos y allegados, al circo de ayer para demostrar que la maternidad militante es divertidísima y tiene todo el derecho del mundo a llevar a la familia detrás, adonde vaya el matriarcado, ¡ay paya!, para dejar muy claro que cuando gobierne Podemos, el Parlamento será un parque de atracciones estupendo para llevar a los churumbeles a disfrutar.  Esa tampoco es la realidad de la calle. Y quién lo diga es que sale poquísimo o no se entera de lo que ve.

El hecho horrible de que el ppeppero corrupto estuviese presente en el escaño, tan campante, sin que las nuevas fuerzas parlamentarias, tan comprometidas con la regeneración democrática, dijesen ni pío, mientras se dedicaban a dar la vuelta al ruedo puño en alto, tiene también su importancia en las maniobras de distracción. Nadie se levantó ni señaló al indigno elemento, ni ningún poli  le registró la mochila de las corrupciones múltiples como a Rita Maestre, en busca de material subversivo y camisetas denunciadoras de la misma corrupción. Nadie le pidió en la puerta el certificado de decencia ni el veredicto sobre su caso de la comisión de principios éticos del pp, en caso de que exista, claro. 

A mí me da, después de escuchar a Iñaki, que estamos abducidas por los zascas de lo inmediato, que, en efecto, esto se puede estar convirtiendo en una pulpería garajil y carajil, y eso es muy preocupante, of course. Pero al mismo tiempo no puedo evitar el repelús que me está dando ver un Parlamento constituído sobre el sistema D'Hondt, los vivales y sus miserias tramposas, sobre una mordaza calculada y consensuada de antemano, que permite silenciar a 2'5 millones de votantes y le concede el megáfono de la demagogia al flautista de Hamelin haciendo creer que todo el monte es orégano, que el cambio ha llegado de verdad. También en el garaje de los pulpos huelen que atufan los tubos de escape del sistema.

El carnaval de ayer no es lo que desea la mayoría de españoles. Si fuese así  el  Congreso ahora mismo sería por mayoría de Podemos. Pero la mayoría es base social unida en la diversidad ¿Quién quiere un rodillo nuevo para que todos le obedezcan y acepten sin rechistar los dictados de un nuevo avatar-"aparato" blindado en su hegemonía? Se ha votado pluralidad. Podemos no quiere lo diverso, pero lo usa para engatusar al respetable hasta que logre el objetivo de anular en sí la pluralidad. Y esa circunstancia es tan grave y preocupante como la corrupción financiero-política, porque también es un brazo de la misma podredumbre, que no sólo es dinero, sino sobre todo, merma de valores éticos y democráticos que luego deriva en todo lo demás, y  que Podemos se pasa por el forro polar de estrategias,tácticas y demoscopias.

Lo de ayer no  se corresponde con la sociedad que tenemos, sino con la caricatura de un estereotipo populista, no popular, más político-sofista que realmente político y ciudadano en su más sana y noble expresión. Y que no nos confunda esa melé de rugby aparatoso. Que no nos confunda ni siquiera nuestra confusión. Ni tampoco las ganas que tenemos de librarnos del pp y de sus garras insidiosas, desgobernantes y depredadoras.