miércoles, 20 de enero de 2016

Compromís anuncia que se aparta de Iglesias por coherencia

Fernando Garea / Francesco Manetto Madrid (El País)
La formación, que participó en confluencia en la Comunidad Valenciana, llegará hasta el final para tener grupo propio

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Era de esperar algo así. Lo extraño fue la adhesión entusiasta a Podemos con una óptica tan distinta  y en desacuerdo con las bases de Compromís. Era un apañito contra natura. Una cosa es pactar después de las urnas y cooperar en el mismo grupo parlamentario y confluir en los valores básicos de una política de  origen asambleario y otra fundirse en el mismo Podemos como parte de la misma sustancia; no es lo mismo grupo y coalición que partido. No es lo mismo confluir que disolverse en fluidos aleatorios  y perder la identidad de espíritu. Algo que Podemos no entiende, porque sólo se queda en la corteza de los porcentajes. Se han confundido muchas cosas y a río político revuelto, ganancia de encantadores...de serpientes. La inexperiencia de los movimientos sociales en las lides parlamentarias y electorales, les ha hecho pagar el pato: no sabían que o no consideraron necesario registrarse antes de las elecciones como partidos independientes de Podemos aunque confluyentes, luego, tras los comicios y valorando todo. Seguramente, Podemos ya tenía sus cálculos y tentáculos bien puestos en "la masa", que es como ellos ven a la ciudadanía y los hubiera rechazado, como a UP, si hubiesen reivindicado su autonomía frente a una absorción bajo el paraguas de la sigla podemita, no por la sigla en sí, sino por la falta de definición programática, por la cerrazón a pactar con la diversidad si no está al  servicio de su concepto hegemónico y por la carencia de ética en los métodos como de democracia interna en el funcionamiento. ¿Por qué creéis que creció exponencialmente el voto a esa sana y estupenda coalición valenciana? Precisamente por la cantidad de votantes que se largaron de Podemos cuando le vieron las intenciones underground. La pezuña del lobo por debajo de la puerta embadurnada de harina y la voz impostada imitando a mamá cabra... se dieron cuenta a tiempo, salieron de la trampa y ahora vais y les obligáis a retomar el hilo del catxirulo diciendo que ara és el moment de volver al punto de donde salieron escopeteados. Qué mala es la falacia del poder  y su bulimia. Se infiltra hasta en las mejores intenciones con la excusa de mejorarlas y subirlas de aspiraciones legítimas, pero a  veces, tóxicas...Ains! Te recuerdo Mònica en un encuentro precioso en el Centre Octubre con el compañero David Fernández de la CUP catalana; recuerdo tus palabras que me llegaron al alma: "Tenemos que desterrar el ansia de poder y sustituirla por el espíritu de servicio. No queremos mayorías nunca más. Ni siquiera nosotros debemos desear ser una mayoría que asuma el poder, porque eso impide la pluralidad de la democracia..." Y eso me decidió a sumarme a Compromís como simpatizante y como votante. Sólo quiero no tener que arrepentirme.

Un gracias a la coalición por la coherencia de detenerse al borde del estropicio, aunque antes del penoso lance hubiera sido deseable aplicar ese cordón sanitario del que siempre ha dispuesto en otros tiempos. No sólo el pp ofrece motivos para las precauciones de higiene democrática. La corrupción no es solo cosa de la pasta, en los chanchullos visibles y las puertas giratorias. También está en los principios giratorios y en el uso perverso de líneas rojas acomodaticias, como por ejemplo, exigir como conditio sine qua non, para sentarse a dialogar, el referendum catalán, cuando hace unos meses P.I, pedía a los catalanes que se quedaran en España y viendo el tortazo que se llevó en Catalunya cambió el discurso y de repente se volvió más En Comú que Ada Colau...O se vende democracia asamblaearia como señuelo para montar una dictadura aparatista sobre la chepa de los círculos sin valor decisorio. 
No hay que bajar  la guardia aunque aparentemente pinten copas y oros. Las espadas y los bastos se pueden camuflar divinamente cuando se trata de falta de escrúpulos y ansias de poder patológicas. Mejor conservar con modestia la esencia de lo que somos que perderla en el glamour y fanfarria de lo que no queremos ser ni los que nos votan como portavoces y no como señores y señoras  feudales a la caza del sillón, nos han pedido que seamos. 

Compromís no puede quejarse. Ha pasado de tener solo a Baldoví a tener cuatro escaños. Es fantástico. Ahora toca que esa confianza puesta en la coalición valenciana no se emplee como peón de ajedrez de unas ambiciones  que no casan con el alma de Compromís y pierda la partida por meterse en camisas de once varas animada por el flautista de Hamelin. La ciudadanía ya no quiere más cuentos para seguir durmiendo. Hace seis años que se despertó  a base de bofetadas demagógicas. I ja no en vol més. Ja hem tingut prou, no, companys i companyes?

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