Las habas son legumbres que cuecen en todas partes y en Podemos también hay una perola al fuego, que no sólo el PSOE y el PP le iban a dar a la cuchara. Más allá de Andalucía, donde el enfrentamiento entre Pablo Iglesias y Teresa Rodríguez está institucionalizado y emerge como el Guadiana, el partido vive intensas crisis territoriales que están condicionando su estrategia, que ahora mismo pasa más por alcanzar un pacto de Gobierno con el PSOE que por forzar la repetición de las elecciones generales. El puchero es de digestión lenta y pesada.
El principal problema de Podemos está en Cataluña, especialmente después de que Ada Colau anunciara ayer la formación de una fuerza política estable y reclamara para sí todo el espacio de la izquierda y capitalizar el triunfo de En Comú Podem en las pasadas generales. La jugada ha descolocado a Iglesias, en un momento en el que su organización catalana está descabezada tras el fiasco en las autonómicas de Catalunya si que es Pot y la dimisión de su secretaria general Gemma Ubasart. Podemos tendrá que decidir si se mantiene con vida o si se subsume en la nueva formación y, por tanto, desaparece.
No menores son sus problemas en Galicia, donde podría correr una suerte parecida. Segunda fuerza junto a sus socios de En Marea, el secretario general gallego de Podemos lleva varias semanas sometiendo a una purga a su Consello de Coordinación, en el que ha destituido a seis de sus nueve miembros, además de mostrar su intención de concurrir en solitario a las elecciones autonómicas de este año. El rosario de la aurora se perfila como destino.
En Valencia, con la salida de cuatro diputados de Compromís hacia el Grupo Mixto, se han roto también las posibilidades de reeditar una entente como la del 20-D. Ha saltado por los aires la coalición y los efectos de la dinamita han afectado seriamente a la relación entre Iglesias y Mónica Oltra.
A otro nivel, en Cantabria la fractura es completa. Días atrás el Consejo Ciudadano de Podemos debatía una moción de confianza de su secretario general y presidente del grupo parlamentario, José Ramón Blanco, para forzar su cese. Blanco, al que se acusa de nepotismo y de ciertas actitudes “intolerables”, se ha llamado andana. La crisis tiene muy preocupado al presidente cántabro Miguel Ángel Revilla, que lo es por la abstención de Podemos y a quien debe haber sacado adelante los presupuestos regionales.
¿Quieren más? En Huesca ha dimitido el Consejo Ciudadano en pleno tras denunciar que las listas electorales en la provincia las hacía a su antojo Pablo Echenique, al que pretendían llevar ante el Comité de Garantías. En Málaga, la dimisión del secretario general José Antonio Vargas y la de otros cinco miembros del Consejo Ciudadano entre acusaciones de derechización del partido y de autoritarismo ha dejado a la provincia sin ejecutiva y en manos de una gestora.
En ese estado de cosas parece imponerse la teoría del pájaro en mano, por eso de que las elecciones las carga el diablo y lo que hoy son 69 diputados –incluyendo en el cómputo a los cuatro electos de Compromís- podrían mermar en un nuevo paso por las urnas. El puchero sigue en el fuego. Chup, chup.
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Lo triste del caso, es que esto se ha ido gestando desde el principio, los que lo veían y lo avisaban desde dentro no eran escuchados, al contrario, se les consideraba "trolls". El tacticismo como programa y el cortoplacismo y sus estrategias como única "ética" para manejarse no podían acabar de otro modo menos desastroso que así. Es muy triste. De verdad. Podemos de aquí a nada será como el recuerdo de un sarampión o de una cabalgata fallera. Un grupo que terminará como UPyD. Disuelto en su mismo oxímoron y en sus mismas contradicciones. Es lo que ocurre cuando el icono del líder se convierte en el fundamento de un movimiento político. Cuando la personalidad a medio cocer sustituye a la individualidad responsable y capaz de ser una con todos, sin intentar apoderarse del alma social en exclusiva, sin imponerse como una omnipresencia poderosa en todo lo que se decide, se piensa y se hace.
Esto sucede cuando se pretende darse a sí mismos y a los demás gato por liebre pensando que es lo normal, cuando se quiere ser "lo nuevo" funcionando con las mismas lacras de lo viejo. Copiando del capitalismo las formas de hacerse con el poder no se puede derrotar ni transformar jamás ese sistema, remedando su pensamiento bajísimo, su avidez por quedarse con todo, su tiranía en la imposición mediática de sus idearios, su falta de respeto por todo lo que no le viene bien o le molesta porque no lo entiende ni lo quiere entender. Porque usa el debate con demagogia y no con ética, y así se convierte en una herramienta de manipulación no para buscar el bien común con los demás. Empleando cualquier medio para conseguir sus fines, presumiblemente buenos, pero ya desvitalizados y degradados por los ,medios injustos, marrulleros e indecorosos que se utilizan.
Lo cierto es que leyendo esta crónica que confirma el desastre podemita anunciado, se va entendiendo la estrategia desesperada del mensaje de Pablo Iglesias al Psoe y a IU el viernes pasado, para pactar cuanto antes. Un pacto que en situación limpia y normal hubiese sido un triunfo del progreso...y un gesto generoso, pero con este curriculum, se queda en pura y simple estrategia para no irse al garete antes de lo esperado.
Lo que más duele es el daño que se causa así a la ciudadanía que ya estaba superando el resquemor y la desconfianza en los políticos de "la casta".
Qué pena que el establishment se salga con la suya una vez más e imponga sus fronteras inicuas a la apertura de un régimen degradado y corrompido hasta las cachas, empujando fuerzas aparentemente innovadoras pero en el fondo, con el mismo equipaje táctico, estratégico,amoral y acomodaticio del bipartidismo de siempre. Una vez más el pueblo abducido se ha dejado seducir por la iconografía de otro mesianismo de feria.
Hubiese querido, con toda mi alma, que el mensaje de Podemos del viernes pasado lo hubiesen hecho público la tarde de Noviembre en que se humilló a UP en Valencia y no se le permitió la confluencia con Compromís y no ahora, cuando el desastre y la ruptura de las coaliciones le están quitando fuerza, protagonismo y posibilidad futura. Y entonces, en una jugada más de Monopoly, se convoca a Garzón y a Sánchez para intentar salvar los restos de su propio naufragio. Qué patético. Qué miseria, Pableras. Qué lástima da todo esto.
A pesar de todo, daría cualquier cosa porque esa propuesta hubiese sido leal y noble con la situación de los españoles mucho más que un movimiento de ficha interesada para un partido político, para que la izquierda se uniese y no como una trinchera contra la derecha sino como un puente tendido desde la conciencia hacia a las zonas más primitivas y obsoletas del plano político. Para que todo mejore, para que todas y todos mejoremos y no únicamente para "triunfar" humillando al contrario, que a la larga es como humillarse uno mismo, manipulando la confianza del inocente y del necesitado. Pero mucho me temo que ese deseo mío no encaje con una realidad tan zafia y tan cutre.
En este plan es irrisorio el enfado podemita por el lugar en que los ha colocado la Mesa del Congreso. Dicen que es el gallinero. Sin embargo, el sitio de más o menos honor no es cosa de la distancia y la altura en los escaños, sino de la decencia y la ejemplaridad de los grupos y partidos políticos. Rajoy y sus huestes han estado cuatro años en primera línea y ya se ve qué victoria más grande ¿no? Qué momentazo, ocupar el banco principal mientras la policía enchirona a medio partido ppoppular... día sí y día también, y el mejor y más esplendoroso ministro de Economía está viéndoselas con lo de Bankia en los banquillos y el Presidente está moralmente imputado con el caso Bárcenas, con Gómez de la Serna y con el sursum corda...y en Valencia ya hemos perdido la cuenta de la ristra de chorizos en jaque.
La altura del escaño no dignifica al político, querido Errejón, al contrario, es la altura ética y cívica del político la que hace del escaño un honor o un oprobio manifiesto.
En este plan es irrisorio el enfado podemita por el lugar en que los ha colocado la Mesa del Congreso. Dicen que es el gallinero. Sin embargo, el sitio de más o menos honor no es cosa de la distancia y la altura en los escaños, sino de la decencia y la ejemplaridad de los grupos y partidos políticos. Rajoy y sus huestes han estado cuatro años en primera línea y ya se ve qué victoria más grande ¿no? Qué momentazo, ocupar el banco principal mientras la policía enchirona a medio partido ppoppular... día sí y día también, y el mejor y más esplendoroso ministro de Economía está viéndoselas con lo de Bankia en los banquillos y el Presidente está moralmente imputado con el caso Bárcenas, con Gómez de la Serna y con el sursum corda...y en Valencia ya hemos perdido la cuenta de la ristra de chorizos en jaque.
La altura del escaño no dignifica al político, querido Errejón, al contrario, es la altura ética y cívica del político la que hace del escaño un honor o un oprobio manifiesto.
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