Así, a grosso modo, y sin profundizar, calculando por encima. ¿Cuántos puestos de trabajo se habrían podido crear, cuántas empresas pequeñas y medianas se habrían podido poner en macha y sostener, cuántos ancianos y enfermos crónicos estarían ahora atendidos, cuántos colegios estarían funcionando con normalidad, calefacción, comedores y material adecuado, cuántos hospitales y personal sanitario estarían asistidos por los presupuestos del Estado, si todo lo que se han llevado hasta ahora el pp y sus finanzas al alimón con gürteles, bárcenas, emarsas, ongs expoliadas por blascos, chinos mafiosos en el ivam y urdangarinadas, no se hubiesen puesto las botas con los impuestos de todos nosotros? Tenemos este domingo fresquito e invernal para meditarlo...y para pensar iniciativas que acaben con esta basura indecente y atroz.
Toda la energía de la indignación hay que emplearla en la refundación de nuestro desgraciado país. Protestas constructivas y activas. Ignorar la trampa de los violentos y los provocadores infiltrados y manipuladores, que son la quinta columna y el caballo de Troya de los tiranos. Cooperación vecinal. Asistencia mutua solidaria y desconexión con la ilegitimidad de una "legalidad" más falsa que los euros de plástico, que ha perdido toada autoridad y credibilidad, que está muy por debajo de las aspiraciones éticas y humanitarias de la ciudadanía. Iniciar lo que aún no se ha hecho y es imprescindible. Plantar la vida en el cementerio de la inutilidad. Reciclar la transparencia. Hacernos tan necesarios que sean los políticos los que comprendan que sin nosotros no tienen nada que hacer. La ciudadanía española, por primera vez en su historia, está en condiciones de dar un master de nuevas ideas, de eficacia, justicia y equilibrio a sus precarios representantes que evidentemente, cada vez nos representan menos. Sólo se representan a sí mismos para nutrirse, mantenerse y protegerse de los ciudadanos que dicen representar.
Sólo demostrando que les superamos con creces, les hacemos completamente prescindibles con su sistema obsoleto. ¿Qué puede aportarnos ese tipo de funcionamiento si no es capaz de solucionar los problemas gravísimos que él mismo produce y además, ese mismo funcionamiento se ha convertido en disfunción patológica y en un peso inerte que debemos costear entre todos mientras soportamos su inutilidad, su ineficiacia, sus abusos de poder y sus delitos asumidos con una irresponsabilidad alucinante?
Tomad lápiz y papel, o teclado y pantalla y construid lo nuevo. Dejad que las ideas surjan de vuestro interior; cuando leáis una noticia dura y fea, respirad profundamente varias veces hasta sentir que la indignación y el enfado se convierten en serenidad y bienestar, aún en medio de lo más repulsivo, entonces inventadle soluciones al desastre y escribidlas. Enviadlas por la red y pedid a vuestros corresponsales on line que aporten más ideas a las vuestras, que las mejoren y enriquezcan y que las envíen a su vez. Luego, volverán a vosotros después de hacer un largo viaje de crecimiento y comprobaréis todo el bien y toda la inteligencia que se ha movido.
Así iremos sustituyendo los correos idiotas y ñoños que sólo distraen y no aportan nada y empezaremos a sembrar las semillas de la sociedad que necesitamos, basando nuestro trabajo de cambio personal en la realidad de cada día. Sin necesidad de escapar a ningún paraíso sectario y alienante. Arrinconaremos lo que no nos permite crecer y daremos forma al alimento psicológico, racional y emotivo que necesitamos. Todo lo tenemos dentro. Sólo hay que verlo, sentirlo y dejarlo fluir, con una sola condición imprescindible: que el objetivo principal sea el bien común. Que es el éxito de todos por la causa de todos. Donde todos ganan y nadie puede perder porque jugamos en la tierra sagrada de nuestro ser inviolable, inalienable y por ello sano y justo.
Ánimo; porque nuestra lucha no es sólo lucha, sino fundamentalmente crecimiento y evolución. Quien siembra recoge. Pero hay que conocer y distinguir la calidad de cada semilla y el contenido que encierra para no llevarse sorpresas desagradables. El ejemplo lo tenemos delante: El pp y el psoe (los pongo en minúsculas porque las mayúsculas hay que ganárselas) han sembrado semillas que no han analizado previamente, que han dado por buenas sin conocer el origen que tienen ni los frutos que producen; se confiaron. Y esas semillas han producido brotes tóxicos que están desertizando nuestra sociedad, que han exterminado los valores y derechos humanos, unas porque han producido malas hierbas y otras porque sin ser malas hierbas de origen han tenido y tienen un comportamiento simbiótico con ellas y les han permitido crecer y multriplicarse hasta contaminar al país entero, a unos por contagio directo y abducción y a otros por castigo, degradación y abatimiento. Ellos sembraron y ahora todos "recogemos" la cosecha.
Bien, ahora, nos toca a nosotros la siembra y la selección del semillero. Es nuestro turno.
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