miércoles, 23 de enero de 2013

Como dos gotas de agua. O la cara es el espejo del alma, jo, que faena!

ignacio

¿Mamá Esperanza con el hijo y heredero Ignacio? ¿Ignacio vendecabras hermano menor de Esperanza publicista de cabras a buen precio? ¿Simplemente almas gemelas destinadas a unirse en esta vida para hacerla cada vez más imposible a todos los que no alcanzan los mil euros en mano al mes y cada vez más fácil a los jugadores de los casinos, a los gürtelianos y a los gangsters convertidos en políticos que portan amnistías en vez de folios?

Son idénticos. Espe-jo-de Madrid, y a saco, con la alevosía de la prolongación de sí misma en esa media naranja presidencial. Ha elegido al clon ideal, ideal, osssea, divino de la muerte, para continuar alargando la sombra de la misma mano que no mueve la cuna, pero remueve los hilos del guiñol y la sopa nada boba, sino más bien truhana y alcahueta, del mismo enjuague y sigue haciendo estropicios a favor de sus intereses privadísimos, aunque envueltos -todavía- por el halo cada vez más titubeante de la pareja de gaviotas secuestradas por el logo del pp. Gaviotas que andan de unos años a esta parte intentando escaparse de la jaula azul cielo, que cada vez es más purgatorio con visos graves de subir con la prima de riesgo a la categoría de infierno. Gaviotas secuestradas impunemente por el gatuperio del trinque, para indicar a los españoles el símbolo de su programa político. 

La gaviota vuela bajo, le dan miedo las alturas, por si al volar demasiado alto y lejos, se pierde el botín, no se adentra en el mar porque no se fía de lo que no controla ni puede chantajear y mangonear a su gusto, sino que vive en las costas a ver que pesca; va a lo seguro. Aventuras las mínimas.  De una presidencia de espigón, por hobby, eso sí, muy bien pagado, a un puesto ejecutivo de escollera  cazatalentos. 
A estas curiosas aves les encanta lanzarse en picado sobre los despistados transeuntes del plancton marino y no le hacen ningún asco a los montones de residuos y basuras procedentes de vertidos ,de alcantarillas, cloacas y acequias terrestres como de los servicios, cocinas, baños e inodoros, de los barcos que ponen el mar hecho un pena. La gaviota se acopla a todo tipo de presa devorable. No le hace ascos a nada y tiene unas tragaderas a prueba de cualquier porquería que le pongan delante. Sin escrúpulo alguno. Omnivóra y bulímica sin ningún brote de anorexia en su historial biológico. Es la versión buitre de la marinería avícola. Como el pp es la versión buitre de la política. Ni en los años más horrendos y grises de nuestra infancia y primera juventud vimos algo parecido, aún soportando un régimen carcelario social kafkiano. Donde el preboste mayor no era una gaviota precisamente, sino un tiranosaurus rex cruzado con carro blindado Panzer y paso de la oca al son de la gaita y con el contoneo de la guardia mora a caballo.
Aquella memoria histórica no se puede borrar nunca del almanaque de miserias celtíberas y menos ahora que estamos viviendo el despertar de la momia en versión liofilizada, repartida como una neblina opaca sobre la lucidez del Parlamento y de las instituciones en estado catatónico, incapaces de comprender ni valorar la gravedad del momento en que se descubre en todo su esplendor este transvase descarado de gaviota a hemiciclo mayoritario y a clonación constante del mismo individuo y de la misma energía teledirigida y repartida en tantos mangantes a la vez. 

Miramos al Congreso, al Senado, al Supremo, al TSJ, a la Moncloa, a la Zarzuela, a los palaus de las Genereralitats cada vez menos honorables, al de la Puerta del Sol cada vez más a la sombra, al de la Plaza del Obradoiro cada vez con más paro y más botafumeiro, a todos los palacios autonómicos llenos de inútiles y vacíos de sentido, que se yerguen sobre la penuria de una democracia en estado terminal, envenenada por la corrupción y no vemos nada. No vemos a nadie.
Y cuando sacando fuerzas de flaqueza preguntamos al eco del vacío institucional, al pozo negro  del desamparo: "Pero ¿hay alguien ahí?". En el silencio aterrador del mapa de España esquilmado y pelado como un balón de la Roja o un huevo de Pascua, sólo sopla un viento helado con olor a tanatorio y a rancio y parece que en el aire flota un susurro siniestro y una risilla sardónica: "Españoleeees, ya os lo advertí hace casi cuarenta años...y ahora os lo recuerdo desde la eternidad en la que estoy poniendo orden y disciplina, asumidos los plenos poderes, una vez muerto dios y privatizado el cielo...seguid confiando en que todo está y sigue atado y bien atado...Como Esperancita y Nacho, como Cospedal y el apaño, como Mariano y Josemari, como Ana Botella y el caos municipal, como Valencia y el desastre, como Cataluña y la hartura, como los vascos y el chacolí, como la pasta y el pp...es mi regalo póstumooooooo, no os olvidoooooooo"








No hay comentarios: