jueves, 31 de enero de 2013

Las cuentas malditas del gran capital


Las profecías mayas se quedaron cortas para el pp. No se salva ni uno. Ayer Rajoy daba pena en el Congreso. Mientras su partido además de partirse se desmiga, él seguía como siempre, jugando al que te pillo y al y tú más, hale! No sólo le crecen los enanos en el circo, le crecen sobre todo los dinosaurios gigantes y lo aplastan.

¿Qué es el pp? ¿Un partido de padel o una partida de bandoleros a la desbandada en un sálvese quien pueda y España que se apañe con los restos del naufragio? 

Si esto hubiese sucedido, por ejemplo en Italia hace treinta años, medio pp se habría suicidado como ocurrió cuando Di Pietro descubrió el pastel de le mani sporche y puso en marcha le mani pulite. Claro que después de Berlusconi mucho nos tememos que ese puritanismo en Italia se haya reducido a una escena bufa de la Commedia dell' Arte. Como en España después del felipismo y el aznarismo rajoyano. 
Cuando las cuentas del gran capital se apoderan de los seres humanos y de sus gobiernos, lo primero que desaparece es el sentido de responsabilidad y muchísimo más el de la vergüenza y no digamos nada del de la culpa. Tonto el que no robe. Gilimoñas el último. Idealista apardalado el decente. Zapatero no fue nunca valorado porque no se corrompía, no intrigaba y no aprovechaba el poder para forrarse, y además fue puesto en solfa, como Suárez, por hacer cambios sociales que removían los cimientos de Carcundia, mientras a Felipe González y a Aznar que no cambiaron nada en la sociedad y fomentaron la corrupción con su incuria y su "todovale", poniendo las bases "razonables" del pelotazo fashion en todos los planos, nunca se vieron criticados y escarnecidos como se hizo con Suárez y Zapatero.
Y ya se sabe que en este país carcundiano se sobrelleva mucho mejor la corrupción que los avances sociales en limpio. La corrupción sólo indigna cuando llega al bolsillo para vaciarlo, pero nunca indigna si es para llenarlo. Ahí hacen aguas las cuentas del gran capital, que es el soberano de Mediocrilandia y que se ha anexionado los territorios freudianos de Carcundia. 
Mediocrilandia y Carcundia, son el alma mater de este mercadillo común y pirata. De esta eurochacota que está dejando el Continente mucho peor de lo que nunca había estado después de que Hitler lo dejase hecho puré. Se funciona al paso de la oca, pero hacia atrás, alternando la cámara lenta con la rápida. Y en vez de gasear los cuerpos de  los desgraciados y marginados, se gasean las almas, que es mucho más seguro. 

Matar los cuerpos provoca una respuesta, una reacción repulsiva y unas contramedidas defensivas en la sociedad, pero matar las almas no hace ruido y sólo se nota cuando las almas ya han desaparecido y es demasiado tarde porque sólo quedan zombies al mando de los gobiernos y en las mayorías que les votan.

Pondré un ejemplo real que me ocurrió antes de anoche. Tomé un taxi para acudir a una cena, estaba a unos diez minutos en coche del lugar a donde debía ir. El taxista, distraído, empieza a ir en sentido contrario, le pregunto por qué vamos en esa dirección y me dice que vamos bien, pero veo que pasa de lejos ante las calles que debería recorrer y sigue y cruza al otro lado de la ciudad sin inmutarse ni responder a mis preguntas. Los 10 minutos en coche que me separaban al principio del lugar al que me dirigía se convirtieron en 25 y los 4 euros que hubiese costado el trayecto se convirtieron en 6,50, así, porque sí. Cuando salía del taxi le pregunté por qué se comportaba de ese modo y si le molestaba la corrupción y me dijo que todos los políticos eran sinvergüenzas que se aprovechaban de los trabajadores,  le respondí que la corrupción no es sólo cantidades que se roban sino una forma de vivir y que él se había comportado en este caso como un corrupto que abusa de un poder. El pasajero, metido en una vía de circunvalación, no puede bajarse del taxi y se ve obligado a que un sinvergüenza corrupto le cobre más porque le lleva a su destino dando la vuelta a la ciudad. Lo mismo los ciudadanos se ven obligados a soportar un sistema injusto, corrupto y depredador, del que no pueden salir sino dejando de tomar taxis. O sea dejando de obedecer y de pagar impuestos. Organizando microeconomías en paralelo. O sea, yendo en bici o caminando, organizando mejor tu tiempo para ir sin prisa y pasando de taxis. 

Así el comportamiento corrupto de algunos miembros de una profesión consiguen que todo el gremio sufra el deterioro y la crisis. Lo mismo sucede con los políticos cuando abundan tanto los pícaros, delincuentes y deshonestos y los demás se callan  y lo permiten; la que sufre y se deteriora es la calidad de vida y la democracia.
Seres sin alma no pueden ofrecer nada mejor que el caos. Y las cuentas desastrosas del gran capital. Como el pp.

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