lunes, 28 de enero de 2013

Dalle stelle alle stalle o del Olimpo al vertedero


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Teocracia



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Me parece, que Iñaki, como siempre tan comedido y moderado, mira con su sabia ironía habitual a estos "dioses" borderline, que han perdido toda referencia divina y humana y les llama "dioses" por puro eufemismo esperpéntico y mordaz. Yo no puedo hacer lo mismo, ni queriendo. Ya no me sale. A ese "olimpo" poblado por entelequias fantasmales, sin sentido, sin rumbo, al pairo de todos los vientos, iconos vacíos apresados en el limbo irreal de sus mismas patrañas y conjuras pasadas por agua y por Suiza, esperando que se produzca el milagro y les caiga encima por puro birlibirloque, no puedo llamarles "dioses" ni teócratas. Sino tontos de remate y a su sistema, of course, tontocracia. Y de momento no veo la forma de suavizar mi lenguaje por más que lo intento. Porque cuando ya parece que estoy superando el listón de sus hazañas para encajarlas en un mínimo atisbo de normalidad, la vuelven a pifiar; la repifian y la requetepifian y mi devoción cada vez más agnóstica y más atea por sus atributos divinos se me hunde hasta las trancas. 

Lo más dramático de esta iconoclastia involuntaria es que el europanteón tampoco sabe a donde va y sus divinidades se nos están quedando a la altura del asfalto. Alemania está entrando en recesión y Merkel le acaba de leer por enésima vez a Rajoy la cartilla del racionamiento. La fórmula económica del estrangulamiento contra el Sur se está volviendo contra sí misma como era previsible hasta por los que no tenemos ni idea de economía, pero sufrimos sus consecuencias. Era de esperar. 

Lo grave es que las divinidades palurdas en el entresuelo del olimpo eurogipsi se fiaban absolutamente de la colla de Odín y de Thor. Y como dioses de poco pelo encarnados en las calvas de Guindos, de Montoro y de Wert, aguardaban el advenimiento de una nueva era; lo que no se imaginaban es que fuese una era abandonada, sin cosecha recogida, sin trillo, sin  mulas y sin aperos, con los trabajadores en paro masivo y con más iva, pero llena de ppepperos con sobres a tutiplén y corriendo en todas direcciones. A ver con qué cara se presentaba Marianico en Davos, ¿qué se puede aportar al bien común del Planeta cuando no se tiene ni idea de lo que hay que hacer en casa propia? 
Mejor a Chile, que por lo menos le van a entender a uno en su misma lengua y no le van a confundir con el premier de las Islas Salomón. Lo peor y más humillante ha sido coincidir con Merkel y su rapapolvo y tener que copiar el discurso del Presidente chileno porque a uno no se le ocurre nada mejor que aportar. Lo malo de ser el eterno segundo de todo y el eco de la voz de su  amo, es que no se atina a dar pie con bola cuando le toca ser el primero en algo. 

Marianico no piensa, porque no puede ni es lo suyo. Lo suyo es Santa Pola, el botafumeiro, las nécoras, su registro de la propiedad, la playita, las gambas , el puro con el café y el vasito de orujo. Firmar papeles y cobrar cada mes por las firmas. Para eso opositó. No para esto. Marianico es el personaje que Machado dejó bien definido en su indefinición:

Ese hombre de casino provinciano 
que vio a Carancha recibir un día, 
tiene mustia la piel y el pelo cano
y ojos velados por melancolía
bajo el bigote gris labios de hastío 
y una triste expresión que no es tristeza, 
sino algo más ni menos que el vacío 
del mundo en la oquedad de su cabeza.

Tres veces heredó tres ha perdido 
al monte su caudal, dos ha enviudado
sólo se anima ante el azar prohibido
sobre el verde tapete reclinado
o al evocar la tarde un torero
las suerte de un tahur o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero
o la proeza de un matón sangrienta

Bosteza de política banales dicterios
al gobierno reaccionario
y augura que vendrán los liberales
cual torna la cigüeña al campanario.

Lo demás, taciturno, hipocondríaco,
prisionero en la Acadia del presente
le aburre. Sólo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.

Ese hombre no es de ayer ni es de mañana. 
Sino de nunca, de la cepa hispana.
No es un fruto maduro ni podrido, es una fruta vana 
de aquella España que pasó y no ha sido. 
De ésa que hoy tiene la cabeza cana.

Y se ha metido en una camisa de quinientas varas. Por eso no sabe ni contesta, como esa mayoría silenciosa que tanto le gusta y que cada vez es menos mayoría y nada silenciosa. Una mayoría de banco de alimentos, de desahucios y parados eternos e incontratables, de colas y limosnas a las puertas de caritas o de cualquier sede del 15M. De hipotecas sin pagar, de empresas que deben cerrar, de recortes de derechos a los más pobres y de ancha es Castilla La Mancha como Madrid, Cataluña, Valencia o Murcia, para esquilmarlas a saco. De dineros evadidos y ladrones amnistiados si traen la calderilla del botín o del bárcenas o los planos remozados del chalecito del canal o las comisiones por tramitar Eurovegas...Marianico lo sabe y por eso no contesta: esto es demasiado arroz para tan poco pollo.


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