domingo, 21 de abril de 2019

Jánovas no rebla



Aquí nos habla la voz del pueblo abusado y maltratado, silenciado y privado de sus derechos. La España arrasada y destruida, vaciada a la fuerza, por una irresponsabilidad tan estúpida y sin sentido, que cuesta trabajo asumirlo como historia. Un testimonio que da escalofríos. Esta vez es en Aragón, pero la pandemia de esta indecencia, está presente en todo el territorio abandonado y arruinado por la pésima política ya crónica en el estado español, donde se protegen basura, cloacas, obsesiones fanáticas y los bolsillo millonarios, mientras se olvida a los seres humanos, después de haberles dejado en la calle y expropiado hasta sus casas sin siquiera deber nada a ningún banco y para dejar por los suelos cada pueblo "molesto" y que sus habitantes tengan que emigrar a la fuerza, si quieren sobrevivir.
El caso de Jánovas es un ejemplo de conciencia y trabajo cívico del pueblo. Una muestra de cómo se puede superar lo más horrible si hay ganas, método y solidaridad entre los vecinos de la resistencia recuperada.

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“A Jánovas digo adiós, a Lavelilla y Lacort adiós, barquitos hundidos, adiós; mi pobre país, adiós... mi pobre país, adiós... mi pobre país, adiós”. Los últimos compases de la canción ‘Habanera triste’ de La Ronda de Boltaña acompañan los postres de una comida a la que asisten vecinos de Jánovas. Lejos de la melancolía, los versos adquieren la fuerza de una reivindicación y muestran la fortaleza y la unión de quienes están volviendo a levantar piedra a piedra un pueblo que estuvo a punto de ser borrado de la faz de la tierra por un pantano nunca construido.
El vídeo, compartido hace unos días en las redes sociales por Óscar Espinosa, dirigente de la Fundación San Miguel, acumula ya miles de visionados. “Jánovas no rebla”, como dice el autor, y sigue generando interés. Por encima incluso de las malas noticias que llegan en forma de reveses judiciales se encuentra la voluntad de sus habitantes, de descendientes de segunda y tercera generación de aquellos que lo perdieron todo, de ponerse en pie.


El proceso de reversión acordado entre Endesa y el Ayuntamiento de Fiscal, al que pertenece la localidad, ha brindado el traspaso de medio centenar de propiedades municipales. Entre ellas, la iglesia de San Miguel, “a falta de la colaboración del Obispado, que no ha querido saber nada para recuperarla”, lamenta Espinosa, el puente colgante de Jánovas o el frontón. El pasado mes de marzo, las calles se iluminaron en su totalidad por primera vez desde 1984.
Por ahora, las calles, la escuela y cuatro casas particulares ya tienen electricidad. Y la iglesia de San Miguel se encuentra restaurada casi al 90 % a la espera de la portalada románica que se encuentra en Fiscal y de la campana, que está en Guaso.

Revés judicial

No todo son buenas noticias. El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso contencioso-administrativo interpuesto por el Ayuntamiento de Fiscal relacionado con el Plan de Desarrollo Sostenible para el entorno territorial de Jánovas, que solicitaba al Gobierno central ayudas antes del año 2028. Los habitantes de la localidad lo consideran “una vergüenza” y avisan de que “pese a la incompetencia de los políticos la gente se rebela y actúa en justicia”.
El Consistorio reclamaba en su recurso la ejecución de los planes de restitución, y esta desestimación va a ocasionar “el retraso en los trabajos”, que seguirán respaldados por el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca (DPH). A este respecto, una ruta del programa cultural de la DPH ha recorrido distintas formas de recuperación de pueblos desde los años 90.
De la mano del arquitecto y estudioso Sixto Marín, se planteaba un recorrido alejado de toda mirada nostálgica que comenzaba en Mipanas, rescatado por una cooperativa vecinal, para seguir con la visita al centro vacacional de Morillo de Tou, a pleno rendimiento en la actualidad, y finalizar en Jánovas.
Siguiendo la estela de Jánovas, la luz eléctrica ha vuelto a otras localidades como Bara, Used, Bentué de Nocito, Silves, Seso, Rapún y Pardina de Ayés (Sabiñánigo). La Diputación de Huesca, a través de los planes de electrificación rural, ha invertido para ello unos tres millones de euros en las últimas dos décadas. En otros casos, la luz solar supone una alternativa válida y por la que optan más allá de las fuentes de energía convencionales.

El pantano que nunca se hizo

En 1951 se diseñó un pantano para anegar los pueblos de Jánovas, Lavelilla y Lacort, entre otros, con el fin de poner en marcha un embalse que abastecería de agua los Monegros bajo los auspicios de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Jánovas saltó entonces al primer plano mediático por la ferocidad con la que el Gobierno de Franco vació el pueblo llegando a dinamitar viviendas y a sacar por la fuerza a profesores y niños que se negaban a abandonarlo.
El proyecto fue cayendo en el olvido, por obsoleto y muy caro. En 2001, un nuevo informe de viabilidad desaconsejó que se acometiera y advertía del impacto medioambiental que llevaría consigo. En 2005 se descartó y en 2008 la CHE comenzó a ponerse en contacto con los propietarios afectados, unos 115, para iniciar los procesos de reversión de los terrenos que iban a inundarse y reconstruir la localidad. Desde entonces, y a partir de las facilidades ofrecidas por Endesa, la voluntad de sus vecinos está levantando lo que parecía un imposible.

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