lunes, 22 de abril de 2019

Ay, Arnaldo Otegi, hermano, eso es generosidad y trabajar por el bien común: comprometerse a desalojar la costra sin cobrar el tratamiento higiénico de un estado comatoso. Me parece una maravilla que Euskal Herría no haya perdido el Norte ni el tiempo para recuperar la hermandad federal de la decencia. Un abrazo republicano y, cómo no, confederal, como se merece ya nuestra historia y eskerrikasko, por estar ahí, renovando la atmósfera socio-política y encima sin pedir nada a cambio, di que sí, compañero, así se construye un mundo menos indecente y más digno...Euskaldunes teníais que ser, bonicas nuestros...

Arnaldo Otegi / Coordinador general de EH Bildu

“Nos comprometemos a desalojar gratis a la derecha, sin contraprestaciones”


<p>Arnaldo Otegi.</p>
Arnaldo Otegi.
G. C.
22 de Abril de 2019
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 (Público)

Arnaldo Otegi (Elgoibar, 1958) recibe al periodista en una sala casi sin decoración de la sede de EH Bildu en San Sebastián. Frente a quienes no dejan de hacer hincapié en la necesidad de aplastarle como a una bacteria y ponen bajo sospecha sus votos en el Congreso, el coordinador de la coalición independentista ratifica su firme compromiso de impedir un gobierno de derechas en España, “tal y como hicimos”, dice, “en el ayuntamiento de Vitoria desalojando a Javier Maroto. Sin nada a cambio”.
Cordial y educado, responde a los dardos devastadores que le siguen lanzando sus enemigos. “Yo he pedido disculpas expresas a todas víctimas, incluso en un libro que escribí en prisión, añadiendo que con mis declaraciones contribuí a aumentar su dolor”. Otegi también aborda en esta entrevista la convivencia en Euskadi a raíz de los incidentes ocurridos en Rentería durante un mitin de Albert Rivera el 14 de abril, y habla de la corrupción que empieza a brotar en ese aparente “oasis” vasco que pilota el PNV, a quien compara con el PRI mexicano: “No tiene un proyecto de país sino un proyecto para el partido”. Fiel a su crítica del sistema, muestra sus dudas sobre la capacidad de Pedro Sánchez para emprender una reforma del Estado en profundidad, “que pasa por el reconocimiento de la plurinacionalidad, los referéndums pactados, las políticas públicas feministas y ecológicas, y el desmantelamiento de las cloacas del Estado”. Y avisa: “Las izquierdas independentistas sumarán muchos diputados en estas elecciones”.

¿Los incidentes ocurridos en Rentería el pasado 14 de abril en un mitin de Ciudadanos fueron actos de hostigamiento?
Para nada. Y aprovecho la pregunta para reivindicar la memoria de Rentería porque ha construido un marco de convivencia plural reconocido por todos los partidos y también porque es el ayuntamiento de todo el Estado español que más gasto social realiza. Es el ejemplo de lo que hoy hace EH BIldu. Pero hay quien pretende, con una estrategia de provocación a esa convivencia, sacar réditos electorales aunque, sinceramente, pienso que ha fracasado. No creo que haya muchos ciudadanos en el Estado que sigan pensando que aquí las cosas no han cambiado. Y por lo tanto, este es un escenario en el que nosotros no vamos a caer.

Pero hubo insultos contra Albert Rivera y cargas policiales.
Los incidentes comenzaron cuando una manifestación a favor de la República española se cruzó con la caravana de Rivera e intervino la Ertzaintza. Una marcha convocada, dicho sea de paso, con motivo del 14 de abril y que estaba autorizada desde hacía bastante tiempo. Eso está grabado en vídeo y está colgado en redes. Le daré un dato: una de las personas que iba al frente de la manifestación puño en alto era un ex alcalde del Partido Socialista. Pero se cuentan las cosas como no sucedieron.

El líder de Ciudadanos ha denunciado ante la fiscalía que no se trató de un acto espontáneo de protesta sino que estuvo planificado. Asegura tener decenas de pruebas.
Pues nos veremos en los tribunales, porque es evidente, desde nuestro punto vista, que está mintiendo. La derecha funciona a través del miedo y la mentira desde hace tiempo. No sorprende. La única responsabilidad de la izquierda independentista fue poner lazos amarillos en la plaza y carteles a favor de la repatriación de los presos. Lo que trata de conseguir Rivera con todo esto es sacar la cabeza en esta campaña. Y lo hace estirando el chicle del relato falso. Le animo a que lo siga haciendo porque nosotros no vamos a caer en su provocación. Solo una cosa más. ¿Qué cosas se dicen de mí todos los días en las redes sociales? ¿Eso no es alimentar el odio?

¿La convivencia en Euskadi está normalizada?
Hay quienes siguen alimentando la tesis contraria pero yo no lo creo. En este país se convive ya con absoluta normalidad. Se están dando encuentros entre víctimas y victimarios. Precisamente en Rentería hemos hecho un trabajo importante en esta dirección. El ayuntamiento estuvo con el hijo de un policía nacional muerto en un atentado de ETA, les pidió un local y el alcalde de EH Bildu le acompañó a un acto. Estas cosas se están haciendo todos los días. En el marco del Foro Social también se están produciendo encuentros entre víctimas de todo tipo de violencias. Todo eso está en marcha pero lo que pasa es lo mismo que sucede con lo de ETA: hay un intento de trasladar a la sociedad española una realidad falsa. Hay un intento de sectores muy ultras de hacer creer que aquí no ha cambiado nada, que se homenajea a los militantes de ETA permanentemente, etc. Si preguntas en la calle qué piensa la gente, comprobarás que la convivencia está normalizada aunque eso no signifique que no haya cosas que aún están por hacer o que no queda camino por recorrer. El tema de los presos también exige normalización y su puesta en libertad.

La sociedad española no entendería que se les pusiera en libertad, señor Otegi.
No, pero si les aplican la legalidad penitenciaria ordinaria dos tercios estarían ya en libertad. Lo que quiero decirle a la sociedad española es que no estamos exigiendo un trato de favor, sólo pedimos que se aplique la ley, que se acabe con la excepcionalidad, y en apenas unos años las cárceles estarán vacías. Luego está la dispersión. Antes del fin de ETA, todos los partidos decían que acabaría con la disolución y el desarme de ETA. Bueno, pues seguimos igual. Hay presos gravemente enfermos que siguen en la cárcel. Yo he pedido la libertad de Zaplana porque independientemente de lo que piense de él o de lo que él piense de mí, es una persona a la que hay que aplicar la ley ordinaria y si está gravemente enfermo, se va a su casa. Eso no es un privilegio.

También el PNV les ha censurado, colocándoles en el mismo radicalismo que Vox. Dice que se retroalimentan porque la confrontación aporta votos a la derecha en el Estado y a ustedes en Euskadi.
Es curioso que, cuando ocurren este tipo de incidentes, que nosotros en ningún caso promovemos porque ni siquiera nos parecen eficaces en términos políticos, quien se alegra o quién habla permanente de ello son siempre los mismos: las derechas. Las españolas y las vascas. Esto debería ser una razón suficiente para identificar claramente quién trata de sacar beneficio electoral. Pero los mismos que nos señalan como instigadores olvidan los comunicados de EH Bildu sobre este asunto y también que a una joven le rompieran la mandíbula en Bilbao de un pelotazo cuando protestaba contra Vox. Todo el mundo sabe, el PNV y el señor Rivera lo saben, que nosotros no promovimos esos incidentes. Con eso no quiero decir que la gente no tenga derecho a la protesta. Por supuesto que lo tiene pero hay un determinado tipo de protestas que son utilizadas por las derechas para tratar de desgastar a la izquierda independentista. Es lo que tratan de hacer ahora Andoni Ortuzar y el PNV con nosotros. A falta de argumentos, primero está la mentira y luego el insulto. Ahí coinciden con PP, Ciudadanos y Vox. Espero que no terminen saliendo en campaña Venezuela, la Unión Soviética y ese tipo de argumentos.

Les acusan, en concreto a usted, de ser el heredero de ETA y de no haber pedido perdón a las víctimas. ¿Le molesta que le sigan considerando un terrorista o le da un poco lo mismo?

Creo que a estas alturas, esto no va a cambiar. ETA ya ha desaparecido pero parece que la echan en falta. ¿Por qué necesitan recurrir a este argumento? Pues porque no tienen oferta política y, por lo tanto, cargan sobre mi persona el recuerdo permanente del pasado. Si uno repasa las hemerotecas comprobará que escribí un libro cuando estuve en prisión donde pedí disculpas expresamente a las víctimas añadiendo que con mis declaraciones había contribuido a aumentar su dolor. Y lo he repetido en más de una ocasión. Ahora bien, que la derecha española quiera hablar del pasado me parece magnífico aunque no creo que ellos tengan una historia gloriosa para poderla defender en público. En cualquier caso, ya no trato de desprenderme de estos calificativos que me asignan con intenciones electorales y políticas. Esto no va a cambiar pero cada vez les funciona menos. Aquí no cuela. La prueba es que el resultado de Ciudadanos en Euskadi va a ser cero diputados.

¿Tiene usted las manos manchadas de sangre?
No. Que la derecha hable de manos blancas me parece una osadía. Probablemente para el señor Casado sea más fácil hablar de estas cosas con un trazo tan grueso porque así embarra el paisaje. Y quizá lo sienta de esa forma pero me gustaría recordarle que pertenece a un partido político fundado por siete ministros franquistas cuyo presidente de honor, que fue enterrado con honores, fue un ministro de Franco que firmó penas de muerte. Por eso digo que me parece muy bien que Pablo Casado recurra al pasado, a la historia, pero hablemos también de Fraga. Insisto en que estamos en un momento evolutivo del capitalismo caracterizado por la mentira y el miedo. Y eso no es exclusivo del Estado español. Si uno analiza la estrategia que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca verá a Steve Bannon defender que la mentira es una herramienta útil si da resultados electorales. Y en eso están ahora mismo las derechas.

EH Bildu ha hecho campaña en Benidorm. ¿Le asusta participar en un acto fuera de Euskadi?
Hemos hecho mítines en Madrid y en otras partes. En mi caso particular estoy recibiendo invitaciones para participar en actos en Andalucía, en Galicia… En algunos estaré, por supuesto, pero todo el mundo sabe que mi presencia puede generar problemas con ultraderechistas, lo cual es un honor porque lo preocupante sería que hablaran bien de mí. Galicia, por ejemplo, es una tierra con la que tengo una relación especial porque hay una comunidad muy importante en mi pueblo (Elgoibar) que es originaria de Allariz, un municipio de Orense gobernado por el Bloque. Seguramente me anime pero teniendo en cuenta que no quiero ir a sitios donde mi presencia sea interpretada como una provocación.

Las encuestas dan a EH Bildu entre 3 y 5 escaños (hoy tiene dos). ¿Considera que estas elecciones son las más importantes de los últimos 40 años?
Son muy importantes. En EH Bildu compartimos el análisis que a veces hace Pablo Iglesias sobre que estas elecciones pueden decidir la evolución política del Estado español para los próximos años, lo que está provocando una enorme preocupación por el voto útil. Nosotros también lo creemos porque podemos ser determinantes. La cuestión es saber el escenario resultante de las elecciones. Y yo veo tres opciones. Una, el del bloque reaccionario, el de la contrarreforma encabezada por el monarca, seguido del Ibex 35 y el trifachito, todos dispuestos a volver hacia atrás para rehacer la Transición que hubiesen deseado construir hace 40 años. A este sector estamos dispuestos a confrontarlo de forma gratuita. Luego está la opción del Partido Socialista, donde también incluimos al PNV. Para nosotros es la elección de “la bicicleta estática”. Es decir, ganar para salvar el régimen sin cambios, reparando su chapa y pintura. Por último estamos las izquierdas soberanistas decididas a parar a la derecha y facilitar un gobierno de progreso que esté dispuesto a cambiar cosas. Si el PSOE prefiere el acuerdo estático lo normal es que termine pactando con Ciudadanos y, entonces, también nos tendrá enfrente. Nosotros queremos contribuir a abrir un proceso constituyente en el Estado español y para ello ofrecemos una oportunidad para avanzar en políticas sociales y en reconocimientos nacionales. Esta es la oferta de las izquierdas soberanistas para la próxima legislatura y sumará muchos diputados.

Pero, ¿están decididos a impedir un gobierno del PP, Ciudadanos y Vox?
Es que EH Bildu ya ha impedido gobiernos del PP. Desalojó a Javier Maroto de la alcaldía de Vitoria y lo hicimos sin nada a cambio. Gratis. Éramos la segunda fuerza del ayuntamiento y se lo entregamos a la tercera, el PNV, que rápidamente fue a pactar con la cuarta, el PSE. Pese a todo, mantenemos nuestro firme compromiso de desalojar a la derecha sin contraprestaciones porque nos parece una posición coherente con nuestros principios ideológicos de izquierda.

Entonces, ¿están dispuestos a facilitar un gobierno de Pedro Sánchez?
Cuando me lo preguntan siempre respondo igual. ¿De qué Sánchez me hablas? ¿Del que apoyó el 155 o del que defendió en el programa de Évole la plurinacionalidad del Estado y reconoció haber sufrido presiones de los poderes fácticos para no pactar con fuerzas progresistas? Depende del PSOE elegir entre la salvación del régimen con Ciudadanos, o abordar en una reforma del Estado en profundidad que pase por el reconocimiento de la plurinacionalidad, los referéndums pactados, las políticas públicas, feministas y ecológicas. Aquí sí tenemos una oportunidad y estamos dispuestos a que fructifique.

¿Prefiere un bloque independentista, con partidos conservadores como PDeCAT y el PNV, o un pacto con fuerzas progresistas?
No se trata de construir bloques monolíticos y antagónicos. Nosotros tenemos un proyecto común en términos nacionales con el PNV y al PDeCat. Es decir, coincidimos en que somos una nación y tenemos derecho a decidir. Pero hasta ahí llegamos, es decir, no tenemos más interés. Eso no es incompatible con construir dinámicas legislativas de izquierda con otras fuerzas. Le pondré un ejemplo. En el 95% de las votaciones sobre derechos sociales que se realizan en el Parlamento vasco lo hacemos contra el PNV. Y en este terreno es donde creo que existe un amplio espacio para que las izquierdas más progresistas podamos construir una posición conjunta. Nosotros no jugamos en lo nacional con unos y en lo social con otros. Jugamos con los dos. Bajo mi punto de vista eso es una virtud.
Sin embargo, da la sensación de que el PNV siempre les gana por la mano, incluso en asuntos de igualdad social, porque negocia con todos mientras que ustedes parecen pelear sólo por la territorialidad y los presos.
El PNV siempre hace alarde de su capacidad de negociación con todo el mundo. Es cierto. Pero es muy fácil hacerlo cuando su único objetivo es mantenerse en el poder. Para mí eso no es ninguna virtud porque demuestra que para ellos la política no es una prioridad sino algo de segundo orden. Llevan gestionando las instituciones desde hace 40 años gracias a que estuvieron en el pacto de la Transición pero siguen siendo incapaces de rellenar el Estatuto de Gernika. ¡Vaya genios! Le diré algo. Si las condiciones laborales en Euskadi son mejores que en otros lugares del Estado no es por la sensibilidad del PNV con las demandas de los trabajadores sino porque tenemos un sindicalismo muy potente. Otra cosa. ¿Por qué la costa vasca no está tan masificada? ¿Acaso porque el PNV está contra el ladrillo y el hormigón? Para nada. La razón es que aquí existe un movimiento ecologista muy fuerte y una izquierda parlamentaria que no le permite hacer las cosas que le gustaría hacer. Su modelo productivo no son, como dicen, las cooperativas sino Petronor e Iberdrola. Ha construido un relato falso que trata de monopolizar todo. El PNV no tiene un proyecto de país sino un proyecto para el partido. Es como el PRI mexicano.

Pero a excepción de tres o cuatro casos, parece indemne a la corrupción. ¿Por qué?
Esto también está aflorando. Tiene problemas en el Ayuntamiento de Fuenterrabía y se está juzgando al alcalde de Getaria por un asunto de desviación de fondos procedentes del Museo Balenciaga. Está el escandaloso fraude en las oposiciones en Osakidetza (servicio vasco de salud) que ha provocado la dimisión del consejero, y está la trama de cobro de comisiones ilegales vinculada al PNV de Álava conocida como el ‘caso De Miguel’. Y hay más casos. La pregunta que suelo formular sobre la corrupción en Euskadi es que si Florentino Pérez pagaba mordidas para hacerse con las obras de grandes infraestructuras en el Estado, ¿esto fue un oasis donde no pasaba nada? Porque no olvidemos que en este territorio se están construyendo grandes infraestructuras como el AVE y se han empeñado en hacer un metro en San Sebastián. ¿Alguien cree sinceramente que hace falta un metro en una ciudad como San Sebastián? Supongo que los estrategas del hormigón sí lo creen. Euskadi es un país pequeño y todos sabemos que existe un régimen clientelar muy asentado. Por lo tanto, eso de que en Euskadi no hay corrupción es mentira.

En esta campaña han aflorado las cloacas en toda su dimensión. ¿Tiene el Estado capacidad de regeneración?
Solo si hubiera una determinación real para hacerlo, pero el PSOE no va a encabezar nunca un proceso de estas características. Siempre es conveniente recordar dónde está el origen de este grave problema.

¿Dónde?
En la Transición. Aquí se puso en marcha un modelo para que los franquistas se convirtieran en demócratas en 48 horas. No se tocaron los aparatos del Estado, ni la judicatura, ni el ejército ni la policía ni la economía. Los mismos oligarcas que hicieron sus fortunas durante la dictadura dirigen hoy los sectores financieros más poderosos. A veces lo recuerda Julio Anguita: “Más que una transición fue una transacción”. Es que aquí ha habido guerra sucia. Es que aquí, con los fondos reservados, se ha contratado gente para matar gente. Es que nos han espiado hasta nuestra oficina en el Parlamento Europeo. ¿Se puede regenerar todo esto? Tengo la sensación de que esos sectores que llevan viviendo al amparo del régimen del 78 desde hace 40 años se sienten intocables. Y creo que el PSOE no está capacitado porque, entre otras cosas, es más que probable que manejen información sobre ellos lo suficientemente delicadas como para impedirles hacer una cosa así.

¿Para ustedes el PP es igual que el PSOE?
Para mí no son lo mismo. En el debate territorial hay quien lo cree. Yo no comparto esa afirmación. Otra cosa es si los socialistas están capacitados para liderar políticas de cambio. Tampoco lo creo.

Entonces, ¿el PSOE es el sostén imprescindible del régimen del 78?
Es que, ¿quienes protegieron ese modelo y le dieron soporte? La Transición no hubiera sido posible sin el PCE, sin el PSOE, sin el PNV y sin Convergencia. Estos cuatro partidos, más la derecha española procedente del franquismo, sustentaron el régimen. El PSOE es un partido de Estado. Lo mismo que el PNV y lo mismo que Convergencia hasta ahora. Por lo tanto, no creo en la autoregeneración del Estado español en términos democráticos porque no hay relación de fuerzas para ello. A veces incluso me resulta contradictorio decirlo porque es como negar la posibilidad marxista de la evolución pero, siendo objetivo, la regeneración sólo puede venir de la mano de las izquierdas soberanistas que pongan en marcha procesos constituyentes, porque al final el factor que puede permitir el bloqueo del régimen es el problema nacional, la cuestión de las naciones sin Estado.
¿Cómo valora el papel que han jugado las izquierdas españolas en el procès?
Siempre he defendido la tesis de que no puede haber una izquierda verdaderamente transformadora si no reconoce el derecho de autodeterminación. En este sentido, Podemos ha llevado una deriva desde sus inicios hasta ahora porque, aunque tenga mérito la defensa que ha hecho del derecho a decidir, la ha atemperado con el tiempo. Nos hemos llevado una gran decepción en la Comisión de autogobierno del Parlamento vasco cuando rechazaron incluir el derecho de autodeterminación en el texto jurídico y que había que respetar la Constitución. Sin embargo, vemos a Pablo Iglesias y a las compañeras y compañeros de En Comú Podem decir que son favorables a un modelo confederal y a un referéndum pactado no en términos binarios. Les hago una apelación aquí que no he hecho hasta ahora: ¿Por qué no plantean lo mismo para Euskal Herria? A una parte de la izquierda española, la sociología y las encuestas les empujan a moderar su posición respecto al derecho a la autodeterminación. Pero bueno, eso es algo que tienen que debatir ellos.

¿Quién es Arnaldo Otegi?
Soy una persona normal, comprometida políticamente y muy accesible, que trata de cambiar las cosas a mejor, que se equivoca y que es razonablemente feliz. Soy un hijo de trabajadores, orgulloso de ello, que no pertenece a ninguna élite y que aspira a que Euskal Herria se convierta en una República.


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