jueves, 25 de abril de 2019

Secuelas

Confieso que todavía no me he repuesto del sopapo que nos atizó la realidad, en plena conciencia, durante el debate del martes pasado en La Sexta, acerca de nuestro más inmediato des-futuro.
Sabía que la derecha va desatada, que anda dando tumbos y trompicones a troche y moche, y sin saber muy bien si eran eso o lo contrario, lo leía y lo escuchaba constantemente, y claro, te acostumbras y ya, lo asumes tan ricamente como los partes del Meteosat.  

Lo del martes no me lo contó ni me lo adaptó nadie a las entendederas, así como por fascículos mediáticos de cada día, digo. O sea, a dosis. Pero no. Esto sucedió a lo bestia. Así, sin más. Sin paliativos. Sin anestésicos. Una eutanasia política demoledora (poco "eu" y mucho más "tanasia" que otra cosa). Sin explicaciones científicas acerca del cortocircuito entendederil de los sujetos, de los actores, de los dos "protas" desorbitados que habían perdido toda referencia debatible. Estaban allí, sí, claro. Estar, estaban, pero ser...No eran. Nada relevante, nada digno de escucharse y mucho menos de analizarse, ni de un elemental comentario de textos, y no por falta de interés, que va. Es que es  imposible sacar de donde no hay.
Yo lo intenté, lo juro por Snoopy. Pero todo fue en vano. Lo bano de banal se acopla muy bien a lo vano de vanal y, por supuesto, a  lo forrístico de venal; no pueden actuar de otro modo. Solo en la  nada encuentran su no-lugar. Da igual el ruido que hagan, que se pongan a parir por la prevalencia supremacista  de sus despojos. Que insulten a diestro y siniestro a cualquier oponente venga de donde venga, para ellos todos valen y significan lo mismo: abstáculos en sus carreras por el imperio hacia Dios y arriba España.
Evidentemente cuanto más inteligibles y comprensibles resultan los argumentos de la competencia, más destarifados y obtusos se van descubriendo  los suyos, que para colmo ellos mismos están convencidos de lo innovador y aggiornato que resulta cada uno de sus descubrimientos. Como los hombres grises de Momo, chupan tiempo como nadie para inutilizarlo, así mientras se embrollan sobre sí mismos como estropajos de esparto enmarañados y cargados de residuos flotantes en el agua, impiden que los oponentes malísimos del rojerío, dispongan de su asignación minutera. Esa es la actitud. 
Y luego están los contenidos, que son capítulo aparte.  A ver, contenidos, lo que se dice contenidos, tampoco es que haya, pero mantras, sí, por un tubo. Por ejemplo: la palabra mentira. Debe ser que le tienen tanto apego ansioso al término, que no lo sueltan ni pa dormir, ni en la forma, ni en el fondo. Son hilemorfistas hasta la muerte, como cualquier novio alegionado del mejunje que merezca la pena. No es de recibo decir "mentira", "mentiroso", y perpetrar en ristra como proyectil el verbo "mentir" en todos sus modos, tiempos, oraciones y giros sintácticos, y al mismo tiempo no resultar empapados por el aceite esencial de tanto vocablo con  la misma raíz y tener la insensatez de creerse indemnes  y a salvo de la misma pringue con que se lleva la tira de años en plan alquimista: dando forma a la inenarrable corrupción sistémica, ya heredada en sus tiempos de gloria (hasta desmantelando el mismísmo Pórtico de la  idem), y con la que se amasaron las fortunas de todas las ramas del mismo árbol franquista que aun nos tiene atados y bien atados, en un verdadero derroche de creatividad y emprendeduría podre fashion, por el que no pasan los años, ¡ni los siglos!, en plan ungüento faraónico, que ya te digo...

Sin duda, durante el debate en cuestión, tanto Iglesias como Sánchez han debido hacer un impresionante ejercicio de libertad, de inteligencia y autodominio, para mantenerse intactos e incólumes  y no perder la dignidad ni el autocontrol, con   tantísimo cenagal salpicador usado como arsenal. Una zahúrda sin precedentes, en modo proyectil.
Momentos estelares, inolvidables, como perder el oremus  así, no se presencian habitualmente ni en directo ni en diferido: "noseatanpocoelegante, Srsanchez, ni tampocoeducado ni tan, tan, tan, ¡nomienta,nomienta, no mienta...! Peroquémentiroso y quépocoelegante..." Se repetían a sí mismos como un eco, en alternancia o a coro, incluso a secuencias,  y ya confundidos por su propio colocón, no sabían a quién se estaban dirigiendo, mientras se multiplicaban por dos en plan ping-pong. Y así, durante casi dos horas de julepe. Gritaban desaforados, como vendedores de mercadillo, pero con mucha menos dignidad y clase, para finalmente precipitarse en el ridículo de la celebración de Sant Jordi con la propia tesis de Sánchez y haciendo un feo horrible a Casado, al olvidar regalarle su título del máster  inédito por Harvaravaca, enmarcado adecuadamente, claro. Seguramente, Casado nunca le perdonará a Rivera esa humillante negligencia.

Y mientras, toda España ante la tele alucinando y a la espera de  que nos explicasen el programa de gobierno maravilloso que deberá haber formateado ya  la derecha con toda seguridad, y que seguramente, tanta sabiduría pepera y naranjita, tendrán a buen recaudo, como joyas de la corona, en sus cajas fuertes de Villagaviota y de Naranjilandia. Pero claro, estando tan ocupados en berrear y desnortar. insultar y acosar,  a la peligrosísima izquierda golpista, separatista y terrorista, antisistema y arruinapatrias, comunista y sacamantecas, pues claro, no tienen tiempo para debatir, ni para dialogar, ni para preguntar a la ciudadanía qué necesita, ni para nada más.
Así que tuvimos que conformarnos con el único programa electoral  disponible: el de la izquierda, ya  ves tú, con la ilusión que nos hubiera hecho, por una vez en la vida, poder admirar a una derecha comodioshmanda, a la altura de la situación, donde el alcalde es los vecinos y los vecinos el alcalde, donde la vajilla tiene clarísmo como diferenciar un vaso de una taza, pero nada, no hubo forma, de ponerse a la altura de la Historia del siglo XXI en cosas tan complicadas. Algo normal, por otra parte, cuando está a la altura sempiterna de la restauración borbónica como modelo de estado, que  ya la cagó en el XIX y en el XX...Pero nada, oye, im-po-si-ble. No ha habido forma. Así,  que otra vez será.
Por lo pronto, el domingo mi voto renuente  e incómodo, cansado y hasta los pelos, se lo va a llevar la izquierda. No sólo es que sea roja, rebeldaza por naturaleza y morada por escarmiento feminista, es que aunque me encantan el azul, el naranja y el verde, la derecha con semejante plan,  no encaja en los colores ni a la de tres, empieza por emborronar lo que pilla. Lo deja todo tan negro y tan guarro, sí, guarrísimo, cuando hace como que gobierna mientra se forra, cohecha y prevarica compulsivamente, que no hay forma de que los colores se recuperen, como yo mismamente. Que aún no me termino de recuperar del trauma-debate de la otra noche. 

No hay mal que por bien no venga. Gracias a la derecha, muchos votos irán a donde deben ir, al fondo, a la izquierda. Como suele ser en todo país en el que no se ha perdido el oremus al completo y las neuronas se mantienen aun en activo, en común o en plan suelto.
De cualquier modo, gracias, derecha paleolítica y cerril, por refrescarnos la memoria y recordarnos donde está lo que de verdad importa y donde debe  y no debe, estar lo demás.

I ara, en la  llengua de la meua avia urgel.lina, Farrás i Serra,  que estimava ho mateix a Castilla que a la seua tierra natal, Catalunya, una salutaciò ad ahoc, gracies a ella, que em va a ensenyar qué bonic és esser universals i sense fronteres. Un petò per a tu tambè, dreta espanyola, boniqueta, un poquet corteta i matxirula, però és ho que n'hi ha per ara. I moltes gracies pel servici, tu sempre pensant à la patria, amb banderes i gavines -però sense persones que no et donen sempre la raò-,  i plena de llaços grogs com tè que ser, collons... i no en plan Torra, però, (que tambè porta ho seu, pobret....) Malgrat tot, també és el vostre germà, i els bons catòlics no fan mal mai als germans, ho saveu, veritat? (Ah, si no entendéis esto, que os lo traduzca vuestro jefe Aznar, ése que con tanta soltura y de incógnito, habla catalán en la intimidad. Ains!)

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