miércoles, 24 de abril de 2019

El doctor Díaz nos informa y nos recuerda donde estamos y lo que tenemos por delante como experimentadores de la humanidad de la ciencia. ¡Gracias,Gualberto!



Informe Australiano sobre Homeopatía y fraudes científicos


De las autoridades sanitarias uno esperaría un genuino y auténtico interés por la salud de la población, libre de prejuicios y abierta a todo lo que pueda generar mayor bienestar a un coste razonable. Pero las autoridades sanitarias son personas, y como tales a veces dejan que sus criterios se contaminen con opiniones y creencias. Eso ha pasado en el sector de la homeopatía: la historia viene de lejos y su último capítulo es dramático por no decir esperpéntico. Ojalá no contamine a nuestro ministerio de sanidad, como ya proponía en una entrada anterior. En esta, me propongo profundizar un poquito en el feo asunto del “informe australiano”, por las preguntas, comentarios y peticiones que he recibido. Pero también comentaré los antecedentes, porque a esta situación no se ha llegado “de repente”.



2005: De las publicaciones científicas a los medios de comunicación
Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido (Malcolm X)
Decía que la historia viene de lejos, pero empezará por el artículo de Lancet (una prestigiosa revista científica) publicado por Shang en 2005. Fue sorprendente la manera en que un artículo científico, ni mejor hecho ni más novedoso que otros muchos de su estilo, adquirió rápidamente una enorme repercusión mediática en medios especializados (en biomedicina) y también de divulgación general. En el mismo número se publicó un editorial que vaticinaba “el fin de la homeopatía”. En efecto, un titular más mediático que científico para tratarse de una revista científica y un trabajo sin tantas pretensiones.
De hecho, la historia “ampliada” que casi nadie conoce es que este trabajo fue elaborado por un grupo de trabajo comisionado por el gobierno suizo para determinar la calidad de las publicaciones en homeopatía. Se discutía de si las publicaciones en homeopatía tenían la calidad metodológica suficiente, y de si la mejor o peor calidad estaba relacionada con que los resultados fueran favorables o desfavorables. Apenas terminando el trabajo, uno de los autores (Shang) filtró un análisis parcial y no planificado de algunos de los resultados. Las conclusiones del trabajo eran que, escogidos un grupo de publicaciones en homeopatía y otro grupo de publicaciones similares convencionales, las publicaciones homeopáticas eran de mayor calidad; eso puede explicarse de varias maneras (los editores son más exigentes con la homeopatía por la controversia que la acompaña, por ejemplo) y en realidad lo más importante es desmentir que la metodología de los estudios científicos con homeopatía sea deficiente en comparación con los estudios de la farmacología convencional (en número total de estudios y número de pacientes en cada estudio, es evidente que la farmacología convencional es superior).
Sin embargo, estos autores recuperaron los datos para analizar un aspecto diferente, sus resultados en lugar de su metodología (eso supone un error metodológico de base, ya que para eso habría que haber elegido el número y tipo de estudios de otra manera). Al no conseguir concluir negativamente para la homeopatía, decidieron escoger sólo los mejores estudios (21 de 110): de nuevo favorables a la homeopatía en su conjunto. Decidieron entonces elegir sólo unos pocos de los mejores estudios (8 de 21) basándose en el tamaño de la muestra (otro error metodológico, ya que se trata de una selección no planificada previamente y que no está justificada porque, por ejemplo, muchos quimioterápicos se justifican con muestras más pequeñas) pero sin explicar cuáles (otro error metodológico, en este caso de transparencia). A pesar de los resultados favorables para las infecciones de tracto respiratorio, reconocen que “si se tiene en cuenta que la homeopatía no puede funcionar”, globalmente los resultados con compatibles con que no funcione, en comparación con los resultados de la farmacología convencional (aunque quedaban sólo 6 estudios convencionales de calidad y tamaño aceptables para comparar, que ya no estaban apareados con los homeopáticos).
Adjunto una imagen que representa los estudios de esta publicación, porque cuando después de tapar los títulos he retado a algunos detractores a adivinar cual es la grafica de homeopatía y cual la convencional, no se han atrevido. Y si no somos capaces de diferenciar las dos gráficas… ¿Será que apenas hay diferencia? Por cierto, 3 de los cuatro puntos rojos de la esquina superior izquierda en la gráfica convencional, que son los mejores estudios convencionales por sus resultados… corresponden a medicamentos que han sido contraindicados por las agencias del medicamento europea y norteamericana.
Gráfico estudio informe Australiano de Homeopatía
Como es natural esta publicación recibió muchas críticas por parte de los científicos vinculados a la homeopatía, pero también de los científicos en general. Cuando finalmente se publicaron las fuentes de los datos utilizados, un reanálisis con la metodología adecuada (lo que se llama en estadística “análisis de sensibilidad” para ver cómo afectan los criterios escogidos al resultado final) determinó que la selección utilizada era prácticamente la única que arrojaría resultados negativos, y cualquier otra combinación, criterio o umbral mantiene los resultados favorables a la homeopatía. La críticas, la publicación, los estudios previos favorables publicados en la misma revista… Ninguno obtuvo un editorial y ninguno obtuvo la misma atención mediática. Así que el mensaje que cala en la comunidad médica y científica es simplemente que se ha demostrado que la homeopatía no funciona; contrarrestar ese mensaje requiere mucho esfuerzo y explicaciones, a los que pocos deciden prestar oídos dado que no es una de sus áreas de interés.
2010: Política disfrazada de ciencia (aunque la mona se vista de seda…)
¿Cuándo comenzaron a confundir la opinión de la mayoría con la opinión correcta? (Leones por corderos)
Un siguiente escalón fue el de tipo político. El Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña produjo un informe titulado “Verificación de la Evidencia 2: informe de Homeopatía” (UK House of Commons Science and Technology Committee ‘Evidence Check 2: Homeopathy’ report). Por algún motivo, se ha divulgado como científico un documento que no es sino una recopilación de entrevistas e información. Que no estaría tan mal si no fuera porque la selección de las entrevistas y las informaciones no siguió ninguna sistemática o método científico, ni tampoco se realizó por investigadores o académicos. De hecho, de toda la información ofrecida por el sector homeopático, se quedaron sólo con 5 revisiones sistemáticas, para finalmente basar sus conclusiones en 1 de los estudios. En cambio, se escogieron pequeñas piezas de información de las entrevistas, se sacaron de contexto y se ofrecieron a los medios.
No suena muy bien, cierto. De hecho suena todo muy mal, tanto que si fueron 14 los parlamentarios responsables de esta iniciativa, sólo 3 de ellos ratificaron el informe. Tanto que 70 parlamentarios firmaron una moción contra este informe. Tanto que el Parlamento Británico decidió desoír las recomendaciones del informe, dado que es un sistema terapéutico reconocido y ampliamente utilizado en Europa, que se debe confiar en el criterio de los médicos que la prescriben y que el paciente tiene derecho a la libertad de elección informada.
Sin embargo, aún hoy (que incluso si los datos hubieran sido adecuados, estarían desactualizados) suenan ecos de ese informe como si fuera un documento científico y como si hubiera sido aceptado. Tanto se ha insistido en ello, que eso es lo que la opinión pública y política ha terminado por aceptar; junto con la necesidad de ahorrar costes y con el empujón del “informe australiano”, ha llevado a desfinanciar (que no prohibir) los medicamentos homeopáticos en Inglaterra.
Detrás de estas iniciativas encontramos a “Sense about Science”, que ha pasado de ser un grupo que promueve la comprensión científica en la población general a ser un lobby que ataca todo lo que no se alinee con los avances y la industria tecnológica, incluyendo las terapias no convencionales y en particular la homeopatía.
2015: Globalización de la campaña “mediático-científica”
“El asombroso incremento de personas, mercancías e ideas que se desplazan de una parte a otra del planeta es la causa principal de la globalización de la enfermedad” (Jonathan M. Mann, OMS)
Parece que los planes de los “homeófobos” se ejecutaran de lustro en lustro, y en 2015 tocaba otra vuelta de tuerca, esta vez a cargo del mismo lobby en su sede australiana (Friends of Science in Medicine, que está sufragada por la Australian Skeptics Science and Education Foundation). Así empieza este cuento pseudocientífico:
Érase una vez un Reino, el de una institución pública de investigación sanitaria (NHMRC – National Health and Research Council), que se propuso ayudar a la población esclareciendo el papel de la homeopatía en el cuidado de la salud. Pero hete aquí que la malvada Madrastra (un lobby protecnológico que se autodenomina de “escépticos” para poder criticar todo lo nuevo o poco ortodoxo en los sectores energético, de comunicación, alimentario o farmacéutico) tenía sus propios planes, y se las ingenió para influir en esta institución gracias a uno de sus miembros infiltrados que además se encargó de dirigir personalmente el proyecto de revisión de la homeopatía. Sólo hacia la mitad del cuento se descubrirá este conflicto de interés (¿se puede ser neutral en una evaluación cuando se lleva años siendo activista de una de las partes?), ya que este “científico” olvidó declararlo. ¡Ya empezamos con las irregularidades!
El Reino encargó el trabajo de revisión al Cazador, uno de sus investigadores de mayor prestigio, de hecho uno de los que redactó los criterios de revisión del NHMRC. Con tanto rigor, ¡seguro que sería capaz de cazar todos los sesgos y errores, y que no iba a dejar que cualquier tratamiento de pacotilla se colara como medicina! Resultó que su revisión fue tan rigurosa que los propios miembros del comité alabaron la labor realizada. Sin embargo la Madrastra le preguntó a su espejito si no habría otra terapia tan eficaz como la tecno-farmacológica, y el espejito respondió que una nueva revisión sistemática iba a dar luz a resultados interesantes… Era la revisión de la homeopatía. Muy disgustada con el giro de los acontecimientos, gracias a sus infiltrados e influencia consiguió encerrar ese informe en la mazmorra más profunda y oscura, cerrada por una llave que nadie ha conseguido encontrar desde entonces. Al honesto cazador que realizó la revisión se le exilió del Reino (se rescindió su contrato) por motivos poco claros, a pesar de los grandes servicios rendidos a su institución, a su gobierno y a la población. Esto también me suena muy irregular.
Para conseguir conquistar su deseado informe contrario a la homeopatía, el presidente del comité decidió aliarse con un ejército de Mercenarios extranjeros: a pesar de contar con grandes y reconocidos expertos en investigación, contrató una consultora externa norteamericana llamada Optum, muy conocida en la industria farmacéutica, para realizar un segundo informe. Más irregularidades.
A medida que Optum trabajaba y trabajaba, informaba al comité de lo difícil que era concluir de manera rotundamente negativa hacia la homeopatía. Las palomas mensajeras no dejaban de llevar y traer nuevas instrucciones, inventadas sobre la marcha, para limitar las posibilidades de la homeopatía hasta no dejar un vestigio de eficacia en las conclusiones. Afortunadamente de esos mensajes quedaron copias en los palomares (servidores de correo) y más adelante en el cuento se harían visibles gracias a las leyes australianas de transparencia  a través de varias solicitudes formales al Mago Ombudsman, que es el equivalente del Defensor del Pueblo (aunque sus hechizos aún no han conseguido encontrar el primer informe). Esto de ir adaptando los criterios sobre la marcha no solo es irregular, sino que es contrario a la metodología científica e inaceptable incluso para cualquier publicación en una revista científica.
Finalmente, la institución concluyó que “No hay problemas de salud para las que haya evidencias fiables de que la homeopatía es eficaz” (“there are no health conditions for which there is reliable evidence that homeopathy is effective”), lo que se llevó a algunos medios de comunicación como “el NHMRC ha demostrado que la homeopatía no funciona”. ¿Una frase y la otra son lo mismo? Pues no. Una dice que según ciertos criterios arbitrarios no hay suficientes estudios para demostrar la utilidad de la homeopatía en determinadas enfermedades. La otra dice que hay estudios que demuestran que la homeopatía nunca funciona, es decir que no puede funcionar. Como ambas frases se parecen, es una gran oportunidad para manipular la opinión pública que ha sido bien aprovechada por la Madrastra gracias a la ayuda de los Juglares y los Bufones que se dedican a entretener y distraer más que a informar. Pero es que además ninguna de las frases es verdad. La verdad es que Optum no revisó 1.800 estudios sino que revisó revisiones de estudios (si los estudios tienen sesgos y sus revisiones añaden más sesgos, imaginad una revisión de revisiones). Al ir aplicando criterios nunca antes aplicados a ninguna otra revisión de ésta ni de ninguna otra institución de investigación, consiguieron quedarse con… (redoble de tambores)… ¡Solo cinco (5) estudios! Teniendo en cuenta los cientos de estudios publicados en revistas indexadas, convencionales, de primer cuartil (de mayor prestigio), o teniendo en cuenta los datos del informe equivalente realizado a petición del gobierno suizo, es bastante extraño. Siendo un poco serios, si admitiéramos que 5 estudios es todo lo que hay, la conclusión científica que se derivaría es que la homeopatía no se puede evaluar con los datos disponibles, pero no que sea ineficaz. Para los detalles sobre la metodología aplicada y los errores cometidos, se puede profundizar aquí. Creed que hay mucha miga, como seguramente se puede intuir.
El informe añadía en sus conclusiones que los pacientes que elijan homeopatía pueden poner su salud en peligro si rechazan o retrasan tratamientos para los que haya buena evidencia de su eficacia y seguridad y que estos pacientes deben pedir consejo a un médico colegiado, lo que los Bufones de algunos medios tradujeron como “la homeopatía puede poner en peligro la vida”. Así se adereza el cuento con un toque de “posverdad” (distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales,​ en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales), ya que además de exagerar y alarmar innecesariamente, se trata de una situación que nada que ver con la realidad social y sanitaria de la mayoría de países (en particular los del “primer mundo”): la homeopatía no se propone como sustitución de otros tratamientos buenos y necesarios (sólo el 18% de los recomendados en las guías de atención primaria según estudios como éste), y los homeópatas son médicos colegiados a los que por tanto es recomendable pedir consejo. Esta es la situación real, y lo demás son mentiras y manipulación.
Pero si algo tiene la posverdad es que va de la mano de potentes campañas mediáticas y de marketing, y potentes acciones de lobby con poder para conseguir casi siempre lo que persiguen.  Como consecuencia, gobiernos y sociedades médicas y científicas de varios países han mordido el anzuelo; algunos muy contentos de disponer de un tema del que hablar para distraer de otros temas de mayor relevancia sanitaria. El mapa de influencia impresiona, salvo si se dispone en paralelo del mapa de la Madrastra (vídeo informativo aquí).
No obstante países como Rusia, India y Brasil han rechazado el informe de manera oficial. Que se hayan visto en la necesidad de posicionarse oficialmente a nivel gubernamental, sobre el informe emitido en otro continente, es de por sí llamativo e indica la clase de presiones a las que se han visto sometidos. Que lo hayan hecho a favor de la homeopatía indica hasta que punto están comprometidos con un método terapéutico que es importante para su población, con el respeto a la libertad de médicos y pacientes y con el cumplimiento de las directrices de la Organización Mundial de la Salud.
Mapa de Mundial de Países contra el Informe Australiano de Homeopatía
¿Cómo termina este cuento?
Pronto lo sabremos. Con ayuda del Mago Ombudsman que usa la Ley para proteger los verdaderos intereses de la población, la de los Cazadores honestos que investigan y publican la verdad objetiva e independiente de prejuicios y la de los Reinos en los que la Madrastra tiene menos influencia, conoceremos el contenido del primer informe y se le podrá dar la debida difusión junto a otros informes menos conocidos como el del gobierno de la India (con una versión en español).
Confiando también en algunos valientes y esforzados Enanitos, los pacientes que usan homeopatía para cuidar de su salud. Cada vez más se agrupan contar sus experiencias y exigir respeto a sus derechos que son los nuestros. Cada vez más y mejor, nos ayudan a despertar como sociedad y “salir del armario”. Será lógico que se conviertan en los protagonistas de esta historia y en la influencia más determinante para los políticos y autoridades sanitarias, ya que son (o debieran ser) los protagonistas de los sistemas sanitarios públicos y privados en cualquier parte del mundo.

Brindo por los Finales Felices.
Por una comunidad científica honesta y consciente de sus limitaciones.
Por gobiernos y autoridades sanitarias realmente independientes.
Por asociaciones que de verdad persigan proteger los intereses de los pacientes.
Sobre todo, por pacientes libres, responsables y comprometidos;
que con su ejemplo nos animen a los médicos a ser (y nos exijan ser) igualmente libres, responsables y comprometidos.

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