lunes, 29 de abril de 2019

El hundimiento superado. Ayer estuvimos al borde. Por fortuna, solo el pueblo puede salvar al pueblo




            El actor alemán Christian Berkel, que interpreta al profesor Schenck en  El hundimiento .


 Ayer, miles de españolas nos tuvimos que tragar las ganas de y el derecho a  no votar. Personalmente, ha sido una renuncia por solidaridad responsable sobre todo. Por amor verdadero. Simplemente.
Mi dilema se establece entre mi conciencia, la salud cívica y la empatía justa, solidaria  e imprescindible con quienes más cruelmente sufren las peores consecuencias de las urnas, tantas veces manipuladas. Mi conciencia misma estaba partida por la mitad: si obedecía el íntimo mandato de la abstención manifiesta en el momento de votar, rompiendo la papeleta y dejando constancia pública de mi renuncia y sus causas más que justificadas, como en el franquismo y al principio de la democracia se hacía patente la objeción de conciencia en el servicio militar obligatorio, al mismo tiempo y con mis mejores intenciones, estaría abriendo la puerta a una horda de desharrapados éticos, sin escrúpulos, cuyo único objetivo quedó clarísimo en el último periodo de desgobierno pepero, pero esta vez, para acabar de rematarlo, la historia venía multiplicada por tres.

 Ciertamente, yo haría una denuncia imprescindible, mi conciencia habría sido coherente con una situación generalizada de total insostenibilidad social, ética y flagrante deshumanización del sistema político, pero en la situación europea y mundial del momento presente, ¿era lo adecuado no intervenir para parar la avalancha de barbaridades, que el mismo debate de los días precedentes había dejado clarísima, con todas las consecuencias de la peor calaña, precisamente, para los sectores sociales más precarios y olvidados por la pseudopolítica que nos ha estado afligiendo, especialmente ensañada desde 2012, gracias al gobierno unifachito de Rajoy y sus mesnadas, corrompido hasta las trancas desde que tenemos memoria democrática y especialmente recrudecido en los años peores de la crisis?
 Mi dilema hamletiano no me dejó en paz hasta ver el debate. No tendría perdón si con mi justa indignación, llena de razones indudables y no solo por enfado, sino también buscando un revulsivo ético que hiciese reaccionar a los políticos fuera de la realidad, no salía con mi voto a cerrar la muralla, como cantan los versos de Nicolás Guillén. Y por eso, a las 9 de la mañana de ayer , 28 de Abril (ay, ese abril que para España ha sido históricamente, tan radiante y tan horrible) ya estaba a las puertas del colegio electoral. Espero que el sacrificio de miles de votantes, que como yo, estoy segura, han dejado a un lado sus convicciones más lúcidas y queridas, por amor a sus semejantes peor tratados, no se interprete como la Rendición de Breda por parte del socialismo ganador. Esos votos tienen un precio: la exigencia al Psoe de unos principios que no lleven a España a caer constantemente en las redes de Trump, por ejemplo, acorralando a Venezuela, potenciando al comando Guaidó frente  a la la mayoría del pueblo, -curiosamente, Guaidó es el monofachito venezolano- obedeciendo a ciegas al establishment en el tema de recortes y manipulaciones financieras, que acaban por destrozar la economía de todos para que solo USA mangonee al resto del mundo. Está clarísimo que son los venezolanos de base, o sea, la mayoría, quienes eligen no tener un Guaidó, porque si no fuese así, hace tiempo que el conflicto se habría terminado.
Queremos una España que sepa decir también a ese tinglado que NO ES NO. Que lo haga en la ONU y sobre todo en la forma de gobernar, reaccionando en clave socialista, no socio-liberal, frente a las crisis humanitarias desencadenadas por el cerco yanky a todos los estados de este mundo que pretenden ser libres del dolar y sus manejos siempre con segundas intenciones de dominio mundial. No vale gobernar tratando de montar milongas al aplicar el liberalismo económico a un carnaval efectista pseudosocial. No es posible que si el dinero, sus intereses y las puertas giratorias llevan la batuta, haya justicia social y se merezca el nombre de socialistas. Tampoco es posible un gobierno socialista incapaz de indultar a quienes no han delinquido y han sido procesados poe unas leyes manejadas e incluso decretadas por delincuentes sistémicos como lo es el pp,-por cuyo motivo penal se hizo necesaria la misma moción de censura-  y manteniendo en pie la atrocidad antidemocrática de los presos políticos, que es una vergüenza hasta en Europa y en la ONU. El primer cordón sanitario que hay que quitar es ése, si de verdad esto pretende ser un estado de derecho de verdad y una democracia que merezca ese nombre.
Estas elecciones no han sido el triunfo del Psoe, sino el de la sensatez y la generosidad inteligente de los pueblos de una España PLURINACIONAL, querido Pedro Sánchez, -los mismos que te apoyaron en la moción de censura obligatoria- que han/hemos quemado las naves de los mejores deseos, para evitar la debacle. El triunfo del Psoe será el cumplimiento de esos compromisos y del programa que contempla la regeneración democrática, social y económica, la integración de las nacionalidades ibéricas en un núcleo más humano, convivente y cultural de proyectos compartidos, que en plan código rígido,plagado de 155 y sin alma.
 Hemos hecho que pase, ahora en las manos del Psoe queda la responsabilidad de que nuestro sacrificio sea para el bien común, no para que esto acabe como el rosario de la aurora. O sea, cayendo en las garras de guatepeor, intentando escapar de Guatemala. Sería muy bueno que tuviéseis en cuenta, que otra decepción del mismo calibre de las que nos ha proporcionado desde los 80 hasta ahora, un Psoe tan éticamente  light como se ha comportado desde sus  inicios felipistas, posiblemente nunca más levante cabeza si nos falla una vez más. Los peperos y trifachitos se permiten esos lujos, los españoles y españolas con conciencia, no. Cuando se ven saturados y aplastados por el sistema que debería potenciarles y facilitarles la existencia, son capaces de poner en marcha un 15M en mareas sectoriales y alternativas muy válidas si es preciso, un anticapitalismo municipalista o múltiples grupos y partidos territoriales (CUPs, ERC, PNV, BILDU,BNGA, Andalucismo, Compromís, P.Aragonés. y toda la línea municipalista En Común, En Marea, En Pie, En Marcha, etc, etc...), no tardarán en emerger La España Vacía y un S.O.S Madre Tierra, somos millones que sin montar pollos, estamos cambiando la mirada, el alma y las ideas, nos está naciendo la conciencia como vínculo ético y afectivo, inteligente y creador, entre lo personal y lo colectivo, o sea, la plurinacionalidad constituyente y viva, activa y entrañable, cuanto más de la tierra que pisamos, más sin froteras, para mantener en pie los DDHH, las libertades, la dignidad y la supervivencia que descansa en el fundamento de una convivencia sana y participativa, la autogestión solidaria y el federalismo territorial desde el municipio y la comarca al estado, a Europa y al Planeta. Un concepto nuevo y regenerador  de la gestión política. Non habet mundus maior sine mundo minus.  Y viceversa.
Debe ser la Constitución la que regule y reconozca de una vez por todas esa realidad plural y fraterna de los pueblos ibéricos y su universalidad humana, si es que de verdad es cierta, y no un cuento tártaro, esa soberanía que se nos reconoce en el Título I de la Carta Magna.
O sea, que ojo al parche. Que la muralla abierta al corazón del amigo, al mirto y la yerbabuena y al ruiseñor en la flor, también se acaba cerrando  al veneno y al puñal, al diente de la serpiente y al sable del coronel. Mejor honestos y claros que retorcidos y manipuladores. Ser sabios no es ser simplemente astutos, sino conocedores veraces de la realidad y maestros de la ética, antes que de las jugarretas "políticas", que por más "ventajas" que den en apariencia, siempre acaban fatal. Sobre todo para la ciudadanía que las soporta y las subvenciona con sus impuestos.

No olvides, Pedro Sánchez, lo que oíste anoche a las puertas de Ferraz: "No con Rivera" y "Sí,se puede". Y no te lo ha dicho ni Equo, ni IU ni Podemos, te lo exigen los socialistas de verdad, los de base, los que saben de qué va el día a día, no los etiquetados que viven en el ghetto del poder, de la sigla y los apaños. Y con ellos en el mismo plano, la mayoría de españolas y españoles que os ha votado para que obedezcáis el mandato soberano del pueblo. Esperamos no tenernos que arrepentir de haber confiado en un Psoe abierto y capaz de entender la pluralidad necesaria para el bien común, sin patrias de pacotilla y concesiones a la Cueva de Alí Babá.

Todo por el pueblo, pero con el pueblo, escuchando y obedeciendo al pueblo, que somos TODAS y TODOS.
Y si no es así, el universo inteligente os pasará la factura, como acaba de hacer con los colegas trifachitos.
No hay casualidades sino causalidades. Cuanto más se tarda en descubrirlo, más se sufre, más se hace la puñeta al prójimo, -hasta pretendiendo ayudarle, ¡e incluso empoderarlo y todo! Y peor se pasa.

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