8º Congreso Nacional de Homeopatía: Experiencias de un médico homeópata
Si trabajas en lo que está delante de ti, siguiendo con seriedad, energía y calma la razón correcta sin permitir que nada te distraiga, salvo mantener en estado puro tu parte divina, como si debieras devolverla de inmediato.El fin de semana del 5 al 7 de abril fue muy intenso en las vidas de las más de 150 personas que compartimos conocimientos, experiencias y vivencias en el octavo Congreso Nacional de Homeopatía.
Si haces esto, sin esperar nada más que la satisfacción de vivir de acuerdo con la naturaleza, pronunciando verdades heroicas en cada palabra vivirás feliz.
Y no habrá hombre capaz de evitarlo.
Marco Aurelio
Fue un encuentro de manos y almas unidas por un mismo fin: la libertad de elección para pacientes y profesionales del tipo de tratamiento más apropiado según sus necesidades y modo de vida en cada momento. Siendo una de las opciones a elegir una terapia segura y efectiva como es la homeopatía.
Desde el principio recordé un ya lejano año 2000 y ese grupo de médicos entusiastas a rebufo de la fuerza de la doctora Dolores Tremiño celebrando en Madrid aquel primer congreso de la Sociedad Española de Médicos Homeópatas que se centraba en la utilidad de la homeopatía en Atención Primaria.
Congreso llevado a cabo con el corazón fundamentalmente, pero del que queda constancia a través de un número de aquella efímera revista de homeopatía que algunos de los alumnos de Lola pusimos en marcha bajo su aliento y supervisión.
Fue muy hermoso mientras duró y luego dio paso a muchas otras iniciativas que hemos compartido juntos y con otras personas valiosas que hemos tenido la fortuna de tener a nuestro lado.
Muchos de los que participamos en aquel evento en el antiguo Palacio de Congresos de Madrid protegidos por el bello mosaico de Miró y la poderosa sombra del Estadio Santiago Bernabéu estábamos en este encuentro especial, con más experiencia y canas pero el mismo entusiasmo.
El tiempo nos ha hecho vivir muy diferentes experiencias personales, profesionales, académicas y sociales relacionadas con la práctica y enseñanza de la homeopatía, y a muchos nos ha cambiado la vida.
Al menos a mí, compartir tiempos y espacios con todos vosotros me ha hecho mejor persona. Más humilde, más reflexivo, más tolerante, y por todo ello posiblemente algo más sabio dentro de la enorme ignorancia que acompaña como una sombra la vida de cada ser humano.
Ese fin de semana magnífico que hemos vivido trabajando y disfrutando juntos farmacéuticos, veterinarios, médicos y pacientes, ha sido para mí un soplo de aire fresco necesario en el que además una lluvia fina nos acompañó para limpiar el ambiente y quitarnos de encima todos los tóxicos que nos acompañan en el día a día.
Pienso en la alegría que me produce estar todos unidos. Todas las sociedades científicas tanto médicas, como farmacéuticas y veterinarias y las asociaciones de pacientes que serán una fuente de aprendizaje e inspiración para los profesionales como ya lo han mostrado con sus actos públicos (conferencias, manifestaciones) y con el trabajo callado.
Tanto en el salón de actos donde se presentaron las ponencias como en los tiempos de café y comida se respiraron aires saludables. Aires de libertad, compromiso, cooperación y humildad.
La humildad y el respeto fueron en gran medida el hilo conductor de muchas de las intervenciones. Especialmente emotivas me parecieron las intervenciones del embajador de la India en nuestro país y el doctor Rajkumar Manchanda.
Siento que ambos calaron hondo en el auditorio y mostraron cuanto debemos aprender los europeos del modo de ser y trabajar de los indios.
Pero también pudimos sentir admiración y orgullo al escuchar las brillantes presentaciones de los interesantes trabajos de investigación de la Dra. Niurka Meneses, la veterinaria Coral Mateo y la Dra. Natalia Sofía Aldana Martínez mostrando el presente y futuro de la homeopatía en España y en el mundo.
Sin embargo, al menos para mí, lo más luminoso fue la presencia de las personas que representaban a los pacientes a través de las muchas asociaciones que en los últimos meses se han creado en España.
Nos hicieron sentir optimistas porque el futuro es de los valientes y ellos han demostrado que lo son con creces.
La consigna fue salir del armario. Mostrarnos tal y como somos. Diferentes. Tocados por la magia de la homeopatía. Por el interés genuino por mejorar, compartir y ayudar. Quitándonos todos los polvos de las batas. Los aprendidos en el pregrado, en el postgrado y en nuestro lugar de trabajo.
Mostrando la desnudez de nuestra pasión y nuestra convicción de las ventajas del método homeopático, pero a la vez con el profundo respeto que merecen nuestros compañeros de profesión médicos, farmacéuticos y veterinarios que prefieren seguir otros caminos, transitar por otros bosques.
Con un respeto aún más profundo si cabe con las ideas y necesidades de los pacientes que eligen libremente cualquier otra terapia diferente de la homeopatía. Respeto por múltiples razones; clínicas, legales y éticas. Y porque el presente y el futuro son y deben ser del paciente. Pacientes informados que son capaces de tomar decisiones compartidas con los profesionales sanitarios.
Sanitarios libres para prescribir, sin conflictos de interés. Cuyo único y exclusivo interés sea el paciente que tiene enfrente en ese momento.
Había en esa sala muchos amigos y maestros a los que quisiera dar mi más fuerte abrazo de consideración y agradecimiento por ser como son y no es necesario que les nombre porque todos saben muy bien a quién me refiero. Como diría Serrat decir amigo es decir tantas cosas, y a la vez no ser necesario decir nada.Cuando parece que el momento es difícil merece la pena repensar en el poema que inspiró a Nelson Mandela y que todos conocemos por la película que lleva su nombre; Invictus. Un poema de William Ernest Henley que termina con los siguientes versos:
No importa cuán estrecho sea el camino,Quisiera terminar estas líneas confesando que ese fin de semana fui feliz porque entre todos compartimos seriedad, energía y calma y la convicción de que la razón nos acompaña.
cuán cargado de castigos el viaje…
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
Y así, nadie podrá evitar que personas, animales y plantas, todos los seres vivos de este planeta azul, se beneficien de esta terapia maravillosa que nos apasiona y nos une. Porque somos los amos de nuestro destino y los capitanes de nuestra alma.
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