El gobierno valenciano liquidará la entidad pública que financió la trama del saqueo de la depuradora de Valencia
La Conselleria de Medio Ambiente prepara una ley para fusionar la
Epsar con la Dirección General del Agua por el descontrol y años de
sospechas de corrupción tras el caso Emarsa
La Entidad Pública de Saneamiento de
Aguas Residuales (Epsar) tiene los días contados. La Conselleria de
Medio Ambiente quiere acabar con la sociedad instrumental que gestiona
las 470 depuradoras de la Comunitat Valenciana para recuperar el control
funcional tras años de sospechas de corrupción y problemas técnicos y
administrativos en su gestión. Gracias a haberse hinchado los precios
que la Epsar pagaba por la depuración de aguas de la planta de Pinedo,
la trama Emarsa –juzgada en estos momentos en la Audiencia Provincial de
València- pudo desviar más de 11 millones de euros del tratamiento de
lodos durante la etapa del PP.
Fuentes de la
conselleria han indicado a eldiario.es que el Gobierno valenciano
prepara una ley para antes de final de año que fusionará la Epsar con la
Dirección General del Agua. De momento, el departamento que dirige
Elena Cebrián está estudiando los diferentes modelos de gestión que
existen en España para incrementar el control sobre un sector, el
saneamiento de agua, al que se dedica cada año más de 230 millones de
euros de dinero público. Y es que desde su fundación en la etapa del
Consell de Eduardo Zaplana, la entidad nunca ha estado sujeta a la
fiscalización de la Intervención General y la Abogacía de la
Generalitat. Sólo la Sindicatura de Comptes realiza trabajos de
fiscalización sobre su contratación cada año y no en pocas ocasiones
alertó de problemas en la contratación.
Su gerente entre 1999 y 2011, José Juan Morenilla, es
uno de los principales imputados en el caso Emarsa por el presunto
desvío de dinero por el tratamiento de lodos. Pese a esta sombra de
sospecha sobre la gestión y la denuncia del PSPV a la fiscalía en 2013
sobre contratación irregular –que fue archivada-, el actual gerente,
Enrique Lapuente, ha mantenido el mismo equipo directivo que en la etapa
popular. Lapuente tampoco ha realizado un trabajo de “levantar
alfombras” en una entidad que fue instrumento de financiación irregular
de una presunta trama corrupta. La gestión y el servicio es lo primero,
es la tesis del gerente que constantemente denuncia la falta de personal
en la entidad. La Epsar tiene entre 40 y 45 empleados.
A preguntas del diario.es, el director general del Agua, Manuel
Aldeguer, explicó que el pasado día 15 de junio se convocó una reunión
con expertos de todas las comunidades autónomas para conocer los
distintos modelos de gestión del saneamiento de aguas que se realizan en
España. “La Epsar está desfasada en muchos casos, sobre todo en cuanto
al control de la administración”, aseguró Aldeguer.
La Epsar no está formada por funcionarios sino por personal externo a la
Generalitat que, en algunos casos muy llamativos y como denunció la
Sindicatura de Comptes, no pasó ningún proceso de selección. La forma
jurídica de la entidad permite “agilizar” los procesos de contratación a
costa de la transparencia.
Además, la mayoría de los
actuales cargos directivos provienen de empresas adjudicatarias de
obras y explotaciones de la entidad. A modo de ejemplo, la secretaria
del consejo de administración designada a dedo por el actual gerente,
Sabela García, entró a la entidad tras abandonar Pavasal. El encargado
de supervisar las depuradoras de la zona de Castelló, Antonio Basiero,
proviene de Facsa, que opera el 98 % de las plantas de las comarcas del
Norte de la Comunitat Valenciana que ahora vigila.
El
pasado 28 de julio, el pleno del Consell aprobó la creación del puesto
de subdirector general de Personal y Régimen Económico y Financiero de
la Epsar. En realidad un puesto de funcionario empotrado en la entidad
para “reforzar” la dirección de la empresa pública hasta que se produzca
su liquidación al fusionarse con la Dirección General del Agua. Esta
figura se creó, según la versión oficial de la Conselleria, por las
dificultades administrativas que tiene la entidad para expropiar
terrenos para la construcción de depuradoras.
También
es cierto que, por primera vez desde su creación, un funcionario
público de carrera entrará en la gestión del día a día de la Epsar. La
conselleria y otros cargos políticos forman parte del consejo de
administración, aunque algunos consejeros consideran que este control es
insuficiente por lo que el nuevo subdirector general de Personal y
Régimen Económico y Financiero será los ojos y oídos del departamento de
Elena Cebrián en la Epsar.
Pero la elaboración de la
ley no será un camino de rosas en la conselleria. De hecho, no es el
primer encontronazo que tienen la Epsar y la Dirección General del Agua
por las tensiones del mestizaje del Consell. La dirección general está
gestionada por el PSPV y el gerente de la Epsar lo nombró Compromís,
concretamente Verds-Equo. Habrá que ver en las competencias que se
fusionarán cuánto poder mantiene cada uno de los socios del Gobierno
valenciano.
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