miércoles, 13 de septiembre de 2017

La sequía pone en entredicho la gestión del agua en España



Los efectos de la sequía en la reserva de Guadalteba, en Málaga. AFP




A tenor de los datos que se manejan, nadie podría afirmar a estas alturas del año que la sequía que desde hace meses afecta a casi todo el país, especialmente a las regiones del noroeste de España, no es severa.
El último parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente refleja que ni las lluvias de las últimas semanas, ni los cortes de suministro para el regadío que se han llevado a cabo en algunos lugares son suficientes para sobrellevar la situación. La reserva hidráulica ha vuelto a disminuir al 41,2% de su capacidad esta semana, dejando en una situación crítica a cuencas como las del Júcar y el Segura. De los 30.990 hectómetros cúbicos de agua que los embalses solían acumular de media en esta época durante la pasada década, apenas se alcanzan hoy los 23.000 y el último mapa de seguimiento del Observatorio Nacional de la Sequía, correspondiente al mes de junio, refleja una geografía cubierta de zonas en emergencia y alerta hídrica.





Aunque las lluvias son en gran parte responsables de esta situación –según la Agencia Estatal de Meteorología este año ha llovido un 13% por debajo de la media histórica- una observación detallada de los datos deja escenas curiosas. Por ejemplo, en las cuencas del Segura y el Júcar, las dos más perjudicadas y donde los embalses apenas alcanzan el 16,4% y el 27,1% de su capacidad, la situación de las precipitaciones durante este año ha sido, paradójicamente, de superávit.
Aemet, en respuesta a este periódico, atribuye la situación a “una escasez arrastrada de años anteriores”, pero muchos colectivos ecologistas y por la defensa del agua ven claro el problema de gestión. En la cuenca del Segura, el 80% del agua embalsada se destina al regadío.
Mapa de seguimiento de la sequía. MAPAMA

“En el Segura no hay una sequía meteorológica, sino que se ha creado de manera insostenible. Hay un exceso de demanda del agua disponible que está presionando los ecosistemas. Lo que hay es un problema de gestión”, señala Julia Martínez, directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua.
“Los planes hidrológicos deberían estimar los recursos previsibles y su evolución en el tiempo. En base a estos cálculos, habría que adaptar las demandas, previendo que el uso de los recursos en periodos de pluviometría media o alta deje margen para asegurar reservas suficientes en periodos de sequía”, señala por su parte un comunicado conjunto de Ecologistas en Acción, AEMS-Ríos con Vida, la Asociación de Naturalistas del Sureste y la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies.

“Integrar las sequías”

Pese a la gravedad, la sequía de este año no es una situación novedosa, ni siquiera infrecuente. Desde 1992, la reserva hidráulica en esta semana de septiembre ha estado por debajo del 41,2% hasta en seis ocasiones. Es más, Aemet asegura que desde 1981 hasta la fecha, España ha vivido 12 periodos de sequía de un total de 227 meses. Es decir, que durante los últimos 37 años, nuestro país ha estado en situación de sequía el 54% del tiempo.
“Las sequías son un componente normal de climas mediterráneos y no cabe gestionarlas como algo excepcional y que no está previsto”, señala Martínez. “Deberíamos integrarlas dentro de la planificación hidrológica, pero se siguen gestionando a golpe de decreto, lo que permite mercantilizar todavía más el agua, tolerando situaciones que no serían posibles en situaciones normales y aumentando la compraventa de derechos del agua”, añade.
Su reivindicación cobra todavía mayor sentido en un escenario de cambio climático, donde se prevé que las sequías sean más frecuentes y prolongadas.


:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

Vaya, ya era hora de que esta noticia fuese noticia de verdad en los medios. Es evidente, a poco observador que  se sea, que este año ha nevado y llovido con suficiente abundancia y frecuencia en invierno, en primavera y hasta en verano, y que no tiene no gota de lógica una sequía de este calibre, cuando hemos visto el llenazo hasta inundar, de ríos y de lagos, más los consiguientes deshielos de las nieves en la montañas y funcionar divinamente las estaciones de esquí. ¿Qué ha pasado de repente con el agua? ¿Magia potagia, quizás una venganza de alguna divinidad desairada por la falta creciente de devoción? 
Pues, no. Algo mucho más lógico y sencillo: un uso desppropporcionado, cretiniforme y derrochador del líquido elemento, tanto en el abuso de las llenadas de piscinas privadas y riego de superficies como los campos de golf y zonas festeras, por no decir, el uso y abuso de spas, hoteles y zonas turísticas que se deben limpiar constantemente a base da agua, claro, no se van a lavar con coca-cola...aunque en este estado deplorable, mejor no dar ideas, que son capaces de cualquier barbaridad con tal de que el forring office no se detenga.

España es una potencia turística low cost, eso quiere decir que gasta en mantenimiento de las instalaciones bastante más de lo que gana en la transacción general, lo que dentro de nada hará insostenible materialmente el negocio de la hostelería de temporada, será imposible combinar la demanda en mogollón mal pagada con los gastos de reparaciones y sostenimiento de las instalaciones; por los sueldos de  los trabajadores en precario no habrá problema, gracias a  las leyes del pp, trabajarán gratis e incluso puede que paguen un plus por trabajar, mientras seguirán votándoles por eso de la eshtabilidad.
Sin abastecimiento de agua el turismo se irá por la alcantarilla del pufo. Y agua no tenemos para soportar no sólo la avalancha macarra de los visitantes sino tampoco para el uso de la población y sólo faltaría que se cortase el agua a la población para dársela a las piscinas, a los hoteles, chiringuitos y restaurantes, que esta gentuza ppera es capaz de cualquier burrada semejante.
Hale, ahí va otra más de las hazañas administrativas del colectivo Ruinorro,  capitaneado por su héroe, Rajoy -lo mismo que el de Cascorro, pero en versión galaica-  y sus esbirros. 
Como no los echemos pronto acabarán con todo. Como las termitas o las plagas de Egipto.



No hay comentarios: