domingo, 28 de febrero de 2016

Paseo


Resultado de imagen de imágenes de la noche

Llueve un canto silencioso
cuando la palabra pisa
las aceras de la nada
y reposa en los jardines
y cruza las avenidas
entre el humo y el cemento
y se para en cada hoja 
de esa acacia indiferente
a la espera de otra luz.

Pasa deprisa este tiempo
entre verde, rojo y ámbar,
entre ruidos y sordinas.

Y aquí la vida se queda
rodando por el arcén
hasta la huerta del alma,
donde los naranjos duermen
y el romero los despierta
con el tacto del invierno
y la esperanza colgada
en la percha de un febrero
que se va por la tangente.

Y huele a pólvora el aire.
Marzo llega acelerado
y empujando primavera
entre las bicis y el sueño
de un soneto a medio hacer.

Entre las sábanas negras
de un cielo desmotivado
harto ya de anochecer
bosteza en cuarto creciente
una luna ya cansada
antes de salir a escena
junto al guiño de un lucero
que se esconde por sorpresa
en la panza improvisada
de un nubarrón solitario.

Huele a barro, huele a tierra
y bailan las ocho y cuarto
en la pista de ese cielo
que se mira en los tejados
y se columpia perplejo
en el hueco de un balcón
hasta quedarse atrapado
a  reposar suavemente
en el charol del asfalto.

Abre la naturaleza
su cofre resplandeciente
de secretos a ojos vistas
y va soltando las cuentas
de un collar entrecortado.

Como es arriba es abajo
y como abajo es arriba.



 

No hay comentarios: