martes, 16 de febrero de 2016

La voz de Iñaki


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No más chantajes, por favor

EL PAÍS 

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Ay, qué razón tienes, Iñaki. Los chantajes ya son tan descarados y estrafalarios que han derivado del chantaje a la hipérbole del canguelo castense, de la casta, claro; ¿quiénes, sino los miembros de esa peculiar cofradía de alpinistas  y escaladores vocacionales, pueden entrar en semejantes rifirrafes e histerias alucinadas? Sólo a ellos les reconcome el miedo, ya no a perder pasta, sino a no poder conseguirla y aumentarla con tanta facilidad. Lo demás a ellos plín.
En un momento como éste, viene a la memoria la etapa en que en Italia se descubrió una corrupción como la del pp, en la que la mafia corrupta había llegado a instalarse en el mismo Estado como una red que ocupaba todo el espacio de las instituciones: Bettino Craxi, Andreotti, el Vaticano, la banca, las masonería y su logia mezclada con un terrorismo de diseño achacado a la izquierda radical pero con lazos íntimos y apretados más bien con el dinero, los negocios sucios y sus enjuagues. ¿Cómo olvidar aquella operación Mani Pulite del Juez Di Pietro y de toda la magistratura italiana que siempre ha sido el último y más sólido bastión de la democracia de nuestros vecinos peninsulares de enfrente? Cuando se empezaron a descubrir los escándalos se produjo inmediatamente una oleada de suicidios en cadena. Los italianos al menos tenían conciencia y eran sensibles a los daños sociales que su codicia y su irresponsabilidad política habían desencadenado. Estaban avergonzados hasta lo más hondo del ser. Pero aquí no. No sabemos si porque no hay vergüenza o porque no hay conciencia desarrollada para ser algo más que trozos de carne con ojos y cháchara.

No se trata, por supuesto, de hacer un panegírico a la honorabilidad del suicidio, no hay que llegar a ese extremo por nada del mundo, pero tan poco recomendable y tan criminal como el suicidio es delinquir aposta contra el prójimo, arruinar a tutiplén, estafar a los trabajadores con sueldos de miseria y amenazas, suprimiendo sus derechos constitucionales por ley, dejarles sin techo, por ley, después de destrozar el empleo, por ley,  a consecuencia de unas políticas delictivas como lo fueron la subida astronómica y sin control alguno por parte del Estado, de los alquileres y la bajada espectacular de las hipotecas, presionando para que se comprasen una vivienda  por mucho menos gasto mensual que pagar un alquiler y quedarse atrapados en una tenaza esclavista condenados a galeras hipotecarias por años y años, y todo para crear una burbuja que a la larga ha provocado la ruina de millones de familias y de bancos rescatados con el dinero destinado a esas familias y ninguneado a base de recortes, mordazas e inmoralidades legalizadas ad hoc, una hecatombe inhumana, programada a sangre fría por los especuladores que ahora presionan y amenazan a cualquier país que intente liberarse de ese fango pestilente que es el poder ciego de los mercados del dinero, que, por si fuera poco, ya no vale nada si no se lleva por delante los derechos, la justicia, la democracia y hasta las vidas de los pueblos del mundo, por ley. España ha caído en ese agujero negro, muy negro, de los de verdad y no de los que imaginan los físicos con sus ideas felices en los laboratorios. 
Pero la casta no reacciona ni por ésas, no se ve a sí misma como causante y favorecedora del estropicio general, sino, incluso, como "salvadora" de rescates trucados, como heroína y paladín del crecimiento europeo que se reduce al llenado a rebosar de sus bolsillos a base de legislar contra los ciudadanos (ya lo dijo Gallardón y se quedó tan a gusto: "gobernar es repartir dolor") No se ha visto un caso tan cínico y desvergonzado como éste en todo el continente, lo más similar es el "reinado" de Berlusconi y el trapicheo de Putin y sus historias para no dormir. Al "Berlusca" las leyes vistas desde otro ángulo  muy distinto al del pp, y un Jefe de Estado como es debido, - o sea, un Presidente de República comme il faut, sin vínculos con ningún cacicato de appoyo mutuo- lo enviaron , primero al banquillo y luego a su casa, aunque más tarde regresó, pero ya en un plan con muchos menos humos y votantes, a ser uno más en el Parlamento y a tenerse que aguantar con lo que hay, tras asumir una condena rehabilitadora por medio de un trabajo de servicio a la ciudadanía. 
En fin, que no deseo para nada que nadie se suicide, líbreme San Cucufato de semejante intención perversa.  Simplemente, me conformaría sólo con sus dimisiones, su asunción de culpabilidad en vez de esa exhibición de chulería fatua, hortera y  caciquil, y con la devolución de los miles de millones que se han ido llevando crudos y con una cara dura inconmensurable, sin gota de escrúpulos ni de remordimientos ... Ah, Doña Conciencia, esa señora tan lúcida y ética, que nadie les ha presentado nunca, a pesar de estar educados  en la flor y nata de los colegios y universidades católicas, apostólicas y  trepadoras más creyentes, practicantes y devotas... Quién sabe si a lo mejor es por eso mismo por lo que están así...No hay un tratamiento más eficaz para rebanar de cuajo cualquier conato de conciencia que una buena licenciatura en fariseísmo catastral. Será por eso. Ains!

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