La última tortura de Rajoy
Pontevedra
Una línea de más de un siglo cruza los destinos de Eugenio Montero Ríos y Mariano Rajoy Brey. Los dos nacieron en Santiago y los dos hicieron vida en Pontevedra. Montero Ríos, al igual que Rajoy, fue ministro de varias carteras y llegó a estar frente al Consejo de Ministros, si bien solo unos meses. Pero lo que ha unido su carrera política es una pequeña parroquia pontevedresa, Lourizán, que alberga un lugar llamado Os Praceres (Los Placeres) que fue a finales del XIX un “paraíso”, según el documentalista Lukas Santiago. “Un paraíso”, dice, “perdido”.
Ése fue el lugar elegido por Montero Ríos para rehabilitar un palacio del siglo XV, el Pazo de Lourizán, una residencia de verano de enormes jardines llenos de cipreses, cedros, magnolias, araucarias o camelios. El poderoso hombre de la Restauración hizo de Lourizán el epicentro de la convulsa actividad política y social de la época, y alrededor del Pazo crecieron un pabellón de invitados ilustres, una Casa de Baños y una iglesia que mandó construir el viejo cacique, y en la que están enterrados hoy él y su mujer.
Os Praceres se convirtió entonces, a finales del XIX y principios del XX, en un lugar de turismo del que se conservan fotografías de bañistas en un paraje de arena y mar, frecuentado por muchos de los visitantes de Montero Ríos y por otros atraídos por la belleza de la Ría de Pontevedra. De la zona salía, según Santiago, autor de un documental que atestigua el auge y decadencia de Lourizán, el mejor y más productivo banco marisquero de Galicia, un lugar en el que crecía la cría de molusco destinada para todos los bancos gallegos.
La Empresa nacional de celulosa sepultó el turismo de la zona en los 50
Para entender el grado de crispación alcanzado en Pontevedra a raíz de la prórroga de la fábrica en la Ría 60 años más, hasta 2073, hay que situarse en 2007. Antes, el bipartito del PSdG-BNG fue incapaz de encontrar una solución, pero ese año por primera vez el PP atendió la demanda de la sociedad local, expresada en manifestaciones, de trasladar la empresa a otro lugar de la comarca. Se pretendía de esta forma conservar los puestos de trabajo y la pujanza empresarial, y abrir de nuevo una zona turística privilegiada en la costa. Fue el PP de Pontevedra a través de su candidato Telmo Martín el que rompió la baraja con el apoyo del candidato a la Xunta, entonces en la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
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