Basura
EL PAÍS
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En mis años de infancia había en casa una señora que trabajaba en la cocina y era un primor guisando, se llamaba Aurelia y que cuando yo no quería comer sesos rebozados, -por lo visto, un manjar que a mí (vegetariana de nacimiento) me daba náuseas- me decía: "Come, niña, come sesera, que lo que se come se cría". Pues, justamente, esa frase de mi querida Aurelia se está haciendo realidad en el pp de Madrid con el montoné de las basuras. Con tanto comer y excretar basura ahí está el resultado: Lo que se come se cría. Y lo que se cría con tanta ansia se reproduce por todas partes, y si, además, se tiene bulimia...y de los atracones se producen diarreas, pues para qué más. El cuadro final está que ni pintado. El basuragedón ha venido y todos saben como ha sido, porque lo votaron y/o lo ignoraron en un arranque de desesperación loca o de abstención obcecada y cerril.
De poco sirve que los miembros del pp por las noches salgan a barrer la puerta de Génova disfrazados de vigilantes nocturnos con escobas automáticas que se reducen a la cuarta parte y pasan por ser un walki-talki bajo el loden, cuando aparece algún viandante por la zona hit parade. De nada sirve que se atrincheren en el despacho que Bárcenas habitó hasta en estado de simulación diferida y no quieran salir de la zona VIP...erina de su feudo. La mierda les cerca desde lejos y les aleja de su realidad paralela desde cerca. La inmundicia es lo que tiene. Que se apunta a los chollos privatizadores para quitarse marrones y llevarse crudos los sobres de las concesiones agradecidas y luego, pasa lo que pasa. Que los trabajadores de las empresas privadas se rebelan mucho más que los de la empresa pública. El Estado no acostumbra a maltratar, pero los empresarios-piraña viven, precisamente de maltratar a los trabajadores y abusar de ellos todo lo que pueden. Es lo que tiene sobrevalorar las ganancias a corto plazo e infravalorar la inversión en el bien común. Los españoles han sido obligados a elegir entre el modelo de la justicia social y el modelo de Atila. Está clara su elección. Toda España ahora mismo está con los trabajadores en huelga de recogida del mierderío madrileño. Todos somos ellos. Como en Fuenteovejuna. Todos vemos en esa huelga el significado profundo que tienen las cloacas del ppoder cuando sus cimientos son, eso, basura que diariamente los ciudadanos deben reciclar hasta que se hartan y dejan que se vea lo que hay. Basura. Por todas partes. Basura en Canal Nou. Basura en el aeropuerto de Fabra. Basura en la TVE, basura en las tertulias enfermizas donde los residuos gritan como posesos para que sólo se les oiga a ellos. Basura en las fiscalías salva-corruptos. Basura en las leyes que sostienen a los salva-corruptos y condena-jueces. Basura en las ideas del ministro de Incultura y Deseducación privatizadas. Basura en las empresas que estúpidamente creen aún que el dinero vale más que quienes lo hacen posible con su trabajo. Basura en los bonos y bancos. Basura en la Casa Irreal. Basura, basura, basura, basura...Y el pp como su dios creador todopringoso. No recuerdo si en la mitología greco-latina había algún dios/a menor que fuese el/la titular encargado/a de las basuras del Olimpo, pero si no lo hubo, ahora es el momento de incorporarlo en el elenco: Ana Botella reúne las idóneas condiciones por su afán olímpico y su talento para que la basura se multiplique por sí misma hasta el infinito. Ana B. for president of olimpc's rubbish! y que viva Ehspaña, -de paso-, una, grande, cada vez menos libre y hecha un merder. Gracias , pp, nunca podremos olvidarte. Nunca. ¡Por éstas!
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