viernes, 8 de noviembre de 2013

Fallos de Valencia

por Moncho Alpuente

08 nov 2013

Olvidado Mc Luhan, que fue el gran gurú de la comunicación en los años sesenta, el medio ya no es el mensaje, ni el masaje, el medio es el envase, la imagen toma la palabra y se la apropia, imagen envasada y liofilizada, al gusto del patrocinador. La Generalitat valenciana creó una televisión a la medida del perfil bueno de Zaplana y de los trajes de Camps, un vehículo de propaganda que pretendió convertir a los periodistas de la cadena en lacayos de sus caprichosos amos. Estaba prohibido sacar a Zaplana por el lado malo y dar buenas noticias sobre el gobierno de Zapatero, ni hablar del “cheque bebé”, el Canal 9 era un simple vehículo de propaganda , un álbum de imágenes sonrientes de los políticos populares, una pasarela en la que Camps lucía sus mejores galas. Sacar el perfil bueno de Rita Barberá siempre fue misión imposible, no hay “photoshop” en el mundo que lo consiga, una foto de Rita vestida de fallera podría servir para asustar a los niños inapetentes: “Si no te lo comes tú vendrá Rita Barberá y se lo zampará ella”. Los políticos bulímicos del PP valenciano se lo han comido todo aunque  el cierre de la RTVV se les esté atragantando. “No voy a cerrar un colegio ni un hospital para salvar la televisión valenciana”, el president Fabra pondrá en la calle a los 1660 trabajadores de la empresa, sobran los periodistas pero también los cantamañanas que tan eficazmente loaban las gracias de sus señoritos, ya no cumplen con su función, con un 5% de audiencia y teniendo que tapar las vergüenzas de los nueve diputados imputados por corrupción, mantener unos servicios informativos, al menos en apariencia, era un imposible. El presidente Fabra solo cerrará colegios y hospitales para rellenar los agujeros que dejaron sus predecesores en las finanzas públicas.
La correa del Gürtel asfixia las perspectivas electorales del PP en su feudo valenciano, los súbditos se rebelan y las encuestas dan por perdida la plaza. Para afrontar la pérdida, los populares encargarán más encuestas hasta conseguir que al menos una vuelva a favorecerles. Las encuestas son para los que las financian y si a los financiadores no les gustan los resultados, se encargan los sondeos a una empresa más comprensiva y a otra cosa. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas parece encargado por el PP que remonta a lomos de esa burra que nos siguen vendiendo, terca y llena de mataduras. El PSOE recela de los datos, las explicaciones del CIS contribuyen a su desconfianza: El CIS aclara  que ha utilizado un modelo “ que conlleva la ponderación de los datos por recuerdo de voto imputado y aplicación de modelos que relacionan la intención de voto con otras variables…Obviamente la aplicación a los mismos datos de otros modelos podría dar lugar a estimaciones diferentes” ¿Está claro? Está claro que el modelo utilizado ha sido el más favorable posible para el partido del gobierno. Está claro que el que paga manda y el que manda paga y La Moncloa no paga traidores.
Cuando las cosas van mal, tanto el PP como el PSOE,  recurren al mismo truco: “Tenemos que cambiar de imagen”, no de programa, ni de contenidos, ni de métodos, a veces ni siquiera de caras, aunque la imagen cada día más anoréxica de Rubalcaba sea también un desafío para el “photoshop”. Se buscan soluciones cosméticas, no éticas, se maquillan rostros como se maquillan datos y contabilidades, pero a los sufridos electores cada vez les importan menos un buen perfil y un surtido guardarropa, les importa el fondo y no precisamente el fondo de armario que es donde se guardan los esqueletos de los insectos políticos cuando cambian de caparazón y  las camisas de los reptiles del fondo cuando mudan.

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