Fallos de Valencia
por Moncho Alpuente
La correa del Gürtel asfixia las perspectivas electorales del PP en su feudo valenciano, los súbditos se rebelan y las encuestas dan por perdida la plaza. Para afrontar la pérdida, los populares encargarán más encuestas hasta conseguir que al menos una vuelva a favorecerles. Las encuestas son para los que las financian y si a los financiadores no les gustan los resultados, se encargan los sondeos a una empresa más comprensiva y a otra cosa. El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas parece encargado por el PP que remonta a lomos de esa burra que nos siguen vendiendo, terca y llena de mataduras. El PSOE recela de los datos, las explicaciones del CIS contribuyen a su desconfianza: El CIS aclara que ha utilizado un modelo “ que conlleva la ponderación de los datos por recuerdo de voto imputado y aplicación de modelos que relacionan la intención de voto con otras variables…Obviamente la aplicación a los mismos datos de otros modelos podría dar lugar a estimaciones diferentes” ¿Está claro? Está claro que el modelo utilizado ha sido el más favorable posible para el partido del gobierno. Está claro que el que paga manda y el que manda paga y La Moncloa no paga traidores.
Cuando las cosas van mal, tanto el PP como el PSOE, recurren al mismo truco: “Tenemos que cambiar de imagen”, no de programa, ni de contenidos, ni de métodos, a veces ni siquiera de caras, aunque la imagen cada día más anoréxica de Rubalcaba sea también un desafío para el “photoshop”. Se buscan soluciones cosméticas, no éticas, se maquillan rostros como se maquillan datos y contabilidades, pero a los sufridos electores cada vez les importan menos un buen perfil y un surtido guardarropa, les importa el fondo y no precisamente el fondo de armario que es donde se guardan los esqueletos de los insectos políticos cuando cambian de caparazón y las camisas de los reptiles del fondo cuando mudan.
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