El miedo tiene que cambiar de bando: parada Valencia
En respuesta a la recriminatoria de la ONU de que en España todavía hay desaparecidos, dice Ruiz Gallardón, mintiendo -como ya viene siendo casi norma en el Gobierno de España-, que no hay dinero para exhumar a los republicanos asesinados después de la guerra civil porque estamos en crisis. Lo cierto es que tampoco hubo plata cuando no había crisis. Para los bancos sí. Las razones son otras. Atender a los banqueros siempre es más importantes que recordar a los demócratas.
Lo que realmente quieren es que nos olvidemos de
que el 18 de julio de 1936, los suyos, los de Fraga Iribarne, Martín
Villa, Gallardón, Rajoy, Esperanza Aguirre, Fabra y compañía, y también
los de Juan de Borbón y los de la Banca March, sin olvidar a los de
Rouco Varela, no contaban con que un pueblo iba a salir a la calle a
pedir armas o a cogerlas. Por eso les costó tres años imponerse. Y por
eso hubo una represión tan brutal. Prefieren que pensemos en el 23F de
1981, cuando ante un golpe de opereta, este país, que había sido
valiente ayer, se metió debajo de la cama y quiso creerse que el Rey
salvó la democracia. Con miedo en las venas, el pueblo es dócil y
aguanta con todo. En esas andan.
Hoy llevan al Consejo de Ministros el proyecto de
Ley Fernández/Rajoy. Una ley, después de la de la “patada en la puerta”
de Corcuera (PSOE), que ahora es la de la patada en la boca (dice
Coscubiela) o la de la patada en las manos. Esas que se agitaban en el
aire el 15M. No serían tan inocentes las manos del 15M cuando desde el
gobierno del PP quieren convertir en delito todas las protestas que
nacieron del movimiento indignado. Delito la resistencia pasiva, delito
decirle a un policía que no te torture, delito rodear el Congreso que es
la casa del pueblo, delito convocar a una protesta por Internet, delito
decirle a un mentiroso que es un mentiroso, a un ganster que es un
gangster, a un ladrón que es un ladrón. Y dice Aznar, que siempre pasaba
por ahí, que quien convoque una pregunta al pueblo sin permiso debe ir
cinco años a la cárcel. Pero todos tranquilos: el PSOE, que ya se ha
olvidado de su Conferencia política, se reúne, mientras, con el PP para
pactar los nombres de los jueces que van a dirigir el Consejo General
del Poder Judicial. Para que no haya riesgo de que un juez honrado mire
donde no debe. Y por eso, porque ya nos ven como basura necesitada, el
gobierno nos dice que juguemos a la lotería y las empresas sortean puestos de trabajo.
Esto está oliendo a dictadura. Estamos en un pulso. A ver sin nos acostumbramos al olor a la mierda o nos cansamos.
Para que no nos acostumbremos, nos vemos este miércoles en Valencia, a
las 18:30, en la librería Ramón Llull. A seguir diciéndoles que no
somos dos o tres. Seguimos la ronda. Y en dos semanas, La Tuerka de
vuelta. Haciendo nuestra parte.
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