viernes, 29 de noviembre de 2013

Historia de Canal 9


Als die Nazis die Kommunisten holten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Kommunist.

Als sie die Sozialdemokraten einsperrten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Sozialdemokrat.

Als sie die Gewerkschafter holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Gewerkschafter.

Als sie die Juden holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Jude.

Als sie mich holten,
gab es keinen mehr, der protestieren konnte.

Martin Niemöller

     
                Traducción

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.




Cuando el pp de Valencia se sumía en corrupción escandalosa, derrochaba los fondos públicos en sus enjuagues con la trama Gürtel, el accidente del Metro, la Copa de América, la visita papal y la Fórmula 1, el embrollo de Emarsa y el caso Urdangarín, con Camps y Rita Barberá o las constantes desvergüenzas de Fabra, Canal Nou se limitó a cantar las glorias de la tiranía haciéndole la cobertura mediática, sin mostrar jamás la cara oculta del abuso de poder; al contrario, estuvo haciéndose el sueco y cooperando en el lodazal con la mejor disposición informativa, lo mismo que cuando Camps cortó la recepción de señal del canal TEV3 vulnerando el derecho de  los ciudadanos a la libre información, o no dijo ni pío sobre el cerco a la cooperativa del Parque Alcosa. Ante los despidos, los recortes, los repagos, los chanchullos, Canal Nou se dedicó a echar el muerto informativo sobre el gobierno central. No informó sobre los malos tratos a los manifestantes del Luis Vives ni sobre la mascletá que el Ayuntamiento de Valencia colocó en la Plaza para provocar una masacre en la manifestación del 15-M en Mayo del 2012, que la Policía Municipal y los Bomberos de la Generalitat denuciaron. Un curriculum completito, de ineficacia y complicidad interesada, de negligencia pagada por los ciudadanos. Y ahora, cuando la guadaña ppera los está segando sin compasión, pretenden hacerse los héroes de Fort El Álamo. Venga ya, aprovechados. ¿Cuándo mostrásteis con los despedidos y desahuciados la solidaridad que ahora exigís a los valencianos y al resto de españoles? Ahora que la incompetencia y el desastre de esos gestores que jamás tuvistéis el valor de denunciar, se ha cebado con vosotros, ¿ahora, tenéis el cinismo de ir de víctimas? La avaricia rompe el saco y el ciego egoísmo del pelota trepa hace estragos.

Para ser justos hay que decir que el cierre de Canal 9 es un alivio para los valencianos con conciencia y que a la vez es el harakiri del pp como gestor de calamidades  y derrochador de dineros públicos en los bolsillos de sus cómplices. Y como el general romano le dijo al asesino de Viriato: Roma no paga a traidores. Ni los valencianos lamentan el cierre del vergonzozo bodrio que desde que el pp gobierna la Comunidad, la vox populi  llama Canal Prou.

Me apena profundamente que un colectivo entero de trabajadores  incremente las listas del paro, pero esa compasión no mitiga en absoluto la indignación que me ha producido durante tantos años las tragaderas de la prensa oficial con la barbarie y el atropello institucional, y que en todos estos años hayamos estado costeando con nuestros impuestos el plan de propaganda ppera televisada y radiada y usada como tapadera de la corrupción más indecente y cínica que jamás había conocido Valencia. Compadezco a los periodistas barridos del mapa por sus mentores y a sus familias que entrarán en el elenco de la precariedad general, pero me sigue repugnando el modo en que han ejercido durante tantos años un periodismo bochornoso, silenciador y cómplice con lo peor y más mezquino que ha producido la sociedad valenciana en toda su historia sin que haya habido ni el menor gesto de incomodidad mediática por tal situación e gravedad extrema. No me alegra el mal ajeno, pero tampoco me duelen prendas al pensar que con su pan se coman el paté de chorizos que han cocinado con tanta solicitud.



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