martes, 5 de noviembre de 2013

17 céntimos son un capitalazo, si medimos la relación entre la calidad del servicio y el precio del mismo. Carísimo.

El PP dice que la Monarquía cuesta solo 17 céntimos por español al año

Ve disparatado recortar el presupuesto de la Casa Real y tumba las enmiendas de Izquierda Plural, UPyD, ERC y Amaiur.

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Querido e intergaláctico Rajoy:
Ya sabemos que tú y tu partido todo, absolutamente todo, lo valoráis por la pasta y que es inútil que los españoles normales intenten explicaros que no todo el valor de las cosas, de los acontecimientos, de las instituciones y de las personas , pasa por el bolsillo. Soy consciente de que decírtelo es inútil, pero es que no puedo evitar tener conciencia de lo que significan esos 17 céntimos, con los que colocas a la Monarquía en el estatus de "anda payo, dame argo", eso sí, con la mejor intención, claro está. Al mismo nivel de Lola Flores, que en paz descanse, cuando la pilló Hacienda con las manos en negro, o sea, sin haber declarado un céntimo en su vida, ni una gorda por su trabajo, y le exigió, nada menos que, 40 millonacos de pesetas, en quella época, cuando un piso normalito se podía comprar por quinientas mil pelas. Entonces la Faraona se plantó en jarras y pidió, ya que era la Lola de España y la reina del tablao, que si cada español beneficiado y agradecido por su arte, le daba una peseta, ella podría pagar dignamente su deuda con el fisco. Al menos Lola Flores trabajaba y se pateaba los escenarios de cualquier sitio, se desgañitaba, se deslomaba a golpe de zapateado y gesticulación agotadora, acababa hecha unos zorros arrastrada por su arte y su talante; curraba y sudaba el traje de faralaes y con semejante tute, mantenía a su familia, sin que los demás tuviésemos que subvencionarla, además de pagar las entradas en sus espectáculos. Con la Monarquía nanay. Hay que pagarles todo a todos que, por cierto son bastantes más que los González Flores, que, por el contrario, curran lo suyo. Los altezas y malestades, pasean, viajan en lo más caro y se alojan en lo carísimo. No ganamos para palacios, palacetes, vestuarios, peluquerías, fieles servidores, retoques y remodelados, queridas y demonietes, cacerías, deportes de todo tipo, servicio, seguridad, chaletazos para la nena con tantísimo Aizoon, como Noós y Areté, -que la helenidad etimológica no tapa los agujeros de la indecencia-. Coles selectos y por las nubes, para los nenes e infantitas e inmirinditas, de naranja o limón. Que a España le van los cítricos cosa mala y ahí le duele a hora de las subvenciones y los melindres. Que no cuela, Rajoy, no te empeñes en ponernos la gorra con cara de parado en pleno ejercicio pedigüeño, para que sigamos afectos al toco-mocho mayestático.
No se trata de cantidad, querida lumbrera gaviotiforme, se trata de calidad. Y vista y padecida la cruz que llevamos a cuestas por el calvario dinástico que nos aflige, hemos llegado a la mayoritaria conclusión de que esos 17 céntimos es muchísimo para nuestros exiguos bolsillos, teniendo en cuenta el rendimiento de las malestades y las altezas de bajísima estatura ética que nos esquilman ese puñadito de céntimos inmerecidos, que son los más malgastados de toda la economía in articulo mortis en la que nos vapulean cada día con más saña y más mentiras.

Resulta que con tanto paro y tanta carencia de lo más básico, estamos convencidos de que esos 17 céntimos por habitante, que reclamas para el parasitismo dinástico, debemos emplearlos, en justicia, para los que los necesitan simplemente para comer y no dormir al raso, porque no disponen del 0'9% del PIB ni de una hija en Suiza trabajando en un banco español y con un historial evasor de aquí te espero. Todavía no hemos olvidado, ni las hemerotecas ni los ciudadanos de entonces, el numerito de Colón de Carvajal con la pasta de sus malestades llenando sus maletas camino de Suiza y pillado tal cual. Y ya ha llovido desde entonces en comisiones y rebañados de la familia, en sus diversas especialidades de guante blanco y manos menos blancas. Ya han rapiñado todo lo que han podido y los poderes democráticos, incluido el judicial (¡?) les han permitido, mirando para otro lado. Ya está bien, Mariano. A vosotros os han elegido vuestros fieles votantes y lo ha permitido la abstención cabreada y borrega del resto y eso, dentro de lo repugnante que es mentir para conseguir votos os hace legales pero nada fiables, ilegítimos, como los hijos bastardos, que se conciben fuera de la legitimidad y la transparencia y ahí se quedan, sin apellido y señalados con el puntero social, pero es que a ellos, a los Borbones no les ha elegido nadie, sólo Franco para más inri, primero, porque una monarquía no permite que se elija a ningún rey, ya vienen elegidos de fábrica y segundo, porque si se eligiera un rey cada vez que muere  o abdica el anterior, ya no sería un rey, sino un jefe de Estado republicano. 

Sus malestades y vosotros sois un verdadero oxímoron, un tócame Roque, una entelequia, una aporía, que dirían los mismos griegos del noós de verdad, el genuino. Ni vosotros ni la monarquía tenéis sentido ni porqué racional. Será por eso que ambos cómplices del mejunje infumable que  soportamos, os queréis tanto y os lleváis divinamente. Compartís el mismo botín y el mismo expolio de las Españas.

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