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Una de las 'especialidades' más frecuentes de las tiranías consiste en el arte de matar al mensajero en vez de solucionar el problema que el mensajero anuncia y denuncia. Es como si a Mariano se le cuartease la Moncloa y metiese en la cárcel al arquitecto inspector que fuese a decírselo y a advertirle que debe llamar con urgencia a quienes puedan poner remedio al desastre.
Un gobierno que actúa con tal ignorancia y estrepitoso sentido de la falsa autoridad sólo consigue demostrar a los ciudadanos su incapacidad para determinar la importancia de los acontecimientos y de los problemas .
Poniendo parches y trampantojos, leyes-pegatina, en la fachada ruinosa de un Estado ruinoso, no se soluciona el derrumbe total, sobre todo si se están minado desde el poder incompetente los cimientos de la construcción estatal. La base de cualquier Estado viable es la ética, no el dinero, ni el autoritarismo arbitrario que carece de autoridad moral y legítima que es un arma contra la ciudadanía, una herramienta para castigar inocentes y absolver a culpables, la suplantación de la legitimidad ética por la prótesis de una 'legalidad' pret-à-porter, a todas luces injusta, marrullera y cínica. El que haya magistrados afines a esas prácticas no dota de legitimidad ni de honestidad ni de justicia a ese forma de 'gobernar'. Como tampoco hace legítimos a un gobierno y a unos legisladores injustos el hecho de haber sido elegidos por una mayoría absolutamente engañada.
Las urnas no son una patente de corso ni una bula pontificia que permita a cualquier trust de negociantes sin escrúpulos transgredir impunemente las bases de la democracia y el respeto debido a los ciudadanos. Las urnas son un contrato laboral entre los trabajadores que van a gestionar los intereses de los patrones y contratantes: los ciudadanos que les van a pagar, muy bien por cierto, su dedicación y que exigen el cumplimiento de lo acordado.
Parece que el pp, anclado aún en la sociedad de los primeros años del siglo XX, no acaba de despegar ni de entender lo que está pasando, no consigue que el avión despegue y rueda y rueda dando vueltas por la pista, pero en una vía servicio y sin salida ni permiso de la torre de control. La señoritosis caciquiforme recidivante ya no es cosa del tercer milenio que acabamos de inaugurar. La conciencia del hombre ha despegado y puede ver el conjunto desde 'arriba', el pp está metido en el caos de 'abajo' y por eso no tiene visión panorámica de hacia donde va la sociedad humana, sólo se ha centrado en adónde va la pasta, como sucedía en los dos anteriores milenios, por eso, aunque tenga acaparado y paralizado socialmente el capital, por miedo a perderlo en 'limoshnitahs', que confunde con derechos fundamentales, no le salen las cuentas y los patrones de la empresa ciudadana no les creen ni les temen, se limitan a reclamarles el cumplimiento del contrato y no paran de hacerlo.
La ley represiva que están tratando de sacar a flote ante el silencio más que lógico de un poder judicial de la misma camada y una Jefatura del Estado en el rol del mudo de los Hermanos Marx, por no llamarlo directamente omertà, no es más que la confirmación de su fracaso operativo, que reivindica su esperpéntico "derecho a la huelga" ya convertido en norma, como si no llevasen en huelga indefinida de verdadera gestión política y social desde hace ahora nada menos que dos larguíiiiiiiisimos años. Esta amenaza 'legal' carece de licitud y de legitimidad. No tiene valor alguno, sólo puede imponerse por la fuerza bruta, algo que rompe la Constitución y la deja en papel mojado. Y si el Parlamento fuese de verdad democrático se uniría a los ciudadanos y haría un recurso al Tribunal de Estrasburgo, denunciando no sólo esa ley, sino el estado de injusticia-chantaje, que sufren los españoles en mayoría absoluta.
Una vez analizado el asunto enojoso y delirante, conviene que reflexionemos sobre la situación general y comprendamos que estas atrocidades son las pruebas de laboratorio irrefutables que España necesita para despertarse y hacer su verdadera transición aún pendiente. Un tratamiento durísimo e imprescindible que sane de una vez por todas 'el mal español'. Un purgante que libere el organismo social de toxinas acumuladas durante siglos en el cuerpo social. En la mente y en las emociones particulares.
La transición de la mentalidad arcaica a la mentalidad postmoderna. Un paso de gigante que nos hará saltar desde la sociedad feudal, refractaria al todo cambio y emperrada aún en ese ancestral 'vivan las caenas' o 'que inventen ellos', un salto a la conciencia global, al descubrimiento de la identidad que nunca se ha buscado porque ya había bastante con la copla, la picaresca, el critiqueo marujón, el enfado inútil de taberna y corrillo, los bandidos legendarios,el flamenco, las tapas, sanfermines, fallas, semanasantas, ferias de Sevilla y alma rociera, golpes de estado como caceroladas, esa España siempre tan distraída con aventuras escapistas e imperiales de pacotilla, mientras los pueblos verdaderamente inteligentes se ocupaban en el descubrimiento de sus valores, derechos y libertades, de fraguar el Estado moderno, igualitario, fraterno y libre. Laico y aconfesional y por eso, precisamente, mucho más espiritual y evolucionado que el primitivismo supersticioso y adicto a obedecer arbitrariedades y horrores siempre que vengan de la imposición del más rico y del mejor armado. Ahora es el tiempo de la catarsis definitiva y bien hecha, desde abajo y desde dentro. Desde la razón y la sensibilidad. No desde la barbarie ni desde un politiqueo que no ve su barbarie terrible, pero considera barbarie reprimible el derecho a reconocer esa barbarie en el poder que ese politiqueo perpetra. No hay mal que por bien no venga. Y este mal pppero, que ahora nos trata de agobiar y oprimir, muerto de miedo porque como los animales heridos de muerte intuye su fin y se vuelven agresivos, está cavando su propia fosa paso a paso. Ellos mismos acabarán cambiando por necesidad desde sus bases, que sufren los rigores de aquellos en los que confiaron. También están insertos en el mismo tejido evolutivo, aunque no quieran. Y la evolución no para, la función evolutiva crea el órgano operativo y cuando el órgano que actúa ya no responde a su función evolutiva sino que la obstruye y la entorpece, éste desaparece y es sustituido por el órgano creado ad hoc por la misma dinámica de la función. Lo veremos a no tardar mucho.
Mientras tanto la energía, la solidaridad y la seguridad en el futuro que estamos construyendo entre todos nos irán abriendo el camino y tendiendo los puentes necesarios hacia la nueva realidad social, personal y global. Buen trayecto, amigos!
Una vez analizado el asunto enojoso y delirante, conviene que reflexionemos sobre la situación general y comprendamos que estas atrocidades son las pruebas de laboratorio irrefutables que España necesita para despertarse y hacer su verdadera transición aún pendiente. Un tratamiento durísimo e imprescindible que sane de una vez por todas 'el mal español'. Un purgante que libere el organismo social de toxinas acumuladas durante siglos en el cuerpo social. En la mente y en las emociones particulares.
La transición de la mentalidad arcaica a la mentalidad postmoderna. Un paso de gigante que nos hará saltar desde la sociedad feudal, refractaria al todo cambio y emperrada aún en ese ancestral 'vivan las caenas' o 'que inventen ellos', un salto a la conciencia global, al descubrimiento de la identidad que nunca se ha buscado porque ya había bastante con la copla, la picaresca, el critiqueo marujón, el enfado inútil de taberna y corrillo, los bandidos legendarios,el flamenco, las tapas, sanfermines, fallas, semanasantas, ferias de Sevilla y alma rociera, golpes de estado como caceroladas, esa España siempre tan distraída con aventuras escapistas e imperiales de pacotilla, mientras los pueblos verdaderamente inteligentes se ocupaban en el descubrimiento de sus valores, derechos y libertades, de fraguar el Estado moderno, igualitario, fraterno y libre. Laico y aconfesional y por eso, precisamente, mucho más espiritual y evolucionado que el primitivismo supersticioso y adicto a obedecer arbitrariedades y horrores siempre que vengan de la imposición del más rico y del mejor armado. Ahora es el tiempo de la catarsis definitiva y bien hecha, desde abajo y desde dentro. Desde la razón y la sensibilidad. No desde la barbarie ni desde un politiqueo que no ve su barbarie terrible, pero considera barbarie reprimible el derecho a reconocer esa barbarie en el poder que ese politiqueo perpetra. No hay mal que por bien no venga. Y este mal pppero, que ahora nos trata de agobiar y oprimir, muerto de miedo porque como los animales heridos de muerte intuye su fin y se vuelven agresivos, está cavando su propia fosa paso a paso. Ellos mismos acabarán cambiando por necesidad desde sus bases, que sufren los rigores de aquellos en los que confiaron. También están insertos en el mismo tejido evolutivo, aunque no quieran. Y la evolución no para, la función evolutiva crea el órgano operativo y cuando el órgano que actúa ya no responde a su función evolutiva sino que la obstruye y la entorpece, éste desaparece y es sustituido por el órgano creado ad hoc por la misma dinámica de la función. Lo veremos a no tardar mucho.
Mientras tanto la energía, la solidaridad y la seguridad en el futuro que estamos construyendo entre todos nos irán abriendo el camino y tendiendo los puentes necesarios hacia la nueva realidad social, personal y global. Buen trayecto, amigos!
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