En el lado correcto de la Historia
Faltan muchos detalles por conocer de lo ocurrido ayer en Venezuela. A estas horas, la situación sigue siendo confusa, pero todo indica que el intento de alzamiento ha pinchado; mucho voluntarismo, pocos medios. Sorprende la temeridad y la chapuza organizadora. Guiadó debía esperar ayudas que no llegaron o que no llegaron todavía porque Guaidó insiste en que la insurrección ya no tiene marcha atrás.
El hecho es que ayer, cuando comenzaron los acontecimientos, estaban sobre el tablero y en marcha todos los elementos de una gran tragedia: situación económica desesperada, dos bandos enfrentados que se atribuyen la legitimidad, ambos con apoyo militar de mayor o menor entidad -luego se vio que con Guaidó estaban menos de lo que él creía, extremo clave no aclarado del todo-, población civil armada -recordemos que Maduro entregó el año pasado más de un millón de armas a las llamadas milicias patrióticas-, invocaciones movilizadores de grueso calibre: unos llamando a alzarse contra el usurpador, otros a ponerse en pie contra el golpe de Estado, salidas democráticas cegadas –pues todos apelan a unas elecciones que nadie sabe quién y cómo convocar- y en paralelo ardían las cancillerías en todo el mundo, en una contienda diplomática con posiciones enfrentadas, lo que le daba la gravedad y la dimensión del conflicto. Estados Unidos, Brasil, Colombia, con Guaidó y con su alzamiento, incondicionalmente. La Unión Europea, incluida España, con Guaidó pero no con su alzamiento. El Grupo de Lima, 14 países americanos que también apoyan a Guaidó, reunido de emergencia y a la espera. Rusia, China, Cuba y Turquía, con Maduro, contra lo que consideran agresión al orden constitucional. En fin, todos los alimentos, como digo, para la gran tragedia.
Veremos cómo evolucionan hoy los acontecimientos porque están convocadas manifestaciones que con la tensión existente podrían acabar mal. Guaidó llamó ayer a los venezolanos a ocupar la calle y colocarse, dijo, en el lado correcto de la historia. Sin embargo, aunque la razón le asista, ahora se trata de evitar que el desbordamiento del problema desemboque en una guerra civil, porque en una guerra civil todos terminan estando en el lado equivocado de la historia.
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Una cosa está clara: Venezuela votó y por mayoría eligió lo que tiene. Meter las narices, manipular la información, e interferir en un estado para sacar tajada y apoderarse de sus recursos petrolíferos usurpando y anulando la libertad de los pueblos y envenenando la sociedad, no es precisamente jugar en limpio. Es exactamente repetir las jugadas más sucias y repugnantes de todos los imperios; USA debería planteárselo antes de ir haciendo apostolado a bombazos, chantajes, terror y presiones.
La situación política de esa república recuerda como calcada el mismo montaje que el de la República española en 1936. Tras el golpe franquista estaba agazapada la garra del euro-nazismo fascista que tres años más tarde llevó al mundo entero a la catástrofe. EEUU han hecho de las catástrofes provocadas por todas partes -que llaman cínicamente, "conflictos de baja intensidad", porque no los sufren ellos, claro- su gran negocio en todos los aspectos; para ese monstruito convertido en paradigma de falsa libertad y consumismo suicida, la hecatombe como empresa es la base de su economía, un método de lo más terrible, que Naomi Klein califica de "sistema/política/método del shock" con aislamiento económico y bloqueo político. Primero destrozan la conciencia de los pueblos, si se resisten les destrozan la economía y las relaciones internacionales, si es preciso se inventan terroristas y lo que haga falta, compra tiranos y los adiestra, los vende como salvadores y luego se apoderan de todo, y hacen negocio con las ruinas, hasta imponer su visión del mundo a base de catequesis "democrática" e hipocresía sonriente e infinito optimismo irresponsable, que está dejando el Planeta como un queso gruyere. Pero, por favor, eso no es terrorismo, sino una politica humanísima, caritativa y justa como pocas.
Es Venezuela la que debe decidir si quiere ser libre o prefiere ser el chiguagua de Trump. Lo mismo que España tendrá que decidir si los golpistas venezolanos refugiados en su embajada son legales o, por el contrario, son como los presos políticos catalanes. Unos rebeldes sin causa. No se puede estar en misa y repicando. Si protegen a Leopoldo López y dan alas a Guaidó & company, la inquina anti-indepen se desmonta per se. Y se pone en evidencia el traje invisible del emperador. En este caso, las togas contra el procès ultramagnificado, en una democracia histriónica, que filtra motas de polvo y cuela tiranosaurios rex.
Es lo que tienen los cacaos mentales, políticos y judiciales. O sea, polivalentes. Cuando la ética, junto a la inteligencia, se deja aparcada en Aristóteles y Kant. A años luz de la política. Y el mensaje de los sabios se reduce a las liturgias devotas y a los sermones interesados en sacar tajada.
No se puede crear una plaga que acabe con la vida de los demás, incluso del Planeta, y pretender que esa misma plaga no acabe con el sistema de sus creadores. Ellos incluidos. Las armas matan por fuera, pero las malas energías , ideas e intenciones, matan por dentro, precisamente a quienes las ponen en marcha aunque sea por delegación y sin mojarse personalmente.
Urge cada día más, hacer limpieza general sobre todo desde dentro de cada ser humano.
Lo que Eres, Es, dice esa canción que nadie se toma en serio...
Necesitamos urgentemente quitarnos la venda, para poder ver el disfraz de nuestros inmejorables verdugos y dejarles a cara descubierta.
Necesitamos urgentemente quitarnos la venda, para poder ver el disfraz de nuestros inmejorables verdugos y dejarles a cara descubierta.
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