viernes, 1 de junio de 2018

El bar como refugio


Hasta el último respiro Mariano Rajoy se define como penosa anomalía.Cobarde e incapaz. Camuflando sus miedos en desprecio irrisorio, que le pone en evidencia mucho más que humilla a sus contrarios. Cuando vio su derrota cara a cara salió a escape, y sus esbirros detrás, hasta salir a dar la cara por él, como hizo Cospedal ayer para gritar a los cuatro vientos la debacle de una desesperación sin salida. Los amos del cortijo, de repente se han dado de morros con la realidad. El cortijo solo se reduce al bar. Ocho horas de bar no están nada mal. Una entera jornada laboral escapando del verdadero trabajo, que es hacer frente con responsalbilidad a las consecuencias de lo que se ha perpetrado durante años, en plan feudal. Es el colmo de la insensatez y de la incoherencia afirmar  que se gobierna porque se tiene el apoyo de una mayoría a la que acto seguido se abandona y se desprecia al huir del Congreso para refugiarse en un restaurante mientras todos los portavoces de la ciudadanía debaten acerca del momento político difícil y complicadísimo, de cuyo deterioro en picado es el principal responsable hasta las cachas , el susodicho esperpento. Ni Rajoy podía llegar a más ni la pobre España a menos. Los votantes y militantes sanos del pp deben estar destrozados por esta cutrísima comedia bufa, que si no hubiese hecho tanto daño a tantas familias, sería para partirse de risa.

Rajoy se ha quitado por fin la máscara, o más bien la vida se la ha arrancado de cuajo, para que sus ingenuos seguidores vean lo que hay. Un pobre hombre enredado en un ego miserable del que no se puede liberar. Un corrupto indeseable que durante años ha estado engañándose a sí mismo con una paranoia megalómana digna de Freud , engañando a media España al principio y a un mitad de cuarto de España en la actualidad. Seguramente en su vida privada sea un buen amigo, un buen padre y un buen hijo, pero en su vida pública es escoria. Por sus frutos los conoceréis mucho más que por sus palabras y sermones por brillantes que sean. Y ojalá este penoso episodio se convierta en una lección práctica para el resto de gestores políticos, de ésos para los que, al modo rajoyano, están convencidos de que cualquier medio degradante y puerco es válido y justificable si produce el fin deseado. De ese mal muy pocos responsables políticos podrían tirar la primera piedra. En especial los demagogos de cualquier tendencia. Como ejemplo González, Aznar y derivados,y actualmente Mariano Rajoy, Albert Rivera y su manada, Artur Mas, Pujol y tantos clones de todos ellos para los que el bien común es una chirigota de carnaval, no en lo que dicen, sino en lo que han hecho y siguen haciendo. Nada que ver con la actitud del diálogo, de la escucha y la humildad de los sabios. Ayer, Aitor Esteban, JoanTardá, los protavoces del PdCat y de Bildu y Compromís, fueron una muestra de la riqueza de la pluralidad y la decencia. Un contraste total con los dicursos vacíos unilaterales y cerriles que solo conducen al enfrentamiento. Ayer se produjo un schokc porcontraste entre la verborrea del poder y la sencillez del servir. O España aprende a escuchar y a dialogar sin combatir, o a España como entidad territorial y política le queda telefdairio y medio. La izquierda más responsable, o sea IU, Compromís, Equo, Podemos y una parte importante del Psoe, las bases, lo llevan diciendo desde hace mucho tiempo.  Y ahora está claro que ha llegado la hora de que esos deseos se hagan realidad.

Hemos entrado, por un empujón irremediable de la historia, en una nueva era política. Si algunos aun no están a la altura de la situación, tienen miedo a romper esquemas que ya son un lastre y una soga al cuello, deberán adaptarse, aprender o dimitir para dedicarse a sus asuntos, y dejar que el presente regenerado pueda diseñar ese futuro que las viejas glorias son incapaces de poner en marcha porque están agotadas, muertas, zombis, petrificadas en el  perenne horror vacui de sus inercias letales para la democracia, los DDHH y el verdadero estado de Derecho que en España es el convidado de piedra. Ejemplo: quince años de prisión  para la mujer de Bárcenas se sacan a subasta y sus delitos se diluyen en misericordia a base de miles de euros. Pero si sólo disientes del sistema político y decides decirlo en público desde un Parlamento, no hay piedad. Y si delinques y no tienes dinero para sobornar a la justicia, te pudres en la cárcel. Eso no es justicia, sino transacción interesada y terriblemente desigual mientras el dinero lo compre todo y la política le sirva de chambelán y ayuda de cámara.  Y el producto interior bruto sea un cacique que no distingue el Parlamento del bar de la esquina.

Y lo que son las cosas, de repente he recordado la similitud entre este episodio definitivo y los versos del Apocalipsis con motivo de la caída del mundo viejo y corrupto:

"¡Cayó, cayó la gran Babilonia! 
Se ha convertido en morada de demonios,
en guarida de todo espíritu impuro,
en guarida de todo pájaro inmundo y repugnante;
porque el vino de su corrupción
lo han bebido todas las naciones,
los reyes de la tierra se acostaron con ella
y los comerciantes se hicieron ricos
con su lujo desaforado.

Pueblo mío, sal de ella
para no hacerte cómplice de sus delitos
ni víctima de sus plagas;
porque sus delitos ha llegado hasta el cielo
y el cielo ha visto sus crímenes.
Ella solía decirse:
"Sentada estoy como una reina,
viuda no soy y duelo nunca veré";
por eso el mismo día le llegan todas sus plagas.

¡Ay  de la gran Babilonia,
la ciudad poderosa!
¡Qué haya bastado una hora 
para que llegue su caída!

¡Ay de la gran ciudad
donde se hicieron ricos todos los armadores
por lo elevado de sus precios!
¡Qué haya bastado una hora para asolarla!

Así, de golpe,
precipitarán a Babilonia y desaparecerá
porque sus comerciantes
eran los magnates de la tierra
y con sus brujerías mentirosas embaucó
a  todas las naciones.
En ella se encontró sangre de justos
y de todos los asesinados en la tierra." 


Desde luego, hay que reconocer que ese apostol Juan era un crack y que su visión no se limitaba al fin del imperio romano, sino al fin de cada brote, a través de los tiempos, de la podredumbre de todos los poderes de un mundo que ignora a su prójimo, que destroza sin piedad y por lucro, la Naturaleza, un mundo ciego que es incapaz de asumir la justicia y la igualdad como manifestción del amor fraterno sin fronteras ni exclusiones, que llama buenismo a la compasión, a la empatía y a la ética imprescindibles para la vida, y cuya opera magna es el bien común como construtor de una nueva humanidad comunitaria y unida en la inteligencia práctica del alma colectiva. Así lo explicó al inicio del movimiento social, con su vida, Jesús de Nazaret y siglos más tarde, Karl Marx lo reexplicó con razones científicas y filosóficas, localizando la eterna Babilonioa en el uso genocida del capital cuando sólo se emplea en acumular bienes particulares a costa de empobrecer al prójimo más débil, corromperse, y reducir a la misera a los demás convirtiendo los mensajes de la espiritualidad en manos de los corrompido, en un verdadero opio del pueblo, que dopado por los poderes del engaño, se ve arrastrado por sus explotadores y manipuladores. Todos los gobiernos y políticas que se desarrollan en ese caldo de cultivo son la Babilonia del Apocalipsis y están condenadas a desaparecer de la faz de la tierra debido a la acumulación de su sobrebia mezclada con sus maldades., que son la soga en casa del ahoracado.

¿Y quienes posibilitan esa caída en picado, cuando nadie se la esperaba? Una nueva humanidad capaz de construir la nueva ciudad desde la sencillez, desde la normalidad, desde el acuerdo inter pares, en igualdad, una ciudad donde nadie es extraño, donde los muros son conciencia. En un mundo nuevo donde "el mar (como amenaza, confusión y tempestades) ya no existe y tampoco la noche, porque todo es luz". Juan dice simbólicamente que se salvarán 144.000 justos, es obviamente otro símbolo, 1+4+4=9, que es el revés del 6+6+6=18, 1+8=9; el seis, es la bestia, el hombre primitivo sin evolucionar, el nueve es el hombre evolucionado, el seis del revés. Los salvados serán todos aquellos capaces de darse la vuelta, de cambiar y convertir su naturaleza primaria y superar sus instintos hasta convertirlos en inteligencia emocional y verdadero amor fraterno, que empieza por la solidaridad y la empatía, por quitar barreras y  fronteras, por quitar obstáculos en vez de ponerlos, por hacer de la justicia un camino pedagógico de liberación en vez de un castigo y una venganza de lospoderosos contra los más desasistidos. Y en ese camino estamos, por fin.

De momento, siguiendo la simbología de hace 2000 años, en el camino contamos con la conversión  a la lucidez sabia de los humildes de un Pedro y un Pablo que reconociendo sus pasados errores se han puesto al servicio de los que más necesitan este cambio. Será casualidad, pero todo esto  da bastante que pensar.

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