No recuerdo una salida a escena más fulminante ni un gobierno cuya llegada, además de romper moldes históricos, enviara tantos mensajes de carga
Antes de que algo empiece a cambiar ya ha cambiado el viento. En los sondeos de urgencia el PSOE se ha puesto en cabeza. No recuerdo una salida a escena más fulminante ni un gobierno cuya llegada, además de romper moldes históricos, enviara tantos mensajes de carga. Tantos mensajes y en tantas direcciones que, desde mi punto de vista, su principal problema va a ser la coordinación y la coherencia.
¿Cómo ajustar la relación con Cataluña?
¿Es posible normalizar esa relación con la Generalitat en el marco de
la ley? ¿Qué aspectos de la relación pueden mejorarse dentro de la ley?
Conviene que se precisen para evitar equívocos y no crear falsas
expectativas. Los cambios constitucionales pueden ser considerados o
explorados, naturalmente, pero no podrían ser abordados sin unas
mayorías que necesitan el apoyo del PP y de Ciudadanos.
Otro problema va a venir del exterior, donde asoman nubarrones. La cumbre borrascosa del G-7 en Canadá acabó con un portazo destemplado de Trump y con la convicción general de que la crisis comercial se va a agravar. Creo que al menos nos va a pillar bien implicados con Europa, con Italia en manos de los euro escépticos, Alemania y Francia nos quieren como estrecho aliado para la reforma del euro, y nuestro Gobierno ha dejado muy clara su vocación europeísta.
Veremos qué ocurre. Comienza la función.
Posdata: Iba a ser en marzo, luego en abril, luego en mayo, luego a primeros de junio. La sentencia de Iñaki Urdangarin nunca llega ¿se puede saber qué pasa?.
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