domingo, 17 de junio de 2018

Ya toca salir del chollo miserable de la ruinópolis general pero muy mafiorentable y volver a entrar en la razón del bien común; ¿y qué bien común más evidente que el sol, verdad?



Y ahora volvamos al sol 

 José Luis Gallego
eldiario.es/ 17/06/18

Fuimos pioneros en el aprovechamiento de la energía solar para la generación eléctrica. Protagonizamos una de las mayores movilizaciones populares para su implantación y desarrollo en todo el país. Las placas fotovoltaicas se convirtieron en seña de progreso ecológico y económico, de desarrollo sostenible.
Nos convertimos en líderes mundiales en producción fotovoltaica junto a Alemania. Estábamos conectados al sol y avanzábamos a buen ritmo hacia la generación distribuida y el autoconsumo. El mundo nos miraba para aprender como se hacía.
Pero entonces vinieron ellos.
Los responsables de energía de los gobiernos de Rajoy, negacionistas del cambio climático y antagonistas del medio ambiente, llegaron a las instituciones con un claro objetivo: frenar en seco la transición energética hacia las fuentes renovables y afianzar la apuesta por las fósiles y la nuclear.
Con un par de decretos volvíamos al humo, dejamos de ser referente en transición energética y nos convertíamos en un obstáculo para que la UE cumpliera con sus acuerdos firmados de reducción de emisiones de CO2. Y todo ello condenando a quienes apostaron por las renovables a la ruina económica y la inseguridad jurídica.
Pero ahora ya no están.
Nos han dejado un inmenso erial renovable donde antes florecían las placas y los aerogeneradores. Han espantado a los inversores, han dinamitado el gran desarrollo tecnológico de las empresas españolas, unas empresas que o bien han sido absorbidas por multinacionales o se han marchado al extranjero. Y han generado tal caos en el sector energético que quienes seguimos su evolución apenas somos capaces ya de saber quién está a favor de qué o de quién.
Recordemos que el simpar Álvaro Nadal, último ministro de energía de Rajoy, acabó enfrentándose abiertamente a Iberdrola cuando la eléctrica decidió el cierre de sus centrales térmicas de carbón. Una medida aplaudida por la UE pero que el ministro bloqueó en un último alarde de su estilo intervencionista y su ultranegacionismo.
Pero aunque nos hayan borrado el camino, todavía estamos a tiempo de retomar el rumbo. Ahora toca volver hacia atrás para seguir avanzando: toca volver al sol.
En su primera visita a Bruselas para asistir al Consejo de Ministros de la UE, la Ministra para la Transición Ecológica Teresa Ribera, que aglutina en una misma cartera las competencias  de energía, medio ambiente, desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático, dejaba claro que España regresaba al futuro.
Ribera entonó el “como decíamos ayer” de Fray Luis para dejar claro a sus socios europeos que España está decidida a recuperar el liderazgo perdido en acción climática, dar un mayor impulso al desarrollo de las energías renovables y ayudar a avanzar hacia una economía circular que propicie un desarrollo más limpio y sostenible de la UE.
Con ese ímpetu que tanto la caracteriza y esa capacidad de generar consenso que la llevó a ser una de las principales propiciadoras del Acuerdo de París (recuerdo aquella emocionante mañana de domingo, enganchado a ella por whatsapp hasta que Fabius dio el martillazo final que anunciaba el consenso), Teresa Ribera ha devuelto a España al pelotón de cabeza del “Tour Climático”.
Así, y aunque se alineó con los países que defendían fijar un reto aún mayor, no ha dudado en celebrar el acuerdo unánime del Consejo, el Parlamento y la Comisión Europea para alcanzar un 32% de mejora de la eficiencia energética y de aumento de las renovables para 2030.
Volvemos a estar conectados al sol. Regresamos al futuro.



No hay comentarios: